Episodio 0: Izuku Midoriya
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[Narración normal]
Soledad.
Frío.
Frío.
Tanto frío.
Una vez más ese suave y abrazador sentimiento de soledad abrazaba su frágil cuerpo en un cálido sustento que lo libraba de su tormento personal.
Dolor.
Dolor.
Dolor.
Pequeñas heridas sangrantes e infectadas, sucias y apestosas, su asqueroso y patético aspecto cubierto por una manta sucia de color blanca. El lodo, sangre, y lo que parecía agua, manchaba la pura manta que cubría su débil cuerpo.
Torpe y lento camino sin rumbo real, sólo siguió caminando recorriendo los mismos pasos de siempre, no había nada que él realmente quisiera hacer en este podrido mundo, inmundicia era lo único que realmente deseaba para todos, incluyéndose...
Roto.
Su mente frágil sólo deseaba morir rapido y sin dolor, apagar su corazón destrozado y pegado con falacias asquerosas que sin darse cuenta aceptó.. Gastado y pisoteado fue como terminó aquel que sólo deseaba ayudar, un niño.
Hebras verdes que se despeinaban en rizos sucios y mojados, ojos verdes opacos, sin vida, ojeras pesadas y oscuras, una mirada cansada sin descanso ni tregua, piel pálida, cuál jarrón de porcelana, sucia y golpeada, sangrante, pies torpes que solo seguia la orden fugaz de su atormentada y cansada mente.
¿Cómo pasó así?
Ese pequeño niño se pregunto cuál era la razón de aquel sufrimiento que él veía eterno.
¿Nadie iba a buscarlo?
En un pais que no conocía y en un lugar que no pertenecía.
¿Quién había sido..?
El niño de rizos verdes dejó caer su cansado cuerpo en el suelo, la humedad de un charco de agua invadió su cuerpo y ropas, había dejo escapar su suspiro de vida en un instante, desgastada determinación que lo llevo a vivir incluso cuando las heridas sobrepasaban sus sentidos, cuando los traumas negaban a su cerebro tener un descanso, sin un suave calor de alguien más abrazando su patético yo, muriendo sólo. Aun así siguió vivo por si mismo...

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Segunda Oportunidad
FanfictionCaliente. Caliente. Tan caliente. Su cuerpo patético en el suelo se retorcia cual gusano de tierra mientras lamentaba su patética vida hasta ahora. Muerto. Él estaba muriendo solo en aquel asqueroso y mugriento suelo del estrecho callejón, el cielo...