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Chay miraba por el ventanal de la habitación, su habitación, miles de sus flores favoritas estaban en el jardín.
Kim se había esforzado demasiado para complacerlo, como era costumbre.

Kim jamás se había mostrado de esa forma con ninguna otra persona, pero ahora ahí estaba intentando ser un buen esposo.
Porque si, Kim había accedido a casarse con él cuando Porsche se lo pregunto. Chay sabía que Porsche había actuado por desesperación y buscando su bien, Chay también sabía que Kim era una buena persona pese al negocio que tenía, y por lo menos lo único que tenía que hacer era cuidarlo así que no eran un matrimonio como tal, Kim solo era su niñero así como lo fue Porsche por mucho tiempo.

Aunque Chay sabía todo eso aún así se sentía herido por su hermano mayor, porque si bien Porsche le pregunto a Chay que opinaba este no tuvo más opción que aceptar, y aunque tratara de convencerse de que eso era lo mejor para si mismo su inseguridad le decía que solo se quería deshacer de él.

Y es que quién quería estar con alguien como él...

-Señor.- Knut lo llamo trayendo de vuelta su atención, tenía aproximadamente una semana casado y ya había perdido la cuenta de cuántas veces Knut lo había encontrado en la misma situación. -¿Se encuentra bien? Lleva más de veinte minutos ahí parado mirando a la nada.

Él castaño asintió. -No estaba mirando la nada.- Soltó con una sonrisa amable. -Estaba mirando las flores, ¿Ya las viste? Son preciosas, Kim es increíble.- Murmuró con una adorable sonrisa -pese a su mirada tan triste- y volteando a mirar a su guardaespaldas, el cual lo miraba con duda, sabía que algo no estaba bien.

-Si, son lindas, señor ¿Desea que le traiga algo de cenar?- Chay no había comido casi nada en los días anteriores y Kim se le había dicho con mucha preocupación que se tenía que alimentarse bien y a decir verdad a Chay le conmovió la mirada del pelinegro por ello no podía dar se el lujo de negarse, aunque no tenía nada de hambre.

-Si, pero que sea algo ligero no tengo mucha hambre.- Knut asintió y salió de la habitación.

"¡Tú no mereces nada que sea bueno ni estar feliz me escuchaste!..."

Y sin poder evitarlo una lágrima rodo por su mejilla, el corazón de Chay dolió repentinamente, odiaba tener esas sensaciones, él solo quería estar en paz. Sin poderlo evitar comenzó a llorar con un llanto desgarrador que cualquiera que lo escuchará se preocuparía, y justo eso paso, Knut que está llegando a la habitación de Chay con su comida lo escucho y su corazón le dolió sin saber que hacer, solo se quedó ahí esperando a que el niño de risos castaños se calmará.

Después de todo no era la primera vez que le escuchaba soltar tal llanto.











Eran exactamente las 9:00 pm cuando la puerta de la habitación se abrió Chay que estaba leyendo un libro en la cama sonrió al ver entrar a Kim sus ojitos brillaron por primera vez en todo el día.

Cómo pensar correctamente cuando esos dos universos te miran tan brillantes.

Kim sintió su corazón acelerado, ese adorable adolescente siempre había logrado acelerar su corazón, Kim siempre sintió algo por el de rulos castaños, desde que lo conoció.

-Toma.- Había dicho un bonito niño -como de unos seis años aproximadamente- entregándole un chocolate. -Mi papá dice que el chocolate es bueno para el dolor en el pechito.

Kim que había estado llorando, se seco las lágrimas mirando por primera vez a ese bonito niño que parecía un angelito, que por haber estado llorando no subo cuando llegó a su lado.

-Gracias...- Murmuró muy bajito, con un leve sonrojó y los ojitos inchados.

-Por nada, me llamo Porchay Kittisawasd.- Murmuró con la sonrisa más bella que Kim había visto en su vida, que solo lo hacía lucir más adorable de lo que era.

-Soy Kim Theerapanyakul.- Dijo aún con el rubor en sus mejillas.

Y esa fue la primera vez que Kim experimento preocupación y calidez de una persona externa a sus hermanos, esa fue la primera vez también que alguien lo vio llorar.
Eso sucedió cuando Kim tenía nueve años y lloraba por qué su papá prefería a Kinn y Tankhun antes que a él, Kim conoció al bonito niño de rulos castaños cuando su hermano Kinn festejaba su fiesta de cumpleaños.

Desde entonces esos rulos y esos brillantes ojos como dos pequeños universos lo consumieron, haciendolo caer en cuestión de segundos, y después de ello Kim comenzó a restarle importancia a qué su padre prefería celebrar más a sus hermanos por logros que no tenían sentido cuando hacía ver qué los de el eran nada, todo eso dejo de importarle porque el sabía que en aquellos eventos siempre asistiría ese niño de lindos rulos.

Porque Kim siempre recuerda todas las veces que Chay lo hizo sentir mejor.

Para suerte de la gente y desgracia de muchos Kim contaba con una memoria fotográfica y recordaba absolutamente todo con tan solo observar por segundos.

-Hola bienvenido.- Susurro Chay con una pequeña sonrisa, mientras se levantaba junto a la cama.

Kim que aún se encontraba en la puerta de la habitación, camino de manera acelerada hasta llegar a el y rodearlo en un abrazo que tomo por sorpresa al castaño haciendo que este abriera sus ojitos por tan repentina acción. -Te extrañé.- Confesó Kim después de unos cuantos segundos aún sin soltarlo, Chay correspondió al abrazo también.

-Yo también Kim.

-Te extrañe tanto, jamás había deseado tanto volver a casa como lo hago desde que estás aquí.- Él corazón de Chay dolió por esa simple frase, Kim era como un pequeño niño indefenso cuándo estaba ahí con él.

Chay lo quería y le gustaba creer que Kim también lo hacía aunque aveces no estuviera seguro y dudara un poco, por qué por alguna razón Kim siempre dispersaba aquellos tormentosos pensamientos que le calaban el alma, tan solo verle y sentirle cerca.

Porqué Kim era algo lindo de lo que Chay podía gozar pese a no merecerlo, porque era alguien que se sentía bien, alguien de quién solo disfrutaría su compañía un poco más.



Después de todo el no merecía a alguien bueno ni sentirse feliz...






















Fua el primer cap espero
poder actualizar pronto
es que trabajar y estudiar
lo hace difícil, espero
les haya gustado e intrigado
el cap. Byeeeee



©TIN

Bad Child | KimChayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora