Eddie and Lillian
Baby—Diablos... — dijo la castaña con una prueba de embarazo sobre sus dedos, suspiró mientras en pensaba en como mencionarle a Eddie sobre que serán padres.
Li y Eddie se habían mudado juntos de nuevo después de 5 años, durante esos años se veían los fines de semana, en vacaciones realizaban pequeños viajes ya sea en pareja o en su grupo de amigos. Pero, Li terminó su carrera de escritora, había mandado su primer libro a la editorial Post Hawkins, mientras que Eddie continuaba con su banda Corrored Coffin por todo el país, eran conocidos, si, pero aun les faltaba un empuje más para llegar a ser internacionales, lo cual Eddie buscaba junto con Gareth.
Li, emitió una sonrisa, imaginar un pequeño con semejanzas de ambos, con cierto carácter de locura como Eddie, pasión ya sea por la musica o cualquier cosa que le guste, sin embargo, se remontaba en su mente la escena en la manera de como o más bien, de que manera le dirá a Eddie, que espera un hijo. ¿Lo aceptará o lo rechazará? Eran muchas probabilidades.
No obstante, Li salió del baño aun con la prueba en mano, llegando a la habitación de ambos, donde Eddie estaba profundamente dormido, su cabellera despeinada y sobre su rostro, dormía boca abajo, donde dejaba en descubierta su espalda, así como se podía observar un poco su ropa interior, tenia sus pulseras sobre las muñecas, entre ellas, se reflejaba aquella de color rojo de piel que tenia grabado el nombre de su banda, Li le regaló aquella pulsera cuando fue su primer concierto en Kansas. Li miró por unos segundos, apretando sus labios mientras agitaba su pierna izquierda en señal de nervios, pero era demasiado tarde ya que Eddie despertó moviéndose un poco, estirando sus brazos el como se le marcaban las costillas de sus costado, sus brazos marcados, sus significativos tatuajes, que dada la circunstancia, entre sus tantos tatuajes viene la fecha de cuando fue la boda de ellos.
Eddie abrió los ojos parpadeando de poco a poco, emitiendo una sonrisa hacia Li mientras ella estaba sentada en la cama, tratando de esconder entre sus manos la prueba, Eddie la tomó de la nuca para acercarla y besar aquellos labios que lo volvían loco, aquella sensación de Eddie besando a Li, todas las malditas mañanas, era adicto, así como los demás del café.