¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El viento soplaba fuertemente y chocaba contra su rostro mientras la fria nieve quemaba sus pies, el bosque apenas y era visible debido a que estaba siendo cubrido por una capa grisasea. Levanto lentamente su cabeza, una sonrisa de alivio se formó en sus labios al alcanzar a distinguir la figura de su amado entre la niebla.
«Mírame, estoy aquí»
Corrió con todas sus fuerzas hacía aquél hombre de cabellera blanca, las lágrimas no paraban de salír de sus ojos carmesí.
Llegó hasta el peliblanco, refugiándose en su pecho, sintió como los brazos contrarios rodeaban su espalda y lo apretaban con fuerza.
«Te he extrañado. »
El peliblanco agacho su cabeza, Escondiendo el rostro en el cuello del azabache.
