Inesperada tristeza

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Nadia estaba inmensamente feliz, ella y Alejandro cumplirian 5 meses de novios, hacian una hermosa pareja.

El día de su aniversario irían a una feria que se encontraba cerca de la casa de Nadia. Pensaron que seria un día inolvidable.

Mientras se dirigian a la feria, Nadia se encontro con la hermana de una de sus tias, se veia algo preocupada...

-¿Qué sucede? ¿Estás bien?- pregunto preocupada por el como se veia.

-No, No estoy bien. Tu tio Daniel me acaba de llamar, estaba llorando y lo único que me pudo decir era que se trataba de tu tio Enrique-

Al escuchar esto Nadia salió corriendo en la misma dirección de aquella mujer y en su compañia Alejandro.

Estaban a punto de llegar a casa de su tio Enrique, pero encontraron a su tio Daniel y otro de sus tios fuera de su casa, la cual estaba a unas casas de la de Enrique. Estaban envueltos en llanto junto a la entrada, nada los consolaba.

Nadia entró en aquella casa, inesperadamente, su mirada se dirigio a las escaleras y se paralizó.

De aquellas escaleras colgaba su tío Enrique, Nadia nunca podria haber imaginado lo que sucedió. Alejandro la abrazó y alejó de su vista aquella escena, Nadia se solto a llorar, en ese momento Alejandro no pudo hacer nada para calmarla.

De pronto de afuera se escuchaban unos gritos, su tio Daniel le gritaba a alguien...

-Solo tu tienes la culpa de lo que le paso a mi hermano... El necesitaba de ti, de su familia, pero lo dejaron solo...- entre llantos estaba reclamando a la mujer de su hermano.

Nadia al escuchar aquellos gritos se soltó de los brazos de Alejandro y salió corriendo, quería una explicación.

-¿Qué pasa aqui? ¿Por qué dices eso tio?-

-Esta persona que se dice tu tia engaño a mi hermano, el la descubrió y ni si quiera hizó algo por recuperar a su familia. Por su culpa tu tio esta aquí, de eso estoy seguro- lo dijo con toda la ira que pudo tener en su alma.

Nadia no podía creer que ella, esa mujer que era como su mamá le pudo hacer algo así a su esposo...

-No fue culpa mia, deja de decir eso... Yo me sentia sola, el empezó a tomar, incluso llego a drogarse- entró en llanto.

Nadie sabia que eso estuviera pasando, pero tal vez eso era cierto, su tio ultimamente se veia más delgado, su rostro había cambiado y podía ser visto en las calles a altas horas de la noche; para Nadia el hombre que fue su padre cambio por completo, ciertamente no era el mismo hombre cariñoso que la cuidaba y estaba al pendiente de ella como si fuese su hija.

Nadia se sentia destrozada, y su tio le pidió algo...

- Por favor ve con mi mujer, ayudala un poco en el negocio con la niña, pero por nada le digas lo que pasa-

Nadia aceptó, le pidió a Alejandro le notificara la noticia a su mamá, pero que fuera muy delicado.

Nadia se dirigió a ver a la esposa de su tio, trato de notarse tranquila y fingió algo parecido a una sonrisa.

-Hola hija, ¿Cómo estás?-

-... Bien- no dijo más, sentia que entre cada palabra derramaria sus lagrimas.

-¿Haz visto a tu tio?, hace rato que se fue y no me contesta el celular.-

-Si, lo acabo de ver... Dijó que más tarde volvia, tenia muchas cosas que hacer... Me pidió que la ayudara-

Pasaron al menos 2 horas hasta que su tia se diera cuenta de que algo pasaba, un curioso quizó saber más y preguntó a la persona equivocada...

-Señora, ¿Qué pasó en su casa? ¿Por qué hay patrullas y una ambulancia?- aquel señor notó que Nadia le hacía unos gestos, trataba de evitar que preguntara más.

-¿Qué pasa Nadia?- la miró extrañada y muy angustiada.

-No lo se tia-

-Es sobre tu tio Enrique, ¿verdad?-

A Nadia le sorprendió que dijiera eso, ¿qué sabia ella? Se preguntaba.

-Estaba en la casa conmigo, lo note algo triste, no me dijó lo que le ocurria, le pedi que viniera conmigo, pero no quizó, me pidió permiso para quedarse a dormir, pero me quede preocupada... ¿Qué pasó?- entre lagrimas preguntaba desconsolada.

-No pasa nada tia, tranquila- a Nadia se le querian salir las lagrimas, queria salir de ahí.

La tia de Nadia seguía preocupada, ella sabía que pasaba algo, lo sentía. Unas horas antes de anochecer...

-Nadia, jurame que todo está bien. Por favor, dime que está pasando, nadie atiende mis llamadas- sus ojos estaban sollozos, su rostro cambio por completo, esa angustia lo cambio.

-Tia, le pido que este tranquila para que no altere a la niña... Mi tio Enrique nos dejó. Usted me dijó que estaba algo raro, yo no se que pasó, solo le puedo decir que eso que estuviera pasando era algo con lo que el no podia seguir cargando y decidió irse- se le salieron las lagrimas a ambas.

-¿Qué hizó?-

-El se suicido... Se colgo de las escaleras del pasillo.- le era dificil dejar de recordar esa escena. -Se quedara en mi casa, vamonos.-

Se dirigieron a casa de Nadia, al llegar su familia salió, se habian enterado de lo ocurrido con su tio. Algunos ofrecieron su cuarto para que pudieran descansar ahí, pero prefirieron quedarse con Nadia.

Por la madrugada llamaron a Nadia, era Alejandro...

-Mi niña, ¿Cómo estás?-

-No muy bien, no consigo dormir un poco, me siento muy triste... Oye, ¿No piensas dormir?- había olvidado que el estaba con sus papas acompañandolos en lo que necesitaran.

-No, yo estoy bien, no te preocupes. Tus papis estan dormidos, estoy despierto con tu tio Daniel, el esta muy mal y no me atrevó a dejarlo sólo-

-Esta bien... Gracias por todo lo que estas haciendo-

-No tienes que agradecer, ademas también es mi familia... Descansa, ok-

-Ok, nos vemos-

Al siguiente día velarían a su tio.

Nadia se acercó al ataud...

-Papá, ¿Por qué nos dejaste?, yo te necesitó aquí conmigo y tambien tus hermanos y tus hijas te necesitan.- las lagrimas caían una a una de su rostro.-Recuerdo cuando era pequeña y no te gustaba verme triste, y te hacias el gracioso; me encantaba verte sonreir, tu sonrisa era contagiosa. Tu siempre haz sido mi papá, en todo momento lo fuiste, en mis logros y mis fracasos, en mi felicidad y mi tristeza, no importaba lo que pasara, siempre tendría a mi papà.-limpio sus lagrimas - Te quiero papá, ya no te vere, pero siempre te llevare en mi corazón y en mi mente.- antes de alejarse le dió un beso al ataud al nivel de su frente.

Terminado el velorio el cuerpo fue trasladado al lugar donde nació, lo llevarían junto a su mamá, quien ya tenía 5 años de fallecida; volverian a estar juntos, madre e hijo.

Lo inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora