𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 𝘁𝗿𝗲𝘀

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❛𝙋𝙤𝙧𝙦𝙪𝙚 𝙘𝙪𝙖𝙣𝙙𝙤 𝙩𝙪 𝙙𝙞𝙘𝙚𝙨 𝙦𝙪𝙚 𝙢𝙚 𝙖𝙢𝙖𝙨 𝙮 𝙢𝙞𝙧𝙖𝙨 𝙖 𝙢𝙞𝙨 𝙤𝙟𝙤𝙨, 𝙙𝙞𝙘𝙚𝙣 𝙦𝙪𝙚 𝙚𝙨𝙩𝙖𝙢𝙤𝙨 𝙛𝙪𝙚𝙧𝙖 𝙙𝙚 𝙘𝙤𝙣𝙩𝙧𝙤𝙡.❜

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Sin voltear atrás apresuro su andar, empujando a todas las personas que se le cruzaran en el camino, sorprendentemente no llamo la atención de nadie en el lugar. Y no era de esperar, todos ya estaban hasta la cabeza de alcohol, todo lo que pasara simplemente era algo normal.

No podría pedir ayuda, tampoco es como si quisiera arriesgarse a estar mas tiempo en ese lugar, sabia que el chico estaría furioso, y mas por la forma en la que lo golpeo.

Cuando por fin pudo salir del lugar camino por el estacionamiento central hasta dar con el gran portón que separaba esa gran mansión y futura universidad, de la calle.

Cometió el gran error de detenerse y voltear hacia atrás con la esperanza de que no era seguido, lamentablemente eso era demasiado bueno para ser real. Un bicolor lo seguía a pasos firmes con una cara de absoluta molestia, sin embargo cuando sus ojos conectaron, este le dedico una sonrisa coqueta.

—¿Dónde vas bonito?.—

Mierda mierda, ¿Por qué se acercaba tan rápido?. Abrió la reja rápidamente y corrió por la solitaria calle hacia ningún lugar en particular, pensaba perderlo y cuando eso sucediera llamaría a un taxi para que lo llevara directamente a su casa. Así estaría a salvo.

Aun no se recuperaba del shock, creía que las criaturas mitológicas como lo eran los vampiros eran simples cuentos de ficción para entretener. Jamás imagino encontrarse con uno, menos que este lo siguiera para comerlo.

Corría y corría sin voltear atrás, alejándose de aquella elegante fiesta de bienvenida yendo por caminos que escogía al azar para poder perderlo. El aire invernal golpeaba sobre su pálido rostro recorriendo todo su cuerpo, calándole el frio hasta los huesos.

Las desoladas calles y la luz de la luna eran lo único que le acompañaban, aparte de ese loco sujeto.

Su respiración errática y la suela de sus zapatos golpeando contra el pavimento era lo único que se podía escuchar.

Giro en la esquina de un callejón metiéndose en este y se detuvo abruptamente una vez se aseguro haberlo perdido. Las gotas de sudor frio caían sobre su rostro, su corazón no paraba de latir acelerado por el increíble maratón que recorrió. A pesar de eso no se sentía tan cansado, producto de la adrenalina.

Se dejo caer sobre sus rodillas mientras intentaba controlar su respiración, dejando las palmas de sus manos sobre sus muslos, a este paso le daría una jodida pulmonía si no dejaba de respirar aire frio.

—¿Por qué huyes?.—

Se sobresalto soltando un jadeo de sorpresa. Alzo la vista con rapidez en dirección de la cual provino aquella voz, encontrándolo parado justo en medio de la entrada al callejón.

El chico del que jodidamente huía, estaba a tan solo unos pasos de el.

Los ojos heterocromáticos lo veían atento, con un deje siniestro de diversión en ellos, haciéndole gracia la situación. La luz de la luna iluminaba parte de su rostro, su actitud era tranquila y calmada, como si tuviera todo bajo control. En la palma de su mano.

—T-tú...¿Qué mierda es lo que quieres?—

Pregunto aterrado, quería parecer fuerte y valiente como siempre lo era, pero esta vez le fue imposible, todo su cuerpo temblaba sobre el suelo congelado donde descansaba. Moriría esta noche y nadie iba a ayudarlo.

𝘽𝙇𝙊𝙊𝘿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora