Maleficent x Peasant! Reader

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Advertencias
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❥Violación.
❥Menor de edad.
❥Hombre mayor/mujer joven.
❥Relacion Hada/humana.
❥secuestro.
❥Asesinato.
❥Abuso físico, sexual y emocional.
❥Esclavitud Sexual.

(se recomienda leer en modo nocturno para mejorar la experiencia)

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Los primeros rayos del imponente sol pintaban el horizonte, los cantos de las aves acompañaban la hermosa vista de un amanecer que rompía lentamente el rocío del amanecer, el hada miraba aquel bello amanecer, su afilada mirada divagaba por el horizonte, el hada esperaba la llegada de su estimado compañero, aquel cuervo azabache que fungía como su informante, el hada enviaba a su querido animal cada día, con tal de encontrar a aquel príncipe al que había maldecido hace ya tantos años.
Si bien aún faltaban un par de años para que la maldición se cumpliera, el hada no tenía intenciones de siquiera permitirle tener una oportunidad de salvación al joven príncipe, mientras antes lo encontrara, mejor sería para los planes del hada, la mente de aquel ser divagaba entre sus pensamientos, un fuerte graznido resonó por el lugar, el hada dirigió su penetrante mirada hacia el cielo, Diablo agitaba sus poderosas alas, aproximándose rápidamente a su encuentro con su amo.
El hada levanto su mano con un elegante ademan, la majestuosa ave se posó sobre el dorso de las poderosas manos de aquella criatura, con su mano libre el hada acaricio la cabeza del cuervo, al animal se mostró complacido con las caricias de su amo, el hada esperaba paciente las noticias diarias con las que llegaba su fiel compañero.
-Diablo ¿encontraste lo que te he encomendado?- pregunto aquella criatura de piel verdosa, el cuervo grazno a modo de afirmación ante la pregunta de su señor.
El cuervo comunico sus hallazgos a través de graznidos, su fiel súbdito había logrado encontrar al joven vagando entre los imponentes árboles, el joven maldito se encontraba en lo profundo de aquel denso bosque, un pequeño detalle del informe del ave capturo la atención del hada.
-así que esta con una joven…- el hada dio una última caricia a su cuervo, para después alejarse de aquel ventanal por el cual admiraba el amanecer.
El hada no podría permitir que el príncipe tuviera la oportunidad de librarse de aquella mortal maldición, el hada caminaba a través de los fríos corredores de roca pertenecientes a él gran castillo donde habitaba aquel poderoso ser, el hada entro en una habitación con una imponente puerta de madera reforzada con obsidiana, dentro de aquella habitación habían múltiples bienes parafernales, calderos y cristales decoraban la siniestra habitación, del centro de aquel obscuro cuarto el hada sujeto una peligrosa daga de plata, el hada sonrió ante la idea de arrebatar una vida, más si es la de una joven campesina a la cual seguramente nadie extrañaría.
Un conjuro sobre la daga de plata bastaría para causar el mayor sufrimiento sobre el cuerpo de la joven, el hada se relamió los labios, la tortura le resultaba encantadora, con un elegante movimiento de su bastón el hada decreto el hechizo que realizaría, materializarse en aquel denso bosque no representaba ninguna oportunidad, humo negro envolvió la imponente figura del hombre, seguido de una potente luz emano de la criatura, su ahora tenue figura envuelta por humos y luces se fue desvaneciendo hasta desaparecer, dejando aquella sombría habitación en total soledad, a la espera de un nuevo individuo deseoso de utilizarla.
El Hada manifestó su figura en aquel denso bosque, entre grandes robles por los cuales apenas si entraba la luz, rodeado de vibrante y basta vegetación, a sus pies se encontraba un pequeño estanque cristalino cuyas aguas reflejaban la poca que luz que entraba al lugar, un paisaje hermoso sin duda alguna, el hada le dio la orden a su estimado cuervo, buscaba que lo guiará entre los laberínticos paisajes en busca de aquella desconocida campesina.
El Hada avanzo por el lugar admirando las profundidades de aquel místico entorno, fue a lo lejos que el hada diviso una acogedora cabaña, constantes estelas de humo se abrían paso por la chimenea delatando a sus ocupantes, antes de siquiera poder aproximarse a la cabaña un par de voces resonaron a su costado, detrás de un gran roble se encontraba una pareja de jóvenes, le resultó sencillo ubicar a él joven al que había maldecido, aquel que se ganó su repudio con apenas días de vida, pero, la atención de la criatura se centró en la acompañante del joven, al lado de aquel bello joven de cabellos dorados había una joven, una campesina más que claro, pero con una belleza radiante, una dama encantadora.
El Hada no pudo evitar perderse entre las facciones de la joven, admirando cada rasgo en ella, que lo descubrirán no era un riesgo, un simple hechizo basto para mantenerse invisible ante el ojo humano, aquel ser siguió escuchando la conversación de aquella pareja, cargada de palabras dulces y castas muestras de amor, todo esto iba en contra del trabajado plan del hada, el príncipe no sólo contaba con aquella belleza entre sus manos, sino que, gracias a esto, tendría la oportunidad de salir de romper su maldición, ambas eran cosas que la criatura no podía permitirse, aquel ser espero pacientemente a que ambos jóvenes se despidiera, un dulce beso culminó la reunión de ambos seguida por una cariñosa despedida, el príncipe de encaminó hacia la cabaña, ahí era donde estuvo escondido durante tantos años, no actuaría sobre el por ahora, eliminar de su camino a la bonita campesina era una prioridad por ahora, el hada siguió los pasos de la joven, buscando el momento exacto para tenderle aquella hechizada con la que la campesina debería acampar con su propia vida.
Pero cada intento era disuadido, la dulce apariencia de la campesina le causaba sentimientos conflictivos a él hada, la idea de ver aquel vital líquido carmesí fluyendo por la figura de la campesina le resultaba fascinante, pero la idea de mantenerla con él, totalmente a su merced llenaba de deseo a la cruel criatura, durante la tranquila caminata el ser abandono toda idea de acabar con la joven, la idea de tener su linda cara solo para él le era más tentadora, más la idea de separarla del príncipe, para la criatura sonaba como algo de ensueño, para el ser no fue difícil adelantar a la joven, le interesaba presentarse ante ella, la joven iba perdida en sus pensamientos, recordando con cariño este último encuentro que tuvo con su amado, no solía decirlo en voz alta, pero, deseaba poder casarse con él algún día, el solo pensamiento de este suceso bastaba para sonrosar a la campesina, un suspiro enamorado salió de sus labios.
Su pequeña fantasía se vio interrumpida por una solemne voz, la campesina dirigió su mirada hacia el dueño de aquella sedosa voz, ante la campesina, recargado sobre un árbol se encontraba aquel poderoso ser, su imponente figura resaltaba entre el paisaje dándole un aura onírica, el buen parecer de la criatura le ayudó a captar la atención de la joven campesina, era aún más bella de cerca, el hada esperaba la obvia respuesta, miedo o desconfianza por parte de la joven, aunque para su sorpresa, la joven se mostró dulce ante él.
-buenas tardes- saludo de manera cortes al hada, al parecer la joven ignoraba la malicia de aquel ser, ¿acaso está dama poseía un corazón puro? En caso de serlo, el hada deseaba aún más tener a la joven para sí.
-puede ser peligroso para una joven como usted recorrer este bosque- le advirtió el hada a la joven campesina de los peligros del lugar, aunque el mayor de ellos se encontraba cara a cara con ella.
-no se preocupe, conozco estos bosques, le agradezco por su preocupación, cuídese igualmente- respondió amablemente la campesina, la pequeña acción de preocupación por parte de la joven despertó un instinto animal dentro del hada, deseaba probar a esta joven en todo aspecto, un corazón puro como el de ella no era común, una delicia que se aseguraría de obtener.
El ser analizo a la doncella, mirando su cuerpo con aquella mirada llena de deseo bien camuflada con indiferencia, sobre el cuello de la campesina había una pieza de joyería pesada y barroca, un collar de hierro, una pieza bastante hermosa, cada detalle se veía hecho con maestría, un adorno que elevaba la belleza de la campesina, junto a eso, un par de aretes igual de trabajados terminaban de adornar a la campesina, una pena que tales piezas fueran trabajadas en hierro, el hada no podría tocarla, siquiera acercarse a ella, por ahora ella estaba protegida.
El Hada sonrió complacido, mientras veía a la campesina alejarse, perdiéndose entre la densidad del bosque, el hada deseaba la joven, devorar su carne y beber su sangre, tener a ese corazón sangrante debajo de él rogando por piedad, volvería a su castillo, la maldición se cumpliría al llegar a los 16 años, ella no se interpondrá, el hada se asegurará de ello, nuevamente realizó el hechizo para retirarse, esperar era lo único que podría hacer, aunque eso no limitaría su convivencia con la campesina, una vez de vuelta en su castillo el hada siguió fantaseando con la campesina, con el dolor que le podría causar…
El Hada siguió acosando a la joven, ahora sin buscar mostrarse, seguirla durante horas se volvió el día a día de aquella criatura, cada día sin excepción seguía a la joven con sus rutinas, lo que más le fascinaba era ver aquel gentil corazón salir a relucir, el cómo convivía con cada criatura, siempre buscando ayudar y cuidar, ciertamente encantadora, el hada miró a la campesina recoger frutas silvestres, se veía tan vulnerable, tan seductora, pensamientos intensos sobre lo que le haría a la joven se plantaron en su mente, no podía soportar no tenerla con él, necesitaba sentirla al menos una vez.
Una vez caída la noche el hada se aproximó al hogar de la campesina, la luz pálida de la luna se convirtió en la única compañía de aquella sórdida criatura, a paso lento se acercaba cada vez más a su víctima, una joven inocente, ajena a la maldad de aquella criatura, la habitación donde reposaba la figura de la joven estaba fundida en obscuridad, solo la caricia de la luna entraba por la ventana iluminando tenuemente los aposentos de la joven, para el hada fue sencillo entrar, le resultaba excitante poder estar tan cerca de su obsesión, las leves elevaciones del pecho de la joven eran magnéticas para el hada, la figura de la campesina era cubierta por un simple camisón, ligeramente transparente, el hada hechizo a la joven, con un simple toque de su bastón sobre la frente de la campesina ella cayó inconsciente, no se despertaría hasta que él lo deseara, disfrutaría de esta joven sin limitantes.
El hada paso suavemente su mano sobre la mejilla de la joven, el contraste entre la gélida piel de la criatura con la calidez de la joven le resultaba entrañable a la criatura, el hada coloco su rostro sobre la joven, el ser planto un suave beso en los labios de la campesina, lo que en un principio era un beso tranquilo se convirtió rápidamente en uno agresivo, mordió y abrió la piel de los suaves labios de la joven inconsciente, la sangre de la laceración inundo la boca de la criatura, aquel liquido carmesí era embriagante, un elixir capaz de arrebatarle la cordura de cualquier ser.
La respiración de la criatura tomo un ritmo más rápido, profundo e inestable como muestra palpable de su excitación, el deseo de el hada hacia la campesina aumento, no quería tomarla en estos momentos, no, la tomaría cuando todo terminara, sería su premio, la muestra de su victoria, antes de retirarse, el hada paso su lengua viperina sobre la sangre que impregnaba el rostro de la campesina, un último trago de aquel delicioso liquido bastaría para mantener a la criatura a raya, con un ademan de su cetro el hechizo que mantenía a la joven en la inconciencia fue roto, no se tomó la molestia de sanar los labios ensangrentados, dejaría que ella se encargara de eso.
Nuevamente el hada realizo un hechizo para volver a su castillo, la criatura estuvo toda la noche en vela, recordando a su joven campesina, no faltaba mucho tiempo para que su maldición se cumpliera, deseaba sentir el calor de la joven nuevamente, sentirla totalmente, pero no debía precipitarse, el que persevera alcanza, no destruiría todo por lo que ha trabajado, la criatura siguió molestando a la joven cada noche, probando a la campesina levemente, reprimiendo sus deseos, el ser se acercó a una mesa, sobre el mueble de madera obscura había una copa de cristal, la tenía luz dejaba un reflejo luminoso en la punta del utensilio, el hada tomo la elegante copa, apretó el frágil cristal entre sus manos resquebrajando el materia gracias a la fuerza, trozos cristalinos abrieron la piel verdosa de la criatura dejando fluir libremente aquel liquido de un color antinatural.
La rabia se acrecentaba en lo profundo de su estómago, el dolor de las laceraciones se vio totalmente desplazado por aquel intenso sentimiento, deseaba tener a la campesina a toda costa, cada célula de su cuerpo ardía, llena y rebosante de magia obscura, si sus cálculos no fallaban mañana mismo tras los primeros rayos el joven príncipe debería caer en su maldición, su respiración fúrica llenaba la habitación, brillantes estelas de luz en forma de rayos emanaban de sus manos, la magia era tan intensa que no podía ser contenida, la pasión e ira que desbordaba aquel ser era aterradora, solo aquella dulce campesina seria el receptáculo de cada uno de sus sentimientos, mañana, con solo resistir hasta mañana le joven será suya…
Un nuevo amanecer dio por iniciado el maravilloso día de la criatura, hoy obtendría todo lo que quisiera. La criatura le ordeno a su fiel mascota que fuera a encontrar a el príncipe, deseaba saber en qué momento era arrebatado de las manos de su amada campesina, mientras que aquel ser esperaría pacientemente, abordar a la joven en su momento más vulnerable le ayudaría a poseerla, en carne y alma.
El tiempo paso dolorosamente lento, rasgaba la cordura del aquel malévolo ser, el sol se encontraba imponente sobre el manto celestial, recubriendo aquellas mágicas tierras con su potente luz, el sonido de un fuerte aleteo saco a aquella criatura de su tortuosa espera, el azabache plumaje del cuervo brillaba en contraste contra el sol, el ave entro por la ventana posándose en el dorso de la mano de su amo, el ser sonrió ante la llegada de su mascota, acaricio suavemente la espalda del ave.
-infórmame, ¿Qué noticias me traes? - pregunto impaciente el solemne ser.
Los graznidos del cuervo se transformaban en una lengua que solo su maestro podía entender, las noticias eran maravillosas, el joven príncipe había sido llevado al imponente palacio al que siempre había pertenecido, el ser relamió sus labios con solo imaginarse al joven agonizar bajo su maldición, la criatura volvió a teletransportase, supuso que la joven estaría donde la encontró con el príncipe hace tanto ya, la criatura sonrió al saber que estaba en lo correcto, debajo de un gran y poderoso árbol estaba la joven campesina ahogada en lágrimas, su bello rostro estaba oculto entre sus brazos, la jovencita no se había percatado de la presencia obscura de aquel ser.
- ¿Qué aqueja tu corazón? mi pequeña alma pura- pregunto con falsa compasión aquel maligno ser,
La doncella alzo la mirada, lagrimas cristalinas fluían libremente por su rostro, aquellas brillantes lagrimas parecían pequeños diamantes, el fuego pasional se plantó con fuerza en lo profundo del ser, la criatura se encamino hacia la vulnerable doncella, se mantuvo imponente sobre la frágil joven.
-se lo llevaron- dijo ella de manera dolorosa, <oh, pobre criatura> pensó aquel violento ser, aun con el dolor de la joven palpable en el aire, el ser nunca bajo al nivel de la campesina, se mantuvo imponente y agobiante para la jovencita.
-puedo llevarte ante el- dijo aquella criatura, sin rodeos, ni arreglos, quería torturar a esta alma pura, y que mejor que presentarle el estado en el que se encontraba su amado príncipe.
Los ojos de la joven se iluminaron con esperanza, una suave sonrisa se instaló en el rostro de la campesina, rompiendo su anterior expresión de agonía, era tan encantador, pero, aun así, el ser se encargaría de arrancarle de las entrañas ese estibo de esperanza.
La criatura le tendió la mano a la joven agobiada, está la sujeto rápidamente, el ser ayudo a la campesina a levantarse, sentir su calor de nuevo aumento aquella llama ya presente dentro del ser, la joven dirigió su mirada hacia el ser, debido a la diferencia de altura, la pequeña campesina se veía diminuta bajo la imponente figura de la criatura, el ser envolvió el frágil cuerpo de la joven con un denso manto negro, palabras con un sonido suave fueron emitidas de la boca de aquel ser, un conjuro, la niebla empezó a envolver a las dos figuras, la joven se apega más al cuerpo de la criatura, alterada por el despliego de magia, el ser sonrió ante la pequeña acción, aunque la joyería de hierro quemaba en su cuerpo, no le importo, tener a la joven cerca era delicioso, la densa niebla cubrió a ambos cuerpos, la campesina cerro los ojos debido a el desconcierto provocado por la presencia de magia.
Ambas figuras aparecieron en una torre, el viento helado propio de la altura erizaba la piel de la campesina, en el centro del obscuro lugar había una elegante cama, las sábanas turquesa se extendían pulcramente a lo largo del colchón, la inerte figura que descansaba sobre el suave material era solo iluminada por la luz moribunda del día, anunciando que sumirá a estas tierras en la noche nuevamente, el aliento de la campesina fue retenido en su boca, sus orbes, antes llenas de esperanza fueron cubiertas con un manto cristalino que amenazaba con convertirse en lágrimas, su amado príncipe se encontraba postrado en la mullida superficie, su piel enfermizamente pálida y expresión vacía contrastaban aberrantemente con su hermosa apariencia anterior.
La joven tropezó con sus propios pies al intentar llegar al joven inerte, tras caer con fuerza al suelo, rápidamente intenta aproximarse al joven, de rodillas al lado de la cama, la campesina coloco sus manos sobre el angelical rostro de su príncipe, se sentía frio al tacto, aquel frio era tan similar al de un cadáver, el estómago de la doncella se revolvió ante la sola idea de perder a su amado, la joven dirigió su mirada ahogada en lágrimas hacia el mítico ser, los sollozos llenaban el lugar, sus lastimeros ruidos no hacían más que aumentar el lívido de la criatura, podía jurar que una erección se empezaba a formar, la idea de tomarla aquí mismo era embriagadora.
-¿puedes ayudarlo?- pregunto suplicante la doncella.
La criatura miro con ligera sorpresa a la joven, se encontraba incida sobre el suelo, su mirada suplicante, tenerla de rodillas era tan delicioso, quería verla sometida, rogando por piedad, su pureza le pertenecerá solo a él.
La joven se volvió hacia el príncipe, le dedico suaves palabras de amor, buscando alguna reacción por parte del joven, la criatura camino a paso lento, saboreando de lo que le haría a la joven, una vez llego a la temblorosa campesina, el ser toco su hombro suavemente, la joven le dirigió su agónica mirada.
-quítate la joyería- dijo suavemente la criatura, este era el momento de hacer que se quitara aquellas protecciones.
La joven se retiró las piezas de hierro con algo de duda, aun así, lo hizo, se veía más fresca sin todo el metal que la protegía, la criatura levanto a la joven con algo de rudeza, acercándola a una ventana, con una voz fría le ordeno que arrojara las piezas por la ventana, la joven aún más desconcertada que antes arrojo las piezas por la ventana, viéndolas desaparecer en el abismo, el ser sonrió con malicia, no había nada más dulce que engañar a un corazón puro.
La criatura acerco tu rostro al cuello de la joven, aspiro el embriagante aroma del cuerpo puro, la joven pego un chillido ante la situación, el ser se alejó de ella con una sonrisa maliciosa en sus labios.
-¿vas a ayudarlo?- pregunto la joven intentando sonar segura, era tan tierno ver que intentaba verse valiente.
La criatura soltó una risa burlona, paso su afilada mano por el rostro de la joven, esta lo miró fijamente, aun manteniendo su fachada de valor, el ser apretó la mandíbula de la joven abriendo ligeramente la piel de la joven en el área que sus uñas tocaban, la campesina lloro un poco e intento zafarse.
-eres tan ingenua y pura- dijo el ser mientras soltaba el magullado rostro de la campesina.
Este toco su mejilla izquierda, la cual era la más dañada, le dedico una mirada atemorizada a aquel ser, la criatura relamió sus labios disfrutando de la expresión adolorida de la joven.
El hada sometió a la joven contra una de las frías paredes de concreto de la torre, la campesina lloro, su pequeño cuerpo tembló ante el terror, el ser deseaba probar su sangre, con su lengua viperina lamio las lágrimas que fluían como cascada, eran deliciosas.
-tan pura e inocente… te diré algo mi querida campesina- clamo de manera fría, disfrutando de cada palabra.
-¿Qué quieres de mí?- pregunto suavemente la campesina, mientras lloraba.
-tu sangre… tu cuerpo… no podía soportar verte con otro, yo mismo acabe con tu amado príncipe- revelo con brutalidad la escabrosa verdad de sus obscuras intenciones.
La joven lloro aún más con la revelación, con fuerzas renovadas intento zafarse del fuerte sometimiento de aquella maligna criatura.
-deja de luchar pequeña alma pura, o no dudare en tomarte aquí mismo- dijo la criatura con rudeza, la joven dejo de moverse inmediatamente, sus lágrimas se hicieron más profusas y sollozos patéticos eran emitidos de sus labios, ella desvió la mirada hacia abajo, podía saborear su miedo, era un hermoso corderito.
-no… por favor no…- lloro, su voz se quebraba entre más hablaba, se veía cada vez más vulnerable y frágil.
Aquella criatura sujeto con fuerza la cintura de la campesina, forzando su cuerpo sobre el de la joven, ella gimió con incomodidad, coloco sus temblorosas manos sobre el pecho del ser, tratando de alejarse un poco, pero su patética fuerza era divertida para aquel ser.
-te tomare, no importa lo que desees… pero, me permitiré hacerlo en otro lugar- gimió con voz ronca aquel ser en la oreja de la aterrorizada campesina.
Ella asintió, el ser disfruto e ver lo cooperativa que era la joven, para aceptar convertirse en un objeto de consumo para el malévolo ser, debía amar realmente a aquel príncipe, el maligno ser volvió a sujetar con fuerza a la campesina contra su cuerpo, ahora sin el hierro, podía disfrutar del cuerpo de la joven totalmente, tan cálido, tan apetecible, totalmente suya, de nuevo la niebla cubrió a ambas figuras, una vez el efecto termino, la criatura arrojo con fuerza a la joven, esta callo sobre el musgo del bosque, la campesina miro alrededor, lo más seguro es que buscara como huir, la criatura piso la mano izquierda de la joven, esta chillo con fuerza al sentir su mano ser martirizada por la bota de aquel ser.
-¿A dónde crees que vas querida?- dijo el ser mirando a su querida campesina siendo sometida, su mirada ardía en lujuria, la joven lloro, pero ya no se movió, no había nada que hacer.
El ser sujeto el cabello de la campesina con fuerza, jalando la cabellera para incorporar a la joven, la criatura paso su lengua viperina por la mejilla de la joven, el sabor a sangre seca debido a las heridas que le causo anteriormente, un sabor embriagador, era deliciosa, la campesina se resistió un poco pero el dolor logro mermar las fuerzas de la joven, dejando un manojo de nervios y temblores, la criatura estampo a la joven contra un grueso y fuerte tronco, aturdiéndola momentáneamente, la criatura sonrió al ver a la joven desorientada, paso sus afiladas manos sobre el pecho de la joven, la criatura se colocó entre las piernas de la joven, cuando la campesina volvió en sí, esta lo miro aterrada, intento cerrar sus piernas pero ya era tarde, la criatura estaba totalmente posicionada entre sus piernas, el ser sujeto con fuerza la camisa de la joven, pudo sentir a la campesina tensarse pajo su toque, la criatura sonrió ante la dulce reacción de la joven, definitivamente, este es el mejor premio al que se puede acceder, una dulce alma pura siendo desgarrada bajo la maldad de aquel ser era un espectáculo grotesco.
La criatura rompió con fuerza la camisa de la joven revelando su pecho, la campesina intento cubrir su desnudez, pero con una sola mirada cargada de intenciones aberrantes, esto disuadió a la joven, la cual solo retiro las manos de sus senos expuestos, la humillación de estar expuesta ante un ser tan maligno hacia revolver su estómago, la criatura coloco sus manos sobre el pecho expuesto, las uñas afiladas dejaban pequeños cortes mostrando la propiedad del ser sobre la joven, líneas de sangre fluían de los cortes, la criatura siguió amasando los suaves senos de la joven, la criatura podía sentir los pezones de la joven endurecerse bajo el abuso, la campesina intento alejarse pero con el tronco contra su espalda la mantenía en su lugar.
Cuando la criatura se cansó de martirizar el pecho de la joven lo soltó, pudo apreciar cada corte y magulladura causado por el abuso, la campesina lloraba de manera silenciosa, claramente había perdido cualquier estivo de lucha, la criatura sonrió ante el hecho, el ser acerco su rostro a él lacerado pecho de la joven, pasando esa larga lengua por los cortes saboreando cada gota de sangre, aumentando la dureza de la erección de aquella criatura, el ser introdujo sus manos debajo de la falda de la campesina, tentando sus suaves piernas, dejando pequeños cortes a su paso, la joven solo miraba como su falda se levantaba poco a poco revelando sus temblorosas piernas, la doncella cerro los ojos cuando su entre pierna quedo expuesta, solo cubierta con una fina tela, la criatura sonrió al ver la vulnerabilidad, arrancaría cada aspecto de la joven, la volvería su pequeño juguete, con un simple ademan, rompió la tela que cubría la feminidad de la joven, esta solo chillo al saberse expuesta.
La criatura separo las piernas de la joven admirando lo que sería suyo prontamente, su boca salivaba, la criatura libero su erección, el miembro palpitante rozo suavemente la vagina de la campesina, esta solo cerro sus ojos llorosos, negando a ver lo que le sucedería, el ser controlado por la lujuria acerco su rostro al cuello de la joven, sus colmillos perforaron la piel de la joven, dejando fluir la sangre de la joven, bebiéndola gustoso, a su vez, el ser alineo su erección contra la vagina de la joven, iniciando la penetración de una manera más lenta, buscando disfrutar cada segundo dentro del interior cálido de la joven, la campesina lloro y chillo por la brutal intromisión, la sangre curio la virilidad de aquel ser, la criatura sonrió al saber que efectivamente había destruido a la joven, desgarro su cuerpo y bebió su sangre, el sabor plasmático aumento el lívido del ser.
Con sus labios bañados en sangre el ser beso a la campesina, el sabor de su propia sangre revolvió aún más el estómago de la joven, amenazando con vomitar, más el sentimiento de humillación al ser mancillada de tal manera en aquel bosque que la vio crecer, tras romper el beso, la joven soltaba gemidos agudos y dolorosos, el sentimiento agonizante de su mirada se transformó en una mirada vacía, carente de emoción, la joven solo rezaba con que todo terminara, seguía sangrando con los lentos pero intentos embates de aquel ser, su mirada perdía recalcaba que la mente de la joven se encontraba perdida, quizás este soñando en su príncipe, eso reconforto el deseo sádico de aquel ser, era delicioso pensar en ese pensamiento, romper a la joven ser algo maravilloso, tras varios minutos de embestidas poderosas la criatura se descargó dentro de la joven, pintando de blanco sus entrañas, tras esto la joven volvió en sí, su mirada perdida se empezó a cerrar lentamente por el agotamiento, lo último que vio fue a aquella criatura salir de ella, mirándola con una burla, tras eso todo se fundió a negro…
La joven abrió sus ojos, el dolor en su cuerpo la dejaba inútil, al frio de la habitación solo era contra restado por las mantas que cubrían su cuerpo, su desnudez enmarcada las brutales heridas, incluso habían estelas de sangre seca en sus piernas, la campesina aún estaba cansada, la cadena alrededor de su cuello, no era más que un juguete, reducida a un simple perro, la joven lloro nuevamente, se sentía como basura, un simple desperdicio, un objeto al cual aquel ser podría hacer lo quisiera con ella, los tristes ojos de la campesina se cerraron nuevamente, no buscaba estar viva más tiempo, se preguntaba qué era lo que había hecho, para Mercer esto, quizás nunca debió amar a aquel príncipe, con un dolor aberrante en su corazón la joven volvió a caer inconsciente…


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Epilogo
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La joven admiraba su cuerpo, no había moretones o cortes visibles, la magia de aquel monstruoso ser curaba cada herida e imperfección, ya que a esa violenta criatura le gustaba mantener inmaculado el cuerpo de su mascota, la gruesa cadena se había visto reemplazada por joyería mágica, como muestra de que ella solo le pertenecía, un vacío constante se plantaba en la joven, ya no había sentimientos, toda su vida era un constante abanico de colores grises, siendo entintando brevemente por el dolor y humillación de su agobiante vida, la criatura colmaba a la joven con joyas y regalos buscando enaltecer su belleza, la criatura se sentía realizada, había logrado romper a la joven, dejando su mente en un punto sin retorno, lo único que le brindaba calor a él desgarrado corazón de la joven era pensar en cómo hubiera sido su vida al lado del amor de su vida, aquel convaleciente príncipe, esperaba que en otra vida se pudieran volver a reunir, y quizás ser felices juntos…
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La joven admiraba su cuerpo, no había moretones o cortes visibles, la magia de aquel monstruoso ser curaba cada herida e imperfección, ya que a esa violenta criatura le gustaba mantener inmaculado el cuerpo de su mascota, la gruesa cadena se había...

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❦ 𝕾𝖆𝖓𝖌𝖚𝖊 𝖉𝖎 𝖈𝖗𝖎𝖘𝖙𝖆𝖑𝖑𝖔 ❦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora