Capítulo 3: Sofí, ¿Te casarías conmigo?
Cuando Sofía estaba bajo presión solía hablar sola, eso de alguna manera la ayudaba a pensar mejor, es por eso que en los exámenes solían ponerla muy lejos de sus compañeros, era como una maña o tic que ella tenía.
- ¿Dustin? – dijo ella decidiéndose por contestar.
- ¡Sofí! De verdad lamento lo que hice – se disculpó Dustin alterado.
- Descuida, me siento mal, no sé qué dirá tu mamá de mí.
- Ya hablé con ella, tranquila, le dije que es la primera vez y que no volvería a pasar.
- Ufff – suspiró ella – me has sacado un peso de encima, estoy yendo a casa, te veo luego, ¿ok?
- Si, hasta luego, Sofí.
Una vez que Sofía estaba llegando a su caso vio en la entrada de su casa a Jackson, ella se quedó en shock, no quería verlo. Ya era muy tarde para esconderse o algo así, él ya la había visto y se dirigió a ella, para tenerla frente a sus ojos.
- Sofía, hola, bebé, ¿Quieres pasarte a mi casa? – dijo y la tomó del hombro con caricias.
- Ahh… - dijo ella quitando su mano – no, quiero dormir. Además lo nuestro ya terminó.
- ¿A qué te refieres? – preguntó el acercándose a ella a pocos centímetros de su cara, después olfateó algo con mucho ruido – Ese olor… no es el de mi perfume, ¿Estuviste con alguien, perra? – le preguntó enojado.
Su pupila se dilató, ¿Cómo era posible que le haya dicho así? Sin pensarlo le dio una cachetada con todas sus fuerzas.
- No vuelvas a llamarme así, idiota – le dijo ella con firmeza.
- ¿Acaso no lo eres? – le preguntó sonriendo.
- ¡No! Estaba con Dustin – le dijo ella enojada.
- Ahh… tu tonto amigo paralitico – dijo él aliviado.
Ella lo volvió a golpear. Esta vez, Jackson se enojó, la empujó al suelo, le escupió en la cara y se fue. Sofía se sentía humillada.
Sofía…
Pero… ¿Qué ha pasado? ¿Qué pasó con el chico que todos los días me regalaba una rosa? ¿Qué pasó con el chico que me decía cosas lindas? El que me dedicaba canciones, que escribía canciones románticas pensando en mí. Desde que comenzó a consumir la cocaína todo cambió, me trata tan mal. Yo no merezco esto, nadie se lo merece. Fue realmente asqueroso quitarme su salvia de mi cara, me siento tan humillada, no quiero verlo de nuevo. Entré a la casa desanimada, mi mamá se dio cuenta y comenzó a preguntarme qué pasaba, yo no le dije nada, no quería que se sintiera mal, a insistencias de ella solo le dije que me sentía triste por Dustin y el sueño que tuvo. Ella al parecer entendió.
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No Puedo Caminar, Pero Si Amar
Teen Fiction- Por favor, Sofí, no te hagas esto – le imploró Dustin. - No puedo dejarte, de verdad te quiero – le dijo ella con lágrimas en los ojos. - ¿Cuándo dejaras de quererme? – le cuestionó su amigo minusválido. - Te dejaré de querer el día que seas capaz...