Capitulo 9

13 2 1
                                    

¿Alguna vez has mirado a alguien mientras hace cosas tan simples como reír o hablar, y de la nada sonreír solo por eso? Así fue la primera mañana en la fuimos oficialmente pareja. Todo eso con lo que siempre fantasee y solo veía en películas. Por fin, había una posibilidad de tener el romance que siempre había soñado en tener.

Desperté, voltee a ver a un lado y vi a Anastasia acostada en mi pecho, no me quería mover para no despertarla pero después, me di cuenta que ella ya se había despertado.

— Buenos días, novia - Pronuncie mientras Anastasia sonreía aun un poco dormida, ella se acercó un poco más para darme un beso. Siempre que veia peliculas donde se daban un beso en cuanto despertaban, solo pensaba en que probablemente eran un beso horrible, con aliento a recién levantado, asqueroso, pero, ahora me daba cuenta que cuando estás enamorada, estas cosas no importan, bueno si, pero finges que no para no arruinar el momento.

— Ya por fin sé cual es tu apellido, así que, señorita Jasper ¿Le puedo hacer una pregunta? - Asentí mientras reía - ¿Cuando te enamoraste de mí?

— No se en que momento paso, cuando regresaste simplemente te vi a los ojos y me di cuenta que ya eras parte de mi, ya no podía escapar - Me di cuenta que Anastasia me estaba viendo fijamente, solo suspire mientras ella sonreía - Hay tantas cosas que quisiera decirte. Si supieras como se aceleraban mis latidos solo pensando en tu nombre, dios, no puedo creer lo mucho que te adoro.

— ¿Enserio?

— Si, ahora, señorita Madlock, yo quiero saber ¿cuando te empezó a gustar?

— Creo que desde el dia que te conocí, me pareciste muy atractiva, se que te conoci hecha bolita mientras llorabas pero, creí que era muy valiente de tu parte estar ahí, expresando tus sentimientos, después de eso te conoci a ti realmente y me di cuenta de lo maravillosa que eres. 

Pensé que al empezar a salir algo cambiaría pero, en realidad no fue así. Al parecer ya actuábamos como pareja, nada era diferente, solo ahora le habíamos puesto una etiqueta a lo nuestro (y ahora nos besabamos, claro). Las cosas más simples eran los momentos que más apreciaba.

Como ya habíamos hecho de todo, terminamos haciendo lo mismo que hacíamos siempre, ir a caminar, escuchar música y conversar, pero ahora era un poco distinto, ahora yo intentaba recordar cada pequeño y lindo detalle. Salimos a caminar y nos tomamos de la mano, entrelazamos los dedos y nuestros brazos se rozaban mientras caminábamos. No había necesidad de hablar, porque una simple mirada o el más mínimo cambio en el lenguaje corporal ya era una conversación.

También leíamos juntas, en realidad Anastasia leía para mí, yo pasaba suavemente mis dedos por su cabello mientras ella leía el libro con una voz muy suave. Escuchaba silenciosamente mientras su voz tomaba un ritmo natural y nos sumergimos en la historia que, gracias a su interpretación, cobraba vida.

Todo absolutamente todo era mejor con ella a un lado de mi.

El dia que la Luna se disfrazo de SaturnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora