MAFIOSA. | Wandanat

-CAPÍTULO 2-

No savia donde se dirigía pero tampoco le preocupaba donde terminaría. Desde que sus padres murieron su vida no tenía el mismo sentido, la pérdida de sus padres es insuperable, más cuando su familia era muy unida. Pará ella no quedaba más que vengarse de esa gente, es la única razón por la que sigue con vida. Muchas personas disen que esta loca y que su resentimiento no repararia nada, pero quería que esa gente sufriera como ella sufrio, aunque savia que era casi imposible ya que esa gente no tiene corazón y no le importaría que alguien de su familia muriera.

Ya había perdido la cuenta de cuánto tiempo llevaba en el auto, ni siquiera sabía si en verdad la llevaban en donde se encontraban esa gente.

Natasha se quedó viendo a la ventana del auto hundiéndose en sus pensamientos, hasta que un movimiento imprevisto del chófer la hizo regresar a la realidad y desconsertarce por lo ocurrido.

-Nesesito que me pases a la señorita Wanda si es que su padre y sus hermano no están-desia el chófer un tanto apurado - Señorita Wanda ya estoy llegando y traigo a una chica nueva, te va a sorprenden, le partió la cara a un pandillero con facilidad.

Tras algunos intercambios de palabras que tuvo con Wanda colgó la llamada. ¿Quien era wanda? Natasha suposo qué era la hija del dueño de la mafia parecía muchas más sensillo enfrentarse a ella si estaba a cargo de la mafia.
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-Ya me artaron, solamente me están haciendo perder mi tiempo, ninguno de ustedes le puede dar al maldito blanco- desia Wanda muy enojada. Dos días a la semana las pandillas iban a practicar puntería con armas y también practicaban otras cosas, Wanda siempre iba a verlos. Su padre y su hermano usualmente se encontraba en viajes de negocios y a medida que iba creciendo la dejaban más acargo de las pandillas y de los negocios sucios de su padre dentro del país de sokovia.- Esto es por su seguridad, cada uno de los aquí presentes esta siendo amenazado por alguien que ni savemos quien es pero podría ser peligroso, les recomiendo que se consentren y pongan un mínimo de atención a esto o terminarán desangrandose uno alado de él otro sin poder pedir ayuda, eso sí, yo no estaré ahí siempre ayudándoles y salvandoles la vida, ya están grandes para poderse cuidar solos. Todos los mienbros de las pandillas escucharon avergonzados las palabras de Wanda.Algunos eran 1000 veses más grandes y fuertes que Wanda, pero su actitud dominante y intimidante podía callar a cualquiera que se le crusase en su camino, la gente de ahí savia que tenían que respetarla sin importar nada.

-Señorita Maximoff, el chófer está ahí afuera esperándola junto a una chica-desia el mayordomo de la casa

Wanda sin desir ninguna palabra dejó a los demás entrenando y se dirigió a la puerta.

- Señorita Maximoff-dijo el chófer mientras hacía una reverencia - esta es Natasha Romanoff la chica de la que te able.

Al lado de él se encontraba una joven de cabello pelirrojo, de ojos claros, de más o menos alta de estatura y delgada. Wanda la observó de arriba a abajo. Tenía que admitir que tenía buen cuerpo pero no un cuerpo que pudiese defenderse en este infierno.

-Dejala pasar, ya puedes retirarte yo me encargaré de ella- dijo Wanda al chófer.
Tras las palabras de Wanda, Natasha entró a la mansión junto a sus maletas y las dejó a un lado.Debía admitir que Wanda era diferente a lo que ella imaginaba, pero se encontró a una chica bastante atractiva, que si probablemente no perteneciera a la mafia y no tuviera esa mirada intimidante tuviera a muchos rogándole.

-Dime que saves hacer-dijo Wanda a Natasha de una manera muy cortante, realmente le interesaba lo que esa chica podía hacer, porque había llegado asta aquí.

-Práctico boxeo, se pelar lo e hecho en varias ocasiones y se usar unas cuantas armas, mi abuelo me enseño-
Estaba mintiendo pero claramente no podía desir que todo eso lo había aprendido en el entrenamiento para convertirse en policía.

-Interesante, antes deves saver aquí no hay ninguna mujer, y estos idiotas te trataran de la peor manera, no les importara lo que hagas o no, y yo no te estaré protegieron y ni lo haría, no me interesa si uno de la pandillas muere, total si mueren es porque eran muy débiles.

Sus palabras le causaban náuseas. ¿Cómo era posible que ablara así de sensillo de la muerte de una persona? De verdad está gente no tenía corazón, ni siquiera se preocupaba por los miembros de sus pandillas. No podía mirarla a los ojos, lo intentaba para no parecer vulnerable pero le resultaba imposible.

-Vamos afuera están practicando disparos, me gustaría saber que tan bien lo haces- dijo mientras salía por la puerta trasera Natasha solo la siguió.

Al llegar todos posaron su mirada en Natasha.
-La mirada al frente, sigan tirando, no se desconsentren- dijo Wanda con un tono mandon.

Wanda le dio una pistola. Natasha levanto la vista esperando la indicación de Wanda hubo un silencio muy incómodo asta que Wanda se rompió el silencio.

-¿que pasa porque me miras tanto acaso te gustó? Si te di el arma es para que dispararas no para que te quedes mirándome-dijo sarcásticamente, era muy vergonzoso para Natasha, solo la ignoro y agarro el arama. Se preparo
Para disparar. En frente había una mesa con 5 latas las cuales tenían que darles.

Fijo su vista, tratando que el agulo sea perfecto, disparo el arama pensado que no daria al blanco.
Todos la miraban estaban observando como disparaba. Le había dando justo en el blanco todos se callaron estaban impactados por lo sucedido, nadien disparo.

Pudo sentir unos pasos detrás de ella,derrepente sintió como una mano tocó su hombro.

-Buen trabajo-dijo Wanda casi susurrando al oído.

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*perdón si tiene faltas de ortografía y tardaré mucho en actualizar nuevamente*