Benzodiacepinas

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Ya no quiero ser fuerte, ya no puedo.
Viviendo entre sueños a medias
y peligrosas dosis de benzodiacepinas,
¿Cómo fingir que estoy bien?
Si pretender sonreír me rasga la piel,
soy quizá muy sensible para este mundo,
o solo un alma más que vaga sin rumbo.
No concilio el sueño hasta la madrugada,
cada amanecer me siento más cansada,  
y no es que ya no quiera vivir, solo me duele pensar,
porque hay días que la existencia misma nos puede pesar.

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