Dejarse Llevar [Rubelangel Fanfic]

Capítulo 3

Una noche de semana, luego de cenar, cada uno va a su habitación, Mangel se acuesta y Rubius se queda jugando al Ju-on un rato largo.

Mangel dormía hasta sentir la voz de Rubius llamándolo detrás de la puerta. "Que pasa Rubiuh?" Dice aclarándose la voz. El rubio abre la puerta y se acerca un poco. "Lo siento Mahe, pero estoy un poco asustado. Es que estuve jugando al Ju-on... No quieres hablarme un poco hasta que se me pase?" Mangel gime en sueño. "Rubiuh, estoy cansaho, duerme aquí si quiereh" dice recostándose de nuevo, dejando más espacio en su cama. Rubius se acerca y toma las sábanas, descubriendo el torso desnudo de su amigo. Lo observa un momento y se mete debajo de las sábanas, rozándose contra el cálido cuerpo de su amigo. Se acomoda de costado, dándole la espalda y cierra sus ojos, tratando de relajarse y pensar cosas bonitas, como la persona al lado suyo. Siente como Mangel se reacomoda, poniéndose de costado contra él y pasando su brazo rodeando su cintura. Sintiendo el acogedor calor del morocho en su cuerpo hace que caiga pronto al ensueño.

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Estaban en Bgames, en el sillón rojo. Habían terminado de grabar un gameplay juntos y ambos estaban muy cansados del intenso día grabando varios sketchs. Querían ya irse a la casa, pero Mangel necesitaba editar un video de él para su canal, pues no tenía instalado un programa para editar el audio, de manera que se quedaría un rato editando en los ordenadores de Bgames. Rubius se queda haciéndole el aguante, mientras que el resto de la gente del estudio se iba, dejándolo solos allí.

Mangel enseguida se pone hacer lo suyo, mientras Rubius apaga las luces del lugar, dejando sólo 2 prendidas donde estaban ellos. El rubio toma el abrigo de Mangel y se lo lleva al sillón rojo, se recuesta y lo usa para abrigarse.

Luego de un rato, Mangel apaga el ordenador y se recuesta sobre el rubio, aplastándolo un poco en coña. "Dehpiertate. Ya termine, vamoh a casa." Le dice el morocho cerca de su rostro, y el otro gime en protesta. Abre sus ojos y mira al morocho. Se sonríen y el rubio vuelve a cerrar sus ojos. Mangel miraba su rostro tan bello. De apoco su sonrisa desvanece y se acerca a los labios del rubio, uniéndolos en un suave beso. Rubius enseguida abre sus ojos, pero los labios del morocho comienzan a moverse sobre los suyos, y los vuelve a cerrar, dejándose llevar por ese suave y tierno beso. Se separan po un momento y se miran los ojos, y los labios. Vuelven a unir sus labios, y esta vez abren sus bocas de apoco, asomando sus lenguas, rozándolas juntas en un sensual baile. El beso es apasionado, pero no deja de ser tierno y lleno de amor. Están así durando casi una hora. Sólo besándose, a pesar de que cada uno estaba palote, ninguno de los dos se movía con intensiones de ir más allá. Se separan y ninguno de los habla. Sólo se miran sus labios húmedos e hinchados, intercambiando alguna que otra mirado a los ojos, pero sin detenerse mucho tiempo, pues temían caer profundo en la mirada del otro. Enseguida comienzan a sentirse un poco incómodos, y Rubius es el primero en moverse, para levantarse de allí. Mangel hace lo mismo y vuelven a su casa, sin decir nada sobre los dos.

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Luego de haber terminado de cenar, Mangel levanta los platos y los lleva a la cocina, mientras Rubius conecta su notebook al televisor para poner Silent Hill 2. Mangel le dice que es un masoquista, pero el otro se defiende con que no podía no verla, pues todo el mundo se la había recomendado, además que le gustaban mucho los videojuegos.

Durante la película, Rubius se encorvaba como un niño, con las manos cerca del rostro para taparse los ojos cuando aparecían monstruos. Termina la película y el rubio esta apoyado contra el costado de Mangel. "Venga, ya termino, vamoh a dormih" dice el morocho, se levanta y detiene la reproducción de la película. "Mangel" "Que pasa?" "Te importaría dormir conmigo?" Mangel se lo queda mirando un momento, tratando de entender las verdaderas intenciones del rubio. "Vale. Pero esta veh en tu cama, que es máh grande." Rubius le responde con una pequeña sonrisa.