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❝EL CAMPAMENTO DE DIOS❞
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00:00  a.m
26/noviembre/1960

Aún seguía despierto, los nervios carcomiendo sus entrañas por la noticia reciente que le dieron sus padres hace unos días no le permitía descansar como le era debido. Acostado en su cama mirando al techo sin siquiera parpadear le hacía entrar en pánico, la idea de irse de casa por una semana lo estaba matando por dentro. La oscuridad de la habitación y los leves rayos de luz que favorecía la luna lo hacían respirar tranquilo, pero su corazón saltaba como loco queriendo salir de sus costillas.

De un jalón tiró de sus mantas hacia un lado de la cama, el frío lo invadió cruelmente de pies a cabeza obligándolo a soltar un jadeo. Un leve mareo se hizo presente apenas se levantó de la cama, posicionó la palma de su mano sobre su nuca sintiendo las punzadas de dolor que recibía, bajó las escaleras lentamente guiándose del barandal de los costados, sus pies descalzos y cálidos hacían cosquillas contra el piso friolento por el repentino cambio de temperaturas, nuevamente haciendo que suelte un jadeo seguido de un suspiro contra las palmas de sus manos haciendo fricción con ellas para crear algún tipo de calor artificial que pueda brindarle a su devil cuerpo.

Faltaba un escalón y llegaba a la sombría cocina que irradiaba nada más que silencio y tensión. Con valor continuó su camino hasta la gran y sola mesa la cual rodeo para tomar un vaso de vidrio y llenarlo de agua fría, al tenerla finalmente entre sus delicados dedos optó por tomar asiento y descansar mirando tras la ventana.

Un olor a cigarro se colaba por sus fosas nasales haciendo que frunzca el ceño, de la nada una voz silenciosa lo sobresalto.

"¿Por qué no estás durmiendo?" preguntó su hermana mayor quien se asomaba por el costado de la puerta.

Él la miró, luego desvió su mirada hacia el cigarro a medio consumir que se encontraba entre los dedos de su hermana, automáticamente la chica lo ocultó tras de sí al darse cuenta de donde estaba la mirada de su hermano, seguido de aclarar su garganta.

"No podía dormir" respondió el menor.

"Yo tampoco" dijo la chica mientras tomaba asiento delante del niño.

El chico observó la acción en total silencio.

"Gemma" llamó Harry.

La mayor lo volteó a ver, dándole a entender al niño que captó su atención.

"¿Qué hacen en los campamentos católicos?" preguntó.

La chica pareció pensar su respuesta, deteniéndose a observar algún punto para después abrir la boca.

"Rezan."

"¿Qué más?."

"Leen la biblia."

"¿Sólo eso?" insistió el menor.

"Tienes que descubrirlo por tu cuenta, Harry" dijo la castaña, robándole el vaso de agua fría al rizado para tomar de el.

"Gemma" llamó de nuevo.

La chica le hizo una seña con la mano, dándole a entender que siga.

Will god forgive us? (SIN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora