Dos meses después, en este tiempo Tae y JungKook parecían la pareja que eran antes de que TaeHyung comenzara a engañar a su conejito con su enfermera. Salían al cine, a cenar, una vez salieron de fin de semana a una cabaña en el bosque. Y por supuesto que no faltaban sus noches de pasión. Todo perfecto y maravilloso. Ahora están esperando en la consulta para revisar al bebé.
- Tata ¿Qué crees que sea? -JungKook soba su vientre de seis meses-
- No importa lo que sea, mientras esté sano me conformo -besa el vientre de su pequeño esposo- Te quiero mucho mi amor, el mes que viene tengo vacaciones ¿Quieres viajar a algún sitio?
- Me gustaría ir a Jeju, me da miedo hacer largas distancias estando así -señala su barriga-
- Vamos donde tu quieras mi amor -Tae deja un corto beso en mis labios-
- ¿Kim JungKook? -nos llama la enfermera y entramos-
- Bien JungKook ya sabes que hacer, túmbate en la camilla y levanta tu camiseta.
La doctora me pone el gélido gel y pasa el mando por mi vientre.
- Mira -señala la pantalla y no puedo evitar emocionarme miro a Tae y este tiene los ojos cristalizados-
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- ¿Queréis saber qué es? -asiento- es una niña, está muy sana y fuerte y tiene un buen tamaño para su estado de gestación. Todo está perfecto ¿queréis escuchar los latidos?
- Sí, por favor -decimos Tae y yo a la vez-
Y ahí fue que no pude evitar llorar al escuchar los latidos de mi bebé. Tae estaba luchando por no llorar pero le costaba.
Después de unos minutos más mirando a mi bebé volví a vestirme para sentarme junto a Tae frente al escritorio de la doctora.
- Bien, aunque el bebé está bien te daré algunos consejos para que siga bien los tres meses que quedan de embarazo.
- Dígame doctora, la escuchamos.
- Ten esta es la dieta que tienes que seguir este mes y el siguiente -saca de la impresora un papel que me entrega- tus antojos serán más frecuentes y más extraños puedes comer lo que se te antoje pero no te pases con los dulces y las grasas.
- Bien y en cuanto tu estabilidad emocional, estarás muy sensible con todo, tendrás cambios de temperatura y un gran apetito sexual, no tienes riesgo en cuanto al sexo y si tienes contracciones, te recomiendo hacer pilates
Tras unas instrucciones más nos vamos a comprar lo que me dijo la doctora. Pero se me antojó un poco de helado.
- Tae, quiero un helado de cereza y fresa -pido con un puchero-
- Mi amor, cuando salgamos de la tienda te prometo comprarte tu helado ¿vale?
- Pero yo lo quiero ahora -mis ojos se aguan y hago un puchero-
- Ahora no podemos mi amor, mira para que no llores te compro tu leche de plátano.
- Sí sí!! Quiero mi leche gracias, eres el mejor esposo del mundo -dejo muchos besos en su cara -
Terminamos de comprar y volvimos a casa mientras comía alegremente mi helado de cereza y fresa.
Ya cuando termino mi helado voy a bañarme, me iba a meter en la bañera pero se me dificultaba por la barriga.
- TAE! Cariño te necesito -grito desde el baño y este viene más rápido de lo quite pensé-
- ¿Qué pasa mi amor? Iba a hacer la comida.
- Ayúdame a meterme en la bañera, no puedo por la barriga.
- ¿No quieres que te ayude a bañarte? -pregunta con una sonrisa pervertida pero se le borra cuando golpeo si hombro- vale, a ver ven, dame las manos.
Al final nos bañamos los dos juntos pero sin hacer nada más que eso.
- Tae, tengo mucho calor por el aire acondicionado por favor -digo con un puchero-
- ¿Pero como puedes tener calor si estamos en pleno octubre?
- Pero yo me estoy asando ¡pon el aire a tope!
Puso el aparato a regañadientes y fue a ponerse un pijama calentito y una bata de algodón. Pero yo me puse un pijama corto y ligero, nos tumbamos en la cama a ver una película.
- Amor -lo miro con ojitos de cachorro regañado- quiero castañas con chocolate, nata y fresas.
- Mi amor, para comprar castañas tengo que ir al centro de Seúl.
- ¿Qué pasa que no me quieres? Sí, porque si me quisieras consentirías a tu hija y a tu esposo que quieren castañas con chocolate, nata y fresas -empiezo a llorar-
- Vale, vale ahora te traigo castañas pero no llores ¿vale? Y que sepas que si te quiero, te amo con todas mis fuerzas, a ti y a nuestra hija, antes de que te pase nada yo doy mi vida por ti y hago lo que sea para ver tu adorable sonrisa de conejito.
- Ahora me has hecho llorar más -lo golpeo en el hombro- venga ve ya a por mis castañas.
Tras unos minutos casi una hora Tae vuelve con un tazón con mis castañas, con sirope de chocolate y nata montada con unas fresas por encima.
- Gracias, mi osito -dejo un beso en sus labios y disfruto de mi dulce mientras seguimos viendo la película acompañados de YeonTan que se acurrucó entre mi vientre y mi parte baja dándome calor-
- Mi amor, se que estado distante y malhumorado pero eso fue por el estrés del trabajo, el no dormir me pone así. Pero tu sabes que te adoro y nunca me arrepiento de haberme casado contigo mi conejito hermoso. Daría mi vida por ti sin pensarlo dos veces, eres lo que más quiero en mi vida y si un día te vas de mi lado te juro hoy mismo y que nuestra niña quede de testigo, que si un día te pierdo me muero, no puedo vivir sin ti, puedo cometer muchos errores pero lo que nunca va a cambiar es mi amor por ti.
- Aww yo también te quiero mi amor, ve a por YeonTan.
Esa tarde estuvimos viendo películas con algunos mimos, caricias pero sin pasar a nada más.
