Capitulo 3: Promesas

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Hay un eterno debate entre la vida y la muerte. Como médicos tenemos el "JuramentoHipocrático" que no es otra cosa que la obligación de profesión por "No llevar otro propósito másque el bien y la salud de los enfermos" preservar la vida siempre será la prioridad. En la Psiquiatríano estamos tan expuestos a estos dilemas como en las especialidades clínicas y quirúrgicas, sinembargo, también tenemos nuestros casos. Primero que nada, debo advertir que este caso incluyedescripciones de violencia extrema, inclusive sobre niños pequeños, por lo tantos si son débiles decorazón les sugiero simplemente esperar al siguiente. Comenzare con una pregunta incompleta:¿Qué piensas cuando una persona está decidida a terminar con su vida? 

El caso en cuestión sucedió hace un par de meses, recibí en mi consultorio a un hombre mayor,calculé que debía estar pasando los sesenta años, su rostro estaba algo arrugado y su cabello casicompletamente blanco. Cuando abrí la puerta y mencione su nombre el entro y me dio un fuerteapretón de manos que inclusive me dolió.-Por favor tome asiento – le pedí señalando el sofá, peronote que el hombre tenía gafas oscuras, así que supuse que su visión no era buena, vestía con unachaqueta de piel color café y un pantalón de mezclilla azul que se veía bastante cómodo.-A suizquierda hay un sofá – Le dije en caso de que no pudiera guiarse directamente por su vista.-Gracias – dijo el hombre sonriendo, se acercó al sofá y se sentó en el con un suave movimiento.

-Bueno, bienvenido – Le dije con una sonrisa y me presenté, el hombre me sonreía, aunque nopodía ver sus ojos por sus lentes. Mire que giraba un poco su cabeza a la izquierda cuando lehablaba, entonces note uno de esos aparatos de audición, un amplificador de sonido. -Buenastardes Doctora – me contesto amablemente – Gracias por recibirme tan apresuradamente. La citahabía sido solicitada ese mismo día de forma urgente, y como uno de mis pacientes habíasuspendido accedí a verle ese mismo día.

-Bien – conteste – dígame que es tan urgente

Me incline hacia enfrente aun sin estar segura si el hombre podía verme, aun así, era micostumbre el hacer sentir a los pacientes que son escuchados.

-No puedo decirle lo que me pasa, sin contarle un poco de mi historia – señalo. -Por favor – leconteste haciendo un gesto innecesario con mi brazo – cuando guste.

Hizo una pequeña pausa, supongo pensando por donde comenzar, tallaba sus manos en supantalón de mezclilla, después miraba a las paredes y supuse que simplemente su visión era muydébil, pero estaba ahí.

-Fui un policía por treinta años – Comenzó – y uno de los mejores; En la fuerza era muyreconocido, aplicado, inteligente y era incorruptible. Tenía las mejores calificaciones de losexámenes de Honradez, no sé si sabe usted que se nos califican esas cosas. 

-Si tenía noción de eso – conteste – Mi ex pareja es policía. -Lo sé – Me contesto el hombre – Dehecho, fue el quien la recomendó. 

Había terminado con mi novio un año antes de esa reunión, por lo cual me sorprendió que medijera que había sido el quien me recomendó, ya que digamos, no terminamos en las mejorescondiciones, pero esa será historia para otro relato.

-Entiendo – le conteste minimizando el hecho – Pero por favor continúe. 

-Lo siento por desviarme – hizo una pausa – Durante mis años en la fuerza me tocaron infinidad decasos diferentes, fui patrullero por los primeros diez años laborales, para después pasar ahomicidios, que es donde la mayoría de los compañeros policías desean estar. No es como laspelículas de detectives, es un trabajo mucho más aburrido y burocrático, pero también tiene esaspequeñas anécdotas que te hacen el alma de la fiesta.  

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⏰ Última actualización: Nov 10, 2022 ⏰

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