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꒰꒰ ★ ꒱ ꒱ 𝐄𝐂𝐋𝐈𝐏𝐒𝐄₊˚ˑ༄ؘ
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★ ➛ 𝐒𝐮𝐦𝐢𝐝𝐚 𝐞𝐧 𝐮𝐧 𝐦𝐚𝐫 𝐝𝐞 𝐫𝐞𝐟𝐥𝐞𝐱𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬, la mente de la adolescente que hace unos días había regresado a su mundo se debatía entre la angustia y la determinación. Su corazón se consumía buscando la manera de salvar a aquellos dos seres que se habían convertido en piezas fundamentales de su existencia, especialmente King, a quien consideraba como un hermano pequeño.
Tan abstraída estaba en sus cavilaciones, que ni siquiera percibió la presencia de su novia cuando esta entró en la habitación que compartían en ese momento. La joven se sentó al borde de la cama y, con ternura, comenzó a acariciar la melena castaña de su pareja.
—He pensado que te vendría bien un poco de aire fresco—Dijo la chica con una sonrisa tuene—¿Por qué no vienes a la sala?
—No quiero, Amity—Dijo Luz con un tono apagado, sin levantar la vista del libro que estaba leyendo.
—Llevas un mes metida aquí y necesitas respirar aire puro—Insistió Amity, tomando a Luz de la mano con suavidad—Aunque sea por un par de segundos.
Luz asintió con la cabeza, dándole la razón a su novia. No podía seguir recluida en su habitación, sumida en la soledad y la tristeza que la consumían. Juntas, salieron hacia la sala, donde encontraron a los otros cuatro brujos que ya habían experimentado el mundo humano y se habían adaptado con éxito.
Willow, visiblemente emocionada por su llegada, se acercó a ellas y tomó sus manos con entusiasmo. Las dos chicas estaban algo desconcertadas por la actitud de todos.
—¿Qué sucede?—Preguntó Luz, intrigada.
—Hunter ha encontrado una forma de comunicarnos con nuestro mundo—Exclamó Willow, conteniendo apenas la alegría.
Un rayo de esperanza iluminó el rostro de la morena tras la respuesta de Willow, borrando la melancolía que la había acompañado durante meses. Amity, conmovida, no pudo evitar sonreír al ver la felicidad que irradiaba su novia.
