Sin remedio

Me cuestiono en ocasiones mis estados

Que raro es el pensar, el sentir

No importa cuán profundo he navegado

Sé que aunque me canse el nado, obligado he de seguir

Ya más de una vez concluí: la tristeza no caduca

Y encontrar de donde nace no aporta seguridad

Entender todas las frases que le susurra a la nuca

Es tarea de valientes que se dignan a escuchar

Dejo que el día de mañana sea el más triste

Y pospongo el sentimiento sin mirarle la faz

Ignoro lo que expresa, lo que instiga, lo que dice

Con el tiempo se redime y deja paso a la paz

Es lo que toca, y me choca como un tren que ama la prisa

Con la bocina rota para no darme advertencia

Ya no siento la brisa, la muerte me acaricia

Ni la compañía esquiza me alivia de su presencia

¿Qué digo? No estoy cuerdo, pero sigo

No recuerdo en qué momento decidí sentirme vivo

Pero es así, aquí me veo con delirios de victoria

Y con deseos que la gloria se la lleve a su retiro

Nunca me he sentido cómodo en su mundo oscuro

No he visto a la alegría en un buen rato

Qué bien me siento a su lado, son momentos impolutos

Y del luto me rescata en esos días tan nublados

Esos días cuando el sol se muestra tímido y cohibido

Por la danza de las gotas de lluvia y las nubes grises

A veces me pregunto, ¿será que alguien lo habrá herido

Y en el ocaso, casi ido deja ver sus cicatrices?

No lo sé, pero en esos momentos muy solitarios

Me dispongo a pensar y reflexionar sin rumbo

A contemplar las cosas más triviales que veo a diario

Y a cargarme con parte de la culpa de este mundo

Sé que hay que continuar, que seguir sin darse vuelta

Que la meta no se acerca y para el llanto no hay lugar

Y que por mucho que me ataque la tristeza

Con una simple sonrisa uno se aprende a levantar