Capitulo 1- "El Prisionero."

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Después de una larga búsqueda llena de esperanza y determinación, finalmente lo he encontrado aquí, frente a mí. Pero algo en él ha cambiado de una manera que no puedo ignorar. Su mente, una vez lúcida y aguda, ahora parece estar enredada en pensamientos confusos y desconcertantes. Sus movimientos, antes elegantes y fluidos, han perdido su gracia y se han vuelto torpes e inseguros. El traje que solía lucir con orgullo ahora muestra signos evidentes de desgaste y descuido. Pero lo que más me preocupa son sus ojos, una vez llenos de vida y chispa, ahora parecen opacos y carentes de brillo. Y esa sonrisa, esa maldita sonrisa que solía iluminar su rostro, ahora es solo una sombra de lo que solía ser, una sonrisa forzada que oculta algo más profundo.

"¿Qué diablos estás haciendo aquí?" pregunté, mi voz llena de incredulidad y desconfianza. Algo no encajaba en todo esto y mi instinto me decía que debía actuar rápidamente. Sin perder ni un segundo, di órdenes firmes a mis guardias para que lo arrestaran de inmediato y le suministraran una dosis potente de nuestro calmante más efectivo. No podía permitir que escapara ni que sus acciones pusieran en peligro a nadie más. Lo escoltaron a la celda que habíamos diseñado minuciosamente para él, un recinto completamente aislado de cualquier influencia mágica. Mi objetivo era retenerlo el tiempo suficiente para obtener respuestas, para entender qué demonios estaba pasando y cómo había llegado hasta aquí. No había lugar para la complacencia ni para tomar riesgos innecesarios. Era hora de enfrentar la verdad, sin importar lo perturbadora que pudiera ser.

-En una época desconocida... En un período que se presume corresponde a la Edad Media - dijo en voz baja el joven de cabello blanco, cuya voz era suave y tranquila.

...eso era todo lo que sabía - respondió el otro muchacho, de unos 22 años, con cabello y ojos azules, destacando su distintivo matiz azul.

Entonces, es aquí donde todo comienza, ¿verdad? - comentó el joven de cabello blanco, con curiosidad en sus ojos - entonces... ¿Por qué no nos cuentas toda la historia? - El joven se encontraba frente a frente con el prisionero, esperando ansioso por escuchar lo que tenía que decir.

¿Quieres escucharla? - preguntó el prisionero, soltando una risa ligera mientras miraba al joven de cabello blanco. -

- Espero no te decepciones con el final -prosiguió el prisionero- esta es mi era, mi lugar de nacimiento, mi inicio si quieres decirlo así, para ese momento no tenía nombre, nadie lo había nombrado, ¿por qué? No se necesitaba simplemente, allí en esa noche, en la noche de la estrella roja nací yo, el primogénito del rey, el príncipe heredero al trono más grande de la época, es curioso – se detuvo un momento -desde que nací siempre he sido afín a aprender, aprender de todo, todo lo que sea posible, casi como con una maldición pero eso ya lo deberías haber escuchado cientos de veces -sonreía el narrador- ... también deberías saber que la gente de mi época no duraba mucho tiempo, vivíamos hasta los 60 años como mucho ... en fin -suspiraba el relator- cuando tenía 10 años me impusieron un matrimonio concertado con una princesa de un reino vecino, ella se llamaba Estirlia, Estirlia Ambrose, era una hermosa niña y persona, realmente me llegó a gustar - dijo melancólico el hombre.

- ¿Era? - señaló el entrevistador, intrigado por la elección de palabras del prisionero.
Sí. - prosiguió el joven de cabello azul.

Ella, Estirlia, era una chica increíble - continuó describiendo el prisionero -, tenía el pelo ondulado de color avellana, una tez semi morena, casi blanca como el amanecer que te despierta por la mañana, y unos ojos cafés que reflejaban su profunda admiración cada vez que me miraba. ¿Sabes? Yo no siempre tuve este color de pelo, antes era negro y mis ojos eran grises, pero eso realmente no importa... Con el tiempo, Estirlia y yo empezamos a relacionarnos más y sí, dejé un poco de lado mi obsesión por saberlo todo para estar con ella. Gracias a ella pude avanzar en todo, hasta que un día me di cuenta de algo sin querer... - su voz se volvió más seria y grave.

La Vida de un InmortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora