Insertarse

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Casas de un barro verde, colocadas en círculos de a diez con una fogata en medio y todo cercado desde afuera con una especie de alambrado, pero no había postes sosteniéndolo, solo una placa en el piso que hacía ver como un paso o portón, el cual no se veía, era el lugar donde viviría el grupo y en un corto lapso de tiempo llegaría el tutor.



Greta, una mujer de unos treinta años de aspecto intelectual, usaba lentes y vestía con trajes en tonos grises y su cabello siempre estaba atado con una cola de caballo. Su profesión en la tierra, era la de científica genética.


Charly, un hombre de tal vez cincuenta años, a pesar de que unas canas asomaban en su frente, tenía aspecto jovial, aunque elegante. En la tierra era periodista, trabajaba para la única cadena televisiva de pié en la tierra. Los espectáculos se habían extinto hacia más de quince años y solo existía el periodismo informativo.


Lucio era de unos sesenta años, ex militar, autoritario y algo vulgar en ocasiones.


Baltazar un hombre atractivo de unos treinta y cinco años, era medico, le gustaba cuidar mucho su aspecto y tenía novia, quien se encontraba ahora e otro grupo lejos de este. Se encontrarían luego, o eso esperaba él.


Kevin de veinte años, de aspecto desalineado y arrogante, nadie le caía bien y se aislaba de todos lo más que podía


Brenda era médica y lucía casi como un varón, no se arreglaba, no usaba pelo largo, pero era muy distante para tratar con las personas.


Luana era matemática y era bastante extrovertida, lucia siempre arreglada, con faldas cortas y su cabello siempre estaba perfecto. Le gustaba contar chistes y hacía siempre reír a la gente que la rodeaba.


Ben era inventor, uno no muy bueno en la tierra, estaba siendo ignorado por el gobierno, ya que sus inventos parecían no dar resultados.


Y Por último, estaba Mimí una anciana de ochenta años o más, Aquí en Khenjai se estimaba por la variación de atmósfera se creía que podía vivir hasta los ciento veinte años y la habían traído para probar su teoría, por otro lado, Tenía habilidades con la cocina y debido a que nuestra dieta cambiaría drásticamente, serviría su apoyo. Era una mujer tierna, sabia y ya desde el primer minuto se comportó como una madre para todo el grupo.




Se preparaban para recibir a su tutor para lo cual se celebraría una especie de fiesta, se decía que se habían asignado a los quince mejores seres del plantea para llevar adelante esta tarea tan importante que era la de insertar a los huéspedes a esta nueva, aunque muy parecida, sociedad.


Todos especulaban acerca de su aspecto y comentaban la singularidad de que todos ellos tenían con respecto a sus ojos, les llamaba poderosamente la atención el atractivo físico, pero ya les habían dicho que si incumplían una sola regla serían exiliados a una cámara que se encontraba en una de sus tres lunas, la más pequeña que se encontraba más lejos y tenía una circunferencia de solo cinco kilómetros y la usaban con el único fin de encerrar a los rebeldes.


La luz del día duraba unas veinte horas en las cuales se podían ver todo el tiempo el sol y las dos lunas más cercanas, y la noche tenía una duración de diez horas y en esa etapa podían verse las tres lunas, pero la última se veía con puntos del luz.


Se acercaba la noche y un destello de luz proveniente de la entrada les hacia dar cuenta de que su tutor estaba llegando: Un ser cubierto con una capa de color rojo con destellos dorados y un borde iluminado del mismo color, solo podía verse algo de su cabello, el cual era plateado y sus ojos grises resaltaban de una extraña manera.


La puerta invisible se abrió como desvaneciéndose y una vez que él estuvo adentro volvió a tomar su forma anterior. Se acercó a la fogata, la cual parecía no extinguirse, puesto que estaba ardiendo desde que llegaron y no había nada quemándose, y se dispuso a observar a todos y cada uno de los presentes


-Sean bienvenidos a nuestro planeta. Soy Magnhúm y seré su guía, tutor o entrenador- todos lo miraron sorprendidos, menos Kevin, quien fue de inmediato a esconderse en su casa. Magnhúm lo observó y siguió hablando -Viviré con todos ustedes durante un mes, me contarán sus costumbres y aptitudes personales para insertarlos en una labor adecuada y pueden confiar en que seré tolerante y esforzado para enseñarles correctamente.



Mandy se quedó observándolo como admirándolo al principio, pero al notar la ausencia de Kevin quiso ir a ver si algo le pasaba.


Entró tímidamente a su casa, se sentó junto a él y le preguntó:


-¿Te pasa algo? ¿Puedo ayudarte?


-Nadie puede- dijo en un tono de enfado


-Tal vez desahogarte ayudará.


-No lo creo, vete de aquí, quiero estar solo.


Mandy se retiró triste del lugar y se reincorporó al grupo que aún no salía de su asombro por el muy atractivo tutor.


A Mandy esto no le fue indiferente, ella sintió un cosquilleo nervioso en la boca de su estomago, por lo que trataría de mantenerse lo más alejada de él que fuera posible, aunque eso será difícil dada la situación.



Magnhúm les ordenó a todos que se dirijan a sus refugios a descansar y que al día siguiente los visitaría para entrevistarlos de a uno a la vez para determinar su profesión y llevarlos a su lugar designado para comenzar con su trabajo.





Bueno a mis poquitos y queridos seguidores aquí les dejo el segundo capitulo de mi historia, espero que les guste. Comenten y voten. ;)

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⏰ Última actualización: May 17, 2015 ⏰

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El beso de khenjaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora