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Sentía unas inmensas ganas de tirarse al suelo y quebrarse, pero él era fuerte o al menos a eso aspiraba. Sasuke Uchiha de 7 años de edad, apretaba los puños de ira mirando el suelo de aquel establecimiento. Había escuchado que el tercer Hokage había decretado a alguien como su cuidador, a pesar de que él se había negado, el decreto del tercer Hokage igual se cumplió y ahora mismo esperaba ──ansioso, un poco molesto y emocionado── a la persona que se suponía iba a cuidarlo.
Había escuchado una breve conversación entre su profesor, Iruka y un ninja de aspecto fuerte, piel morena que daba un aire de ser un espíritu libre; Asuma. En un principio, cuando ambos pasaban por allí charlando de forma casual, Sasuke, que estaba cubierto por una manta y que bebía del chocolate caliente que una de las asistentes le había preparado, escuchó por error la pequeña charla entre los dos maestros; una charla que planto la semilla de la duda en él.
──¿Chō? Oh, sí. El clan de las mariposas.──habló Asuma, mirando de reojo al ninja que parecía incrédulo a lo que decía.
──Siempre creí que eran un mito. Entonces ──pausó, con nerviosismo── ¿será verdad ese rumor?, ¿que son superiores a los Uchiha y Hyuga?
A Sasuke le dio un escalofrío, el saber que su propio maestro tenía miedo a dicho clan, supuso que tal vez una persona del clan Chō iba a llegar a la aldea, quizás era alguien con quien se reuniría el tercer Hokage, pero nada de eso le quitaba la ilusión de que tal vez esa persona sería quien lo cuidaría, si era así, seguro le pediría consejos o su ayuda para mejorar.
Bebió de su chocolate tranquilamente cuando noto la cara de miedo de Iruka-sensei al percatarse de su presencia, y, aún con tristeza y bastante ansiedad, se quedó ahí hasta que la persona que se iba a encargar de él llegará, muy dentro suyo implorando que se tratará de un Chō o de alguien increíblemente fuerte incluso alguien que fuera agradable. El Uchiha deseaba que poder, y que alguien fuerte estuviera a su lado era una posibilidad de obtenerlo.
Era un día lluvioso y hacía frío, el cielo también lloraba por la temprana caída de los Uchiha y por el cruel acto que había sucedido el día anterior. El aire se escabullía por una pequeña ventana, Sasuke se cubría más con aquella cobija y frotaba sus manos queriendo generar calor, posiblemente el pequeño Uchiha estaba tan concentrado en eso que ni siquiera noto cuando esa persona apareció.
──¿Sasuke Uchiha? ──preguntó una voz dulce, femenina y joven, quizás de 13 o 15 años.
Sasuke no dudo en alzar la mirada para ver a la jovencita, era una muchacha de, al parecer, la misma edad del traidor. La muchacha tenía un hermoso cabello azabache peinado en una media cola que dejaba unos cuantos mechones a sus costados y en su frente asomarse, sin embargo, había dos cosas que destaco de su tocado; el color púrpura en la punta de los mechones y el broche de mariposa que se asomaba de su cabello. También, en cuanto apariencia, había que recalcar el tono pálido de su piel, sus ojos rasgados de color púrpura que lo miraban atentamente, su nariz respingada y sus labios rosa palo, que formaban una sonrisa.
La ropa de la chica también era muy peculiar, un kimono bastante bonito, era de color lila y le llegaba hasta medio muslo, dejaba ver el short negro que llevaba abajo y portaba también unos zapatos ninjas que le llegaban hasta la mitad de su pantorrilla. Algo que noto de inmediato fue la banda ninja en su cintura, que tenía el símbolo de Konoha, una mochila, además de aquella flor en su hombro y espalda.
──¿Qué quieres? ──preguntó dudoso el menor, retrocediendo y mirando atentamente a la joven frente suyo, la cual soltó una pequeña risita amigable a sus palabras.
──. Me llamo Narumi Chō, y por ese aspecto y carácter he de suponer que tú eres Sasuke Uchiha ¿no es así? ──el que la muchacha se presentará de una forma bastante tranquila y educada, llamo la atención del menor, el que en el mismo momento que escuchó su apellido se alegró y relajó.
──¿Y?
La azabache parpadeo dos veces tras su respuesta, Iruka se lo había dicho. Sasuke Uchiha podía llegar a ser grosero con personas que no fueran su familia, así que no debía tomarlo personal.
──Soy tu protectora ──respondió en calma la menor──. Supongo que Iruka-san y el lord Hokage te habrán hablado, que vendría hoy, ¿nos vamos ya?
Sasuke miró con inseguridad a la muchacha frente suyo, apenas llegaba y ella ya quería llevárselo, posiblemente porque el clima era malo y no quería quedarse estancada en la aldea; pero Sasuke aún no confiaba en ella. El pequeño Uchiha miró al Jonin de cabello gris que estaba en la habitación, y que apareció al mismo tiempo que la menor, para después mirar a su profesor, quien le sonrió.
──La señorita Narumi vive un tanto lejos, Sasuke ──hablo el Jonin──. Será mejor que se den prisa o los atrapará la noche.
El pequeño Uchiha arrugó la nariz, mientras que de mala gana y aún envuelto en la manta, se levantó y observó de mala gana a la muchacha. El Uchiha intentaba disimular su decepción o tristeza con esas actitudes groseras, que tenían planeado espantar a la muchacha; en cambio, la chica, lejos de estar molesta con el menor, le sonrió con dulzura para después articular un: ──Sasuke. Y entregarle una capa de color negro.
Sasuke se sorprendió cuando Narumi le dio ese presente, y no iba a aceptarlo; sin embargo, su profesor fue quien ──a forcejeos con el Uchiha── le coloco aquella capa. Sin lugar a duda era mejor que su manta, era cálida y parecía ser por fuera bastante suave, en un principio se sintió mal, pues pensó que la chica se iría sin una capa, pero cuando le vio sacar otra su comportamiento volvió a ser el mismo de siempre.
──¿Y bien, Sasuke?, ¿nos vamos ya?
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