3. - 🌷 Fujisaki's Bondage

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Fujisaki se encontraba en una situación terrible. No dió muy buenos resultados lo de siempre: acosar a Yuri.
Anteriormente, cuando entraba al salón del club, lo habían amarrado y después de cuestionarle quien era, lo dejaron libre. Pero al no aprender la lección y hacerlo otra vez, su karma llegó a él: estaba en el piso, amarrado sólo y con ganas de orinar.

Cuando se escabullia en el salón del club, Akemi lo descubrió y lo ató, no imaginó que terminaría tan terriblemente mal.
Anteriormente los chicos no habían tardado nada, pues tenían que usar el salón casi después. Pero en esta ocasión no era así en lo absoluto, ellos ya habían tardado demasiado y la verdad los nervios y miedo de estar a oscuras no chocaban muy bien con las necesidades actuales de su vejiga.
Mientras más ansioso y asustado se sentía, más fuertes se sentía su urgencia por vaciar esta, por cada segundo que pasaba, las ganas iban intensificandose de una manera fuerte.
Por cada vez que se sentía impaciente y asustado, entonces estás se sentían como si aumentaran al triple.

Cuando sentía miedo, su corazón se aceleraba por instantes más de lo que ya estaba, en ese momento presionaba los muslos y los relajaba para calmar los espasmos que sus mismos nervios le cometían, después de estos momentos de tensión realmente intentaba calmarse y relajar su cuerpo, lograndolo la mayoría de veces, pero anulandolo casi al instante. Era inútil, la incomodidad tanto como corporal y emocional llegaba en cuestión de minutos. Más en él, siendo alguien con ansiedad.

La incertidumbre de no poder moverse y la necesidad de hacerlo por sus circunstancias corporales actuales eran la peor mezcla que habría podido presentar en su vida.
Intentando liberar sus manos para tener un agarre más fácil, sólo terminaba moviéndose desesperadamente al intentarlo y no lograrlo a la primera. Ni a la segunda. Ni a la quinta, ni a la decima. Nunca. No podía hacer algo distinto a tensar su cuerpo.
Era afortunado que aún no necesitara mucho de sus manos para un aguante más sencillo, pero ya estaba temblando. Esperó con todo su ser a que los chicos del club llegasen mucho antes de que realmente esto se convierta en una urgencia principal.

Pero eso no sucedió. Ya nisiquiera sabía cuánto tiempo llevaba ahí, encerrado, simplemente sabía que debía salir lo antes posible para no mojar su ropa.
Los minutos seguían pasando, las horas se seguían completando, su necesidad iba creciendo y su vejiga se iba cansando. No era la vejiga más fuerte del mundo. Él ya estaba muy desesperado.

Las lágrimas que se acumulaban en sus preocupados ojos se hacían notar cada vez más y más, que se deslizaban inevitablemente sobre sus mejillas, rojas ahora, al apretar sus ojos con fuerza al tratar de concentrarse en mantener el control durante las oleadas de presión. Su respiración iba cambiando de nivel, al saber que si se desesperaba le iba peor, pero al no poder evitar hacerlo y de nuevo terminando respirando apresuradamente mientras trataba de liberarse con todas sus fuerzas.

Por un momento extremo de urgencia apretó con todas la fuerza que podía aplicar, sus piernas, deseaba con ansias poder usar las manos para facilitar y detener sus impulsos pero esto no era posible de ninguna manera ahora. Tensó su cuerpo, apretó con fuerza sus ojos y comenzó a temblar bastante, su voz se estaba escapando pero no podía ser muy detectable gracias a él artefacto que tapaba su boca, se sentía como si fuese a ahogarse, genial, un factor más por el cual estar exasperado.

Sus jadeos si que se podían percibir muy notablemente. Pero no sus gritos acelerados tratando de pedir ayuda, sus intentos desesperados de que alguien se percate de que estaba ahí y pudiese ayudarlo, solo se escuchaban muy ligeramente unos lloriqueos y plegarias entrecortadas de un chico de cabello negro llorando mientras sudaba y temblaba.

Una vez más, apretó con fuerza sus muslos y los frotó, aún pudiendo minimanente por sus limitaciones en el movimiento, los frotó en un intento de cesar el goteo que se hizo presente segundos después. Nunca había pensado que se encontraba bien, pero en ese momento supo con claridad que no pudo encontrarse peor.
Aunque ya habían caído lágrimas de sus ojos anteriormente, esta vez lo hicieron con más fuerza, en más cantidad y producto de preocupación, miedo.

Omovember 2022💗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora