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Podía ver sus ojos, el vacío que tenían y la tristeza con la que sonreía. Me molestaba que pretendiera que todo estaba bien cuando su vida se estaba apagando poco a poco, cuando la depresión lo estaba consumiendo. Quería ayudarlo, pero tenerlo cerca me hizo sentirlo tan lejos.

- Hey bae – Le dije mientras me sentaba a su lado, me sonrió mientras seguía tocando el piano.

Observe sus movimientos entre las teclas y la melodía me sonaba familiar, me bastaron 2 minutos para comenzar a tocar junto a él. Se detuvo para observarme, esta era una de las tantas cosas que no sabía de mí.

- No sabía que tocabas el piano... tan bien – Me halago a lo que solté una risa, pare de tocar para mirarlo.

- ¿Qué pasa? Hace días que noto lo triste que estas – Desvió su mirada, se quedó mirando el suelo un buen tiempo. Por lo que me atreví a romper una barrera y entrelazar nuestras manos, la calidez de esta me dio una sensación de agradable – Estoy acá, puedes contar conmigo

- Lo se Cielo, lo sé... es solo que me siento abrumado con todo. Siento que tengo una responsabilidad increíble en mis hombros – Me dijo mientras su voz se quebraba y una lagrima se escapaba. Le solté la mano para agarrarlo de las mejillas y que me mirara a los ojos.

- Mírame... esa responsabilidad no es solo tuya. Es nuestra, deja de alejarme cada vez que esto pasa – Lo atraje hacia mí para abrazarlo solo se quedó estático sin saber que hacer, su dolor se sentía mío – Lo que sea que pase lo vamos a atravesar juntos.

Sentí como mi remera se mojaba con sus lágrimas y sus sollozos se hicieron presente. No podía juzgarlo, había tomado tantas decisiones apresuradas. Sus brazos rodearon mi cintura para aferrarse más a mí; acaricie su cabeza mientras tarareaba una melodía desconocida para ambos, creada desde el amor profundo que guarda mi corazón por él.

Eramos mejores amigos nos conocimos de formas muy poco comunes, él es una persona lo suficientemente reconocida para decir que con salir a la calle ya tenía mil cámaras en su cara. La depresión y el éxito no son cosas que puedan combinarse y obtener un buen resultado, sin embargo, por muchos años intento pretender lo mejor que pudo, pero al final del día hay cosas que uno puede fingir y otras en las que simplemente el cuerpo te delata.
Esta casado con el tipo de mujer que cualquier hombre quiere, eso no ayuda en nada, para ella es más interesante conseguir contratos importantes y salir de viaje antes que quedarse a su lado. Tuve que escuchar tantas peleas por como él quería mantenerse lejos de las cámaras y ella casi obligándolo a estar a su lado y el de sus amigos. No me juzguen por mi forma de ver las cosas, solo hablo desde lo que él me contó y lo que me tocó vivir como amiga. 

No deseaba que se separa para estar conmigo, siempre he sido consiente de lo mucho que ama a su mujer pero ver que ella no logra entender lo que le pasa y mucho menos lo acompaña... me ha ayudado a no quererla.

Our nightsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora