Prólogo

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En la creación, dos especies fueron primigenias. "Los celestiales puros" fueron los primeros. Ellos controlaban la "Energía positiva". De su especie, nacieron otras de menor rango: Ángeles, Oráculos, Magos, Licántropos y un sinfín de seres extraordinarios; Pero como una moneda, tanto poder debía poseer dos caras. Entonces aparecieron "Los celestiales Oscuros", su poder se asociaba con la maldad, por su manejo de la "Energía negativa"; Al igual que su contraparte, de su especie nacieron seres temibles, Demonios menores, Vampiros, Brujas, Pesadillas y horrores inimaginables.

Sin embargo, con el tiempo una especie más surgió "Las sombras", seres tan poderosos por sí solos; su realeza poseía el don de destruirlo todo sin tocar nada. Tenían tanto poder sobre la energía positiva y negativa, que rápidamente doblegaron a sus hermanos. Temerosos de su poder, cegados por la ira y los celos, ambas razas celestiales se unieron para destruirlas, logrando eliminarlas en lo que fue llamado "La primer gran guerra de los tronos celestiales", borrando todo registro de ellas.

Cada pequeño acontecimiento que se dio desde entonces así parezca insignificante y poco probable, nos llevó un paso más cerca de la destrucción.


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