La tormenta parecía no querer cesar nunca, y los truenos habían logrado despertarlo. Intentó recobrar el sueño durante varios minutos, fracasando en cada uno de los intentos, hasta que finalmente decidió levantarse por un té, eso siempre lo ayudaba a dormir.
Harry se alejó lentamente del chico que lo encerraba entre sus brazos, sin inmutarse por la lluvia, y se aseguró de taparlo cuidadosamente procurando que no se despertara.
Con el sabor del té aún presente en sus labios, hizo su camino de vuelta a la habitación, pero no se acostó de inmediato. La figura de un Louis durmiendo, con su cabello desordenado y labios semi-abiertos, logró distraerlo, haciendo que se quedara apoyado de lado en el marco de la puerta de la habitación que compartían, sólo admirándolo descansar.
Amaba todo de Louis, pero sin dudas una de las cosas que más disfrutaba era observarlo dormir. La forma en la que sus gestos se suavizaban y le daban un aspecto casi inocente lograba cautivarlo completamente. Harry pensaba que si de verdad existían los ángeles, seguramente debían verse como Louis.
El castaño curvó sus labios hacia arriba entre sueños provocando que una sonrisa boba apareciera en la cara del chico de ojos verdes.
—¿Qué haces, Harry? —su voz sonó más rasposa debido a su reciente despertar y Harry confirmó una vez más que ese era su sonido favorito. —Vuelve a acostarte —pidió el mayor, sin siquiera haber abierto totalmente los ojos al hablar.
Harry caminó hacia su lado de la cama, aún sonriendo.
—Eres tan hermoso —le susurró mientras abría las sábanas y se colocaba junto al chico para volver a abrazarlo. Se las arregló para esconder la cabeza en el cuello del mayor, venciendo su diferencia de tamaños.
—Y tú eres tan cursi —contestó el otro chico todavía adormilado mientras lo recibía nuevamente entre sus brazos, un atisbo de sonrisa asomándose.
Harry rió levemente en el cuello del de ojos azules, haciéndole cosquillas y provocandole un escalofrío que recorrió toda su columna. Louis amaba su risa. El de rulos le depositó un suave beso en el cuello. Louis bajó su cabeza sólo lo suficiente para poder mirarlo a los ojos. Se quedaron así unos segundos, o tal vez fueron varios minutos, podían pasar una eternidad sólo admirándose, memorizando cada detalle del rostro del otro.
En un movimiento tan natural como sincronizado, acortaron la distancia entre sus labios, dándole lugar al primero de todos los besos que compartieron esa noche.
Cuando se separaron, Louis tiró levemente del labio inferior del menor con sus dientes. Harry amaba que hiciera eso y no pudo evitar sonreír.
—Te amo —confesó el ojiazul apenas abrió sus ojos nuevamente, su mano acariciando suavemente la mejilla del chico frente a él.
—Y yo te amo a ti —contestó el menor con una sonrisa sincera jugueteando en sus labios.
Louis volvió a reposar su cabeza sobre la almohada luego de otro beso, esta vez más rápido, y Harry volvió a acurrucarse en él, sus brazos rodeándolo y su nariz acariciándole tímidamente el cuello.
La tormenta era un desastre afuera y, sin embargo, ninguno se preocupaba por eso. Se podía caer el cielo, pero nada importaba si estaban juntos.
Buscando unos escritos (que, por cierto, no encontré y estoy triste por eso, igual no viene al caso) encontré esto que tenía fecha de julio del año pasado. Mi reacción al leerlo fue: ¡Qué cursi!
Claro que eso no impidió que me llenara de feels (ya que estoy segura de que cosas como esta pasan en la realidad) y quise que ustedes también lo leyeran. Así que decidí darle a Friends un compañero y hacer de esto una recopilación de one-shots. Espero que este les guste tanto como el anterior. ¡Gracias por leer! :)