miraba las vías del tren, en estado de shock viendo el cuerpo desagrado y arrollado de la persona que acababa de empujar contra el vagón.
Despertó agitado luego de la pesadilla que acaba de tener, todo en la pieza le daba vueltas y tenia ganas de vomitar, estaba sudando helado y sentía la garganta apretada con la boca seca. Enzo vio su reloj de su mesa de noche, marcaban las seis treinta de la mañana, se levanto para poder darse una ducha e irse a trabajar como maestro en una escuela a unos cuadras de su casa. Desde la muerte de su esposa, las pesadillas no lo dejaban dormir, todo lo que tenia que hacer era quedarse despierto toda la noche esperando que amaneciera, solo podía recuperarse con unas tazas de cafe para poder sobrellevar el día en su trabajo.
Su esposa Karina, el amor de su vida que conoció en la escuela en la que trabaja,murió por un enfermedad silenciosa que se la arrebato de su lado, dejándolo solo en ese pequeño departamento que ya no tenia vida si ella ahí,Todavía recuerda todo como si fuera ayer «era el primer día como maestro luego de conseguir su titulo, iba emocionado, buscando el salón en el que daría clases, pero perdido no se dio cuenta por donde iba y termino chocando con una mujer de cabellos cobrizos y piel tan blanca como la nieve.-disculpa no vi por donde iba.- ella lo miro con sus ojos azules como el mar y el quedo hipnotizados por ellos.-no te preocupes, también andaba distraída.- se sonrieron sin despegar la mirada del otro.-no te había visto por aquí, ¿eres nuevo?.- pegunto curiosa por la cara nueva que veía.-si, es mi primer día dando clases en este lugar, por lo que todavía no encontré el salón en el que debería estar.- dijo el, esperando que ella se ofreciera a ayudarlo.-si quieres te puedo guiar hacia allá.- sugirió ella comenzando a caminar.- ¿enserio?, te lo agradezco no quería seguir dando vueltas.- rieron juntos, encaminandose al lugar.»
Todavía podía sentir la emoción, cuando comenzaron a tener citas o la felicidad que tenia el día que se casaron.
La noche por fin había caído,las calles estaban tranquilas y Enzo deprimido llegaba a su departamento, su cabeza le martillaba luego de un ajetreado día en su trabajo. Se había cambiado de colegio luego de la muerte de su esposa, todo en ese antiguo lugar le recordaba a ella y no podía estar mas ahí sin sentirse sofocado. Había un niño en el curso que tenia a cargo que lo ponía incomodo, tenia una actitud extraña,sentía que lo miraba raro como con desprecio, tuvieron un encuentro el primer día de clases y desde entonces han tenido una mala relación, siendo este niño insolente y no dejando que diera bien sus clases.
Dejo sus cosas en el mesón y se dirigió a su cuarto, viendo el lugar con nostalgia, a veces, todavía podía ver a su esposa arreglándose en su tocador, los días sin ella eran infernales.
Ya no se sentía el mismo, desconfiaba de su alrededor, pensaba que se estaba volviendo loco, y ese niño extraño no ayudaba en nada.
Era otro día mas en ese salón, todos los jóvenes iban entrando y sentándose en sus respectivos lugares, el adolescente tomo asiento y con sus ojos negros azabache lo miraba fijamente desde el final del salón en la esquina del lugar, poniéndolo incomodo, haciendo que el joven sonría de una forma singular.- bueno niños espero que hayan hecho la tarea que les deje ayer.- trato de ignorarlo.- hoy vamos hacer un trabajo sobre algún tema del libro que tenían que leer este mes.-iba caminando hacia el final del salón, miraba de reojo al joven, sintiendo que este lo seguía con la mirada.- al final de la clase deben decirme los temas que eligieron.- todo afirmaron y conversaron entre ellos, y Enzo se dirigió a su lugar.
Sintió que algo lo golpeo en la espalda y se dio la vuelta rápidamente.- ¿quien fue?.-vio el suelo y vio una goma para borrar, lo tomo y volvió a preguntar.- ¿quien tiro esto?.- mostraba la goma enfurecido, nadie respondía mirándose entre ellos.- bueno si nadie va hablar, vamos a dejar el trabajo para otro día y hoy vamos hacer una prueba sobre el libro.- dijo Enzo mirando a sus alumnos, pero dejando su mirada mas tiempo en Martínez, el niño nuevo que le daba mala espina.
Al final de la hora todos los adolescentes entregaron sus hojas, pasando uno por uno, hasta que le toco a Martínez, que tenia una mirada de odio hacia el profesor, le tiro la hoja y se dio la vuelta para encaminarse a su puesto. Enzo miro la hoja y vio que no tenia nada escrito solo su nombre y las preguntas que estaba anotadas en el pizarrón.
El día paso volando y Enzo se encontraba en el metro para poder dirigirse a su hogar, tenia un dolor de cabeza debido a todo el estrés de estos últimos meses, afectándole estos últimos eventos en su vida diaria. Sintió una mirada intensa desde su espalda, miro de reojo y se encontró con el niño Martínez viéndolo fijamente apoyado en los anuncio que se encontraban en las paredes del lugar, Enzo se puso rígido y el corazón le latía a mil, tenia un muy mal presentimiento. volvió a mirar las vías del tren y escucho que se acercaba el vagón, paranoico volvió a mirar hacia atrás y lo encontró sonriendo burlón. Se sobresalto cuando el tren paso al frente de el, haciéndolo que casi perdiera el equilibrio, pero pudo recuperase y entro al vagón. Mirando nuevamente hacia atrás sin encontrar al muchacho, miro para todos lados tratando de encontrarlo pero no había ningún rastro de el.
Llego a su casa, dejo sus cosas en el sofá y se encamino a la cocina para poder preparase un cafe y revisar las pruebas y tareas de hoy. Esta sentado en la mesa del comedor, le falta poco para terminar, cuando vio una sombra negra mirándolo desde el cuarto que se encontraba al frente del comedor pero al final del pasillo, todo el lugar estaba oscura pero se podía distinguir esa cosa, se levanto corriendo la silla provocando que hiciera un ruido que lo puso de los nervios, se acerco lentamente viendo que la sombra tenia forma como de una mujer.-¿ quien eres?.- hablo aterrado, pero sin dejar de caminar hacia eso, poco a poco sentía que la sombra tenia una figura conocida .-¿ Karina?¿eres tu ,mi amor?.- vocifero esperanzado.- la figura se le acerco mostrado por fin su silueta, haciéndolo estremecerse y dejándolo quieto en el lugar, Enzo sudaba frío, le veía la cara desfigurada, la piel pálida llegando a casi ser azul, esa cosa no era su esposa y eso lo hizo tensarse, el monstruo empezó a gritar, era algo desgarrador y al mismo tiempo agudo, el hombre se tapo los oídos.- ¡basta!¡fuera de aquí!.- gritaba desesperado.- mátalo.- fue lo ultimo que escucho.
Se despertó sobresaltado, el corazón le iba a mil, y el cuerpo le dolía, estaba en el comedor se había quedado dormido revisando las pruebas, vio la hora en su reloj y vio que eran las seis treinta de la mañana, se restregó la cara y guardo sus cosas para poder arreglarse e irse a trabajar.
Luego de muchas actividades que hicieron en el colegio y felicitaciones del lugar, todos los niños se retiraron a sus casa.
Entro a su salón, y vio algo raro en su mesa, era una caja roja con un lazo blanco decorándolo, lo tomo y recordó que hoy era el día del profesor, por lo que su curso a cargo le dio un regalo, emocionado y sorprendido se sentó y comenzó abrir su regalo, le saco el lazo y la tapa revelando lo que había dentro. tomo rápidamente el basurero que tenia al lado y comenzó a vomitar, no podía creer lo que le habían dado.
Era una rata muerta y las siglas H.M estaban en la tapa de la caja con sangre.
Enfadado tomo sus cosas y abandono el lugar, se caminada furioso,nadie se atrevía a cruzarse en su camino, entro al metro y bajo hasta el subterráneo para esperar el tren, no esperaba encontrarse cara a cara con el causante de su furia.
Colérico tomo al muchacho de los hombros y lo zamarreó.- oye, que te pasa, acaso ya viste mi regalito.- se burlo de Enzo, buscando provocarlo mas.- tu maldito psicopata, déjame en paz , que te he hecho para hagas todo esto.- decía el mayor, zamarreándolo mas fuerte y empujándolo cada vez mas cerca de las vías del tren. Hugo se dio cuenta que estaba al final del camino y se espanto al ver que podía caer.- que vas hacer, ¿me vas a matar?.- no dejaba su actitud burlona, a pesar de estar muy asustado.- Enzo no pensaba con claridad, miro como el vagón se acercaba cada vez mas y volvió a escuchar la misma voz de la mujer de anoche «mátalo» «empújalo» le susurraba la voz y sin pensarlo, soltó al muchacho, provocando que este cayera, vio en los ojos del muchacho el pánico y lo ultimo que escucho fue su grito angustioso.
miraba las vías del tren, en estado de shock viendo el cuerpo desagrado y arrollado de la persona que acababa de empujar contra el vagón.
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Relato circular