Tienes que dormir

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Un día más, una práctica más que Ugetsu había concluído en su estudio ubicado en una de las habitaciones laterales de su cabaña en una zona boscosa de Rusia. No era solo un hogar de invierno. Se les había vuelto tradición luego de que logró ganar aquella competencia hace un par de años en Moscú.

Un contrato llevó a otro y ahora él y su esposo podían darse ciertas comodidades entre ellas irse juntos de Japón cada que era convocado para otro evento o torneo.

Ya por la noche de ese día Ugetsu dejó su instrumento en uno de los estantes y acortó camino a la cama sin desear más que abrigarse bien en el cómodo colchón. Kaji en cambio estaba terminando de dar un baño a su pálida e impostora piel rusa, no se dio cuenta que el primero había ido a dormir.

Una toalla sobre su cabeza y abrigado mientras buscaba la secadora, Kaji recorrió el pasillo helado a la habitación y al entrar reconoció a su muñeco de mejillas blancas ya sin energías para levantarse.

—Amor, no me dijiste que te ibas a acostar. ¿Te sientes bien?—se sentó a su lado en la cama y encendió la secadora dándole aún la espalda.

—Sí, estoy bien cariño, solo no quería molestarte—al tenerlo tan cerca aprovechó para abrazarlo y recargarse en él, en su oso de ojos verdes.

Aki, que pronto terminó de secarse el cabello, sintió lindo al ver su sonrisa y apoyó su nariz en su oído.

—Tú nunca me molestas, bebé. Pero tenías razón, aún me iba a tardar en el baño así que está bien. Ni modo, te tocó un esposo muy cagón—respondió en un tono juguetón y ya envolviéndolo en esos brazos de acero.

—¡Jajaja, Akihiko!—le dio un leve golpe en la espalda y acabó a su lado entre las gruesas sábanas, abrazándolo fuerte y como último subió una pierna sobre su muslo, a lo que Kaji respondió con agarrarla allí y acariciar su pantorrilla cubierta por un pantalón térmico.—Mmm, bueno, pero ya estamos juntos para dormir.

Esas dulces palabras de Murata hacían derretir de calor su corazón. Acarició su sortija con el pulgar y lo cubrió del frío toda la madrugada. Un velo de besos y estrellas rodó por las mejillas del violinista.

—Te amo, descansa bien, mi príncipe.

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⏰ Última actualización: Nov 09, 2022 ⏰

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Mi príncipe oscuro y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora