Instintos

2.7K 252 4
                                    


Quizás estaba débil, quizás tenía una bebé en brazos no cualquier bebé un bebé vampiro. Stefan no sabía cuanto tiempo llevaba encerrado pero si sabia que la bebé tenía hambre de nuevo y no tenía nada para ofrecer, tenía sus manos libres pero no sus pies y ojos vendados, tenía que pensar como salir de ahí lanzar una señal un teléfono algo que funcionase. La perra loca estaba silenciosa apenas podía oírla tarareando  feliz lo que quería decir que estaba consiguiendo lo que quería le repugna la idea que otros tengan si sangre, tengan la oportunidad tan única suya.

Si eso ocurría ¿los originales podrían escoger a quien quieran? Entonces Stefan dejaría de ser especial ya no tendria a los Mikaelson solo para el, donde lo dejaría. Es egoísta muchos desean tener hijos y Stefan no quería permitirlo incluso si le traía problemas de secuestro en el futuro.

Acomodo a su hija en su regazo la niña balbucea

–¡Oye necesito comer puedes ofrecerme algo!

–Pudrete Stefan, quédate quieto tus amantes llegaran pronto– la oye sonreír

La mención de sus amantes le da vigor

–Al menos dejame usar el baño– pide –Necesito usarlo con urgencia

–Mojate no me molesta el hedor mientras no me toques

–No se cual es el real problema con ellos pero yo no tengo nada ver, solo dejame usar el baño puedes incluso cargar a mi hija si quieres– compra

Celeste vacila pero poder cargar a la bebé la hace aceptar no es como si no pudiera quitársela y listo, Alessia se deja cargar Stefan usa sus manos para quitarse la venda y soltar sus pies cuando se pone de pie el mundo le da vueltas

–Eres debilucho– ella se burla -Antes de que vengan jugaré contigo.

Stefan se tambalea

–¿D-donde?

–No se, no pensé en baños busca una esquina si quieres– la mujer no le quita los ojos de encima mantiene un agarre fuerte en la bebé, Stefan camina hacia la esquina trasera y orina de verdad gana segundos valiosos la mujer piensa que Stefan no hará nada en su estado seco, termina de orinar y regresó a paso lentos hacia la mujer era alta y bonita pelo negro con rayos de colores

–Listo– extiende los brazos para tomar la niña la mujer extiende los suyos para dársela, pero Stefan cambian de dirección y sus manos toman el cuello de la mujer dejando su peso flacido contra ella, Alessia llora cuando los tres caen al piso

–¡malnacido! – ella chilla, Stefan muestra sus colmillos rompiéndole el cuello succiónando la sangre, celeste grita de sorpresa rápidamente suelta a la bebé que rueda por el piso, Stefan gruñe como una animal herido rasga con sus garras la cara de la mujer, celeste lo aleja de su cuerpo Stefan golpea la mesa toma lo que encuentre sonrie al ver su sangre en unos botecitos decide romperlos contra el piso

–¡Como te atreves! – ella lo taclea comienza a cantar en un idioma extranjero, Stefan se niega hacer embrujado por esta perra sus ojos se desvían a la mesa su cuerpo protesta de dolor oye los llantos de la niña su instinto grita, grita hace su mayor esfuerzo para enterrar sus dedos en los ojos de la perra la hace retroceder toma la jeringa para inyectarla en su sangre es verbena no hará nada en la bruja pero Stefan usa la aguja para sacar y meter la aguja en la cara de la perra que grita, Stefan se aleja corre tomando a la niña su corazón muerto va en decline cada vez más, la niña grita como si la estuvieran matando, Stefan sube las escaleras tropieza un poco

–¡No, n-no! – celeste esta detrás de él cantando y acercándose jodidamente enloquecida –Dejame en paz perra

–Eso no sucederá muchacho

PasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora