Capitulo 1

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Todos tenemos una historia sobre algo que nos marcó para siempre, yo también la tengo y he decidido compartirla contigo, lector o lectora.

Dicen que las mejores cosas de la vida pasan cuando menos las esperas, no se porque no lo creía, no tenía razón para no hacerlo pero aprendí que es real. Ahora sí, les contaré mi historia:

Había tenido problemas con mi familia, me estaba sintiendo muy mal la verdad, así que decidí salir de mi casa; yo solía hacer eso mucho, escapar de los problemas era mi especialidad pero, ¿me pueden culpar? aún se podía considerar que era una adolecente, y mis padres me incluían en sus problemas, no tenía nada que ver conmigo. Ya ansiaba irme de esa casa.

Salí de mi casa, no creo que a mis padres les importara que me haya ido así, para ese punto de mi vida ya era como si viviera sola, mis padres nunca estaban en mi casa y dejaban de contactar por semanas.

Seguí caminando por la calle con miles de pensamientos en la cabeza, mi cabeza siempre era un desastre. Caminé hasta que llegué a una pequeña tienda, me senté afuera y por alguna razón comencé a sollozar un poco. Sentí que alguien se sentó a un lado de mí y sin mayor aviso me abrazó, levanté la mirada y parece que le dio un poco de pena.

— Discúlpame -dejó de abrazarme- pensé qué tal vez necesitabas un abrazo, ya me voy -se levantó y se veía lista para irse.

— No te preocupes -le contesté- creo que si lo necesitaba -sonreí

— Oh, me alegró haber ayudado -me sonrió, era una muy linda sonrisa- me llamó Anastasia, por cierto.

— ¿Como la princesa rusa? - ella asintió sonriendo- Que interesante. Yo me llamo Cleo - oh, claro, ni siquiera les había dicho mi nombre y ya les estaba contando mis problemas.

— ¿Cleo? Nunca había escuchado ese nombre. ¿Es apodo de otro nombre? - nadie nunca se había interesado por mí de esa manera, era algo lindo. Desde ese momento debí saber que ella iba ser muy especial en mi vida.- ¿Dije algo malo? -Al parecer me queda callada mucho tiempo-

— No, disculpa, es que nadie nunca se había interesado por mi sin conocerme

— Solo te pregunté tu nombre - Exacto, solo me pregunto mi nombre. Pueden ver la necesidad de afecto que tenía, anyways - oh - creo que entendió a lo que me refería pero nunca estuve segura- y ¿puede saber que te paso?, digo si me lo quieres contar, claro.

— Solo problemas con mis padres, nada muy importante.

— Pues estabas llorando, no creo que haya sido algo sin importancia. - Esto era muy raro para mi, no solía hablar de mis sentimientos con nadie, me incomodaba un poco, pero por alguna razón, no me incomodaba decirle mis problemas a una extraña, raro ¿no?

— Es que siempre es lo mismo, ellos tienen un problema, me incluyen y me culpan por cosas que yo no hago. La relación ya está suficientemente jodida, como ya te dije siempre es lo mismo pero por alguna razón esta vez me dolió más de lo normal.

— ¿Solo te fuiste de tu casa después del problema? ¿No les importa? - Negué con la cabeza - ¿enserio?

— Si, no les importó mucho, bueno, gracias por escuchar mis problemas aunque no me conoces - dije levantándome de donde estaba sentada-

— No hay de que, gracias por tener la confianza de contarme tus problemas aunque no me conoces - dijo y estiró la mano, nos dimos un apretón de manos fuerte y ¿cálido? Nunca supe describir el sentimiento que me causó ese apretón de manos, pero fue lindo.

Así fue como la conocí, una persona extraña que nunca había visto en mi vida me consoló y me hizo sentir bien, cosa que ni siquiera mi familia podía hacer. Pero salió de la nada nunca la había visto antes de ese día fue como si fuera un ángel que estaba destinada a conocer, pero claro en ese momento no lo pensé de esa manera solo pensé que era una persona buena, lo cual igual es algo bueno.

Estoy feliz de que esa no fue la última vez que la vi. La siguiente vez fue en la misma tienda, tal vez ese lugar está lleno de magia.

El dia que la Luna se disfrazo de SaturnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora