Yellow se encontraba totalmente nervioso, sus manitos le sudaban, pero aun así sabía que debía decir la verdad — Señorita Red ...yo ...—tomó un respiro y lentamente metió su mano en el bolsillo de su overol, pues allí se encontraba el pin que se había robado.
Red lo miraba con suma atención y eso le ponía más nervioso, eso fue algo que la pelirroja noto. Ella no quería poner mal al niño, pero no sabía qué ocurría, estaba a nada de preguntarle a Duck, pero antes de que siquiera volteara su mirada vio cómo el niño agachaba la mirada y extendía sus manos a su dirección, las cuales se encontraban cerradas.
Yellow dio un suspiro pesado y tomo valor para poder decir lo que debía decir —Yo…Yo tomé su pin cuando estábamos en el bus — al mismo tiempo que decía aquello él abría su mano revelando dicho pin —lo siento mucho —a ese punto Yellow quería llorar, pero se estaba aguantando.
Red estaba sorprendida por la escena, de hecho esto le trajo un deja vu. No sabía si estar enojada o tener compasión por el niño que parecía empezar a darle un ataque de ansiedad. Tomó el pin y se mantuvo en silencio mientras miraba a Yellow y al mismo tiempo procesaba todo lo ocurrido, lo que puso al ambiente algo tenso.
Duck se acercó a Yellow y le tomó de la mano, dándole una mirada de “ Todo estará bien, yo estoy aquí”, después dirigió su mirada Red. Iba a decirle algo, pero fue interrumpida por la contraria, la cual se acercó a Yellow y se puso a su tamaño
— Sabes que lo que hiciste esta mal ¿no? — el pequeño asintió — entonces ¿por qué lo hiciste?
Yellow con lágrimas al borde del colapso le dijo — Yo lo quería, se que hice mal, pero es que era un pin ilimitado de Macaque albino oficial. Yo realmente lo siento, señorita Red — presiono con un poco de fuerza la mano de Duck. El esperaba que la mujer le gritara como tantas veces lo habían hecho cuando hacía algo similar, pero no se esperó que la señorita le acariciara la cabeza. Estaba confundido y maravillado, levantó la mirada y aunque no podía ver si la contraria sonreía o no, él podía sentir cierta calidez de comprensión, lo cual era reconfortante.
Red suspiro — Es cierto, lo que hiciste estuvo mal, pero al final tu me devolviste lo que tomaste ¿no?
—S-si
—Eso requiere de mucho valor, pequeño — le dio algunas palmaditas en la cabeza — Te perdono, pero no lo vuelvas hacer ¿esta bien?
Yellow se limpió las lágrimas y soltó la mano de Duck, para tomar la mano de Red y entrelazar su meñique con el de ella.
—Lo prometo por el meñique, señorita Red — expresó aquello con una sonrisa plasma en su sonrisa.
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La tensión en el lugar se había reducido y eso era realmente bueno, en ese punto Duck pensaba despedirse de la señorita e irse junto al niño a casa, pero Yellow no pensaba lo mismo, pues tenía muchas preguntas.
