Capítulo 3

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Eran las diez de la mañana. La joven de Hoenn se encontraba acostada sobre la cama de su habitación, durmiendo. Se veía en completa paz, con la ropa con la que había llegado a Kalos y con sus zapatillas todavía puestas.

Despacio y sin moverse, abrió sus ojos y vio por la ventana; ya era de día. Bostezando, decidió levantarse y agarrar su celular para ver la hora.

May (pensando): Son las diez. Tengo hambre. ¿Tendrán servicio al cuarto? Quisiera tomar un jugo de naranja y comer unas tostadas.

Revisando la habitación, vio un teléfono en una pared. Al instante, se aproximó a él y presionó un botón, pensando que así podría comunicarse con recepción.

Pasó un rato y tocaron la puerta de la habitación de May. Era la enfermera Joy con su desayuno. En ese momento, la joven de Hoenn abrió la puerta y se encontró con la mujer de cabello rosado.

La enfermera Joy traía en sus manos una bandeja de madera sobre la cual había un vaso con un jugo de naranja y dos tostadas, como May había pedido.

Una vez que la empleada del centro pokemón se había retirado de la habitación, May se dispuso a desayunar.

May (pensando): Debería empezar a investigar acerca de la ubicación de Ash para sorprenderlo. Brock dijo que se hospedaba en un hotel caro, en el centro de la ciudad.

Luego de comer, la fanática de Coldplay buscó en Google hoteles en el centro de Lumiose. Para su sorpresa, los resultados de la búsqueda sólo mostraban un hotel en esa zona.

Dicho hotel era el Hotel Chevalier, un lujoso edificio de 30 pisos y con un promedio de 4.4 estrellas. 

Nuestra protagonista había quedado absorta por el dinero necesario para poder pagar una estancia allí.

May (pensando): ¿Acaso Ash se hospeda aquí? ¿Cómo puede pagar estos precios? ¿4000 euros? ¿5000?

Luego de unos minutos de investigación, la muchacha de ojos azules dejó su celular y fue a darse una ducha. Al entrar al baño, dio un vistazo rápido antes de quitarse la ropa.

El baño tenía paredes celestes como el cielo y el piso era blanco con un diseño de cuadrados. El espejo, ni muy grande ni muy pequeño, también servía como alacena y estaba un poco más arriba que el lavamanos. El inodoro estaba colocado justo enfrente del mueble anterior y al lado de la ducha.

La señorita Balance, ya desnuda, giró la llave del agua caliente y entró a la tina. Mientras se bañaba, pensó en Ash y en cómo encontrarlo.

May (pensando): Si solo hay un hotel en el centro de la ciudad, Ash debe quedarse allí. En ese caso, ya tengo el lugar pero no tengo idea de cuándo saldrá o entrará. Más importante, ahora que es famoso, apuesto a que los medios lo siguen a todos lados.

Si quiero confesarle mis sentimientos, debo encontrarlo solo.

Minutos después, salió del baño para vestirse. De su maleta sacó una camiseta de mangas largas roja, un suéter negro con cuello de tortuga, unos pantalones de invierno negros, y unas botas negras también, debajo de las cuales había unos calcetines blancos.

Al secar su cuerpo y vestirse, se puso perfume y unos aretes en sus orejas, para luego usar lápiz labial rojo.

Al fijarse la hora, vio que eran las doce del mediodía. May se interesa mucho por su belleza, razón por la que tardó dos horas en arreglarse para Ash.

Tomando su bolso y guardando su teléfono, la recién llegada a Kalos procedió a salir del centro pokemón y dirigirse al Hotel Chevalier.

Una vez en el exterior, la bella chica tomó un taxi y le indicó el destino al conductor. Este último no le entendió muy bien a la joven Balance, pues su francés no era el mejor, pero finalmente logró comprender lo que quería decir la pasajera. Acto seguido, el vehículo se dirigió a donde se hospedaba Ash.

Love ForeverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora