La juventud, aquello que para un niño es cotidiano asta su envejecimiento, tan efímero como el gas de un refresco, que con tal de guardar ese recuerdo conservo latas y latas, sabiendo que, esa nostalgia es y solo será eso, deseando repetir el primer día donde mi dedo rozó las palmas tersas de tus cálidas manos, que en algún momento se sintieron fieles.
Cansada, y dispersa en una nube de recuerdos que no se repetirán, donde de vez en cuando una leve lluvia me consume, por que cuando más agitas las latas, más rápido se esfumará el gas de los recuerdos.
"Pasar las yemas de mis dedos
Sobre mis pliegues
Brotan lagrimas infieles
Mentiras de jóvenes ardosos.
No tan bella como antes
Pero más joven que mañana
Fuerza donde no la ves
Cuerpo anciano bajo la sotana"
