Capitulo 1: Únete

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Hace 290 millones de años.

Un desierto desolado, un desierto era lo único que saltaba a la vista, eterno, abarcaba cientos y cientos de kilómetros a la redonda, lo único que había eran los esqueletos de aquellos Titanes que no lograron sobrevivir a la masacre.

Eran tiempos difíciles, milenios de guerras habían devastado la tierra a niveles que eran difíciles de creer, los pocos lugares del mundo que no habían sido devastados por la sequía, la plaga, la muerte y la guerra que había azotado al mundo por decadas eran custodiados por los fuertes, los poderosos que con mano de hierro dominaban a los débiles y habían exterminado a toda amenaza en contra de ello.

Los pobres y los débiles en cambio habían sido sentenciados a vivir en la miseria, en un mundo cruel donde las enfermedades y asesinatos eran el pan de cada día.

Una situación lúgubre para nacer ¿no?...

"MAMÁ, PAPÁ!"

En medio de toda la devastación y cadáveres uno de los sobrevivientes gritaba a todo pulmón

Débil, inofensivo, insignificante.

Los causantes de la matanza solo lo ignoraban mientras comían sus presas, tenían mejores cosas que hacer, no era lo suficientemente interesante como para prestarle su atención, en el mejor de los casos, si consiguiera sobrevivir y crecer no sería más que ganado para los Tiranos.

Los gigantes rieron, bebieron de la sangre de los cadáveres para hidratarse y comieron más hasta saciarse

El llanto de la criatura se estaba volviendo irritante para ellos, mala señal.

El crío si bien podría haber sido considerado como un coloso en la actualidad en esos momentos no era más que una hormiga, sin embargo incluso una hormiga puede llamar la atención.

Uno de los Tiranos se harto finalmente y golpeó el suelo cerca de la cría de Muto levantandola un par de metros en el aire.

El Muto cayó pesadamente contra el suelo mientras los Tiranos disfrutaban.

Entonces descendieron del cielo los carroñeros, de forma de Condor con sus envergaduras colosales que superaban los 100 metros y tapaban el sol, sin embargo aún con su presencia los Tiranos los ignoron soberbios cómo siempre.

Los carroñeros notaron la presencia del niño que cayó al suelo por el cansancio mientras hiperventilaba.

Un estallido.

Un llamado de libertad

Fue en ese momento que una potente luz iluminó el lugar como si de un segundo sol se tratara, los Tiranos y los carroñeros se voltearon a ver la fuente de aquella luz y quedaron paralizados.

Difícil de creer, algo que casi nadie hubiera imaginado

Ahí parado entre la muerte se encontraba el, grande, fuerte y vigoroso, no se parecía en nada a los habitantes de aquel desolado paraje, incluso los tiranos, delgados y decrépitos palidecian ante el.

Algo llamado popularmente cómo esperanza.

Así, como si de un relámpago se tratara un potente haz de luz azul salió despedido de la boca de la criatura que brillaba aún del mismo color.

El rayo impacto en medio de los Tiranos que estaban estupefactos mientras el humo se discipaba dejando a la vista un cráter de un diámetro de al menos un kilómetro.

Sin embargo el intimidarlos no era la intención del recién llegado...

La tierra tembló y se reesquebrajo, el más grande de los Tiranos salió de debajo de la tierra saltando hacia el lagarto como si hubiera estado en agua profunda en vez de arena.

Godzilla 2: tierra nueva (Versión Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora