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[R] Capítulo 01: Bajo la espada.

Bajo la espada.

"Ante la adversidad de la tormenta, con mis manos sostendré el escudo sobre su cuerpo vigoroso. 

Ante mí amor juraré la verdad de mí alma sobre tu confianza y creeré en ella.

Meciendo tu rostro lleno de dolor que pena y sangra sobre lo corrompido de la realidad, haré que todas tus lamentaciones cesen como el llanto de un niño ante la nana de su madre.

Cuando tus lágrimas se derramen sobre la tierra, haré que de ella nazca tu felicidad. No hay nada en este mundo que me impida postrarme ante ti y ofrecer mi fuerza para protegerle."

Con una voz suave leí el parrafo frente a mis ojos. La cabeza del Emperador descansaba sobre mis piernas tranquilamente. Ambos sabíamos que iba contra la etiqueta imperial el estar acostados sobre el césped, aunque esté nos perteneciera. Bajé el libro asentandolo en mí costado mientras reía.

—Es un libro muy triste.

Susurro el Emperador. Sus ojos se cerraron ante mí a la vez que descansaba totalmente. Él se había matado día y noche para disfrutar de tan sólo unas horas al sol como todo mundano normal.

—Es hermoso —susurré acariciando su cabello—. La joven dama del caballero sólo intenta proteger el corazón del comandante Halev que no cree merecer compasión. Ella ha sido criada bajó su protección y ahora que el propio hombre está más viejo, le toca a ella cuidar a su espada. ¿No es maravilloso el ciclo de la vida?

El verano tenía un deje de felicidad y paz al estar acompañado por una suave brisa. El sol bañaba todo el jardín del Palacio salvo los lugares en los que la copa de los árboles lograban cubrir. Estábamos bajo un árbol gigante y viejo lleno de recuerdos. 

—Sí, supongo que lo será para ojos ajenos. 

Su voz buscando ser baja y tranquila me llamo la atención por lo triste de su tono. Me preocupe intentando comprender al Emperador.

—¿Qué sucede con ello, padre?

Murmuré evitando subir la voz y llamar la atención de los ciervos de mí Palacio. 

—La princesa y el comandante podrán morir al mismo tiempo. La vida de la princesa no se extenderá más de lo humano si ella no lo desea y el cuerpo del comandante tiene una fuerza y condición que le permitira aguantar lo necesario para poder despedir a su dueña, tal como debería ser.

Eso era verdad. Acaricié sus mejillas. Mí padre solía pensar mucho todo el tiempo, en sus sabios ojos sólo había un pensamiento constante que se escondía de mí intuición.

—En cambio, yo, un simple mortal, envejeceré y moriré tarde o temprano. Nunca podré llegar a despedirme de ti no importa que tanto tiempo mí cuerpo sea capaz de resistir —él abrió sus ojos mostrandome el celeste más frío y lleno de emoción a su vez—. Tu eres diferente, Neyliriet. La existencia del tiempo lo afectará de la misma forma a tu cuerpo, es probable que puedas durar no tan solo años, si no milenios, sin siquiera perder tu belleza juvenil que te caracteriza. ¿Cómo podría compararme a ti, hija mia? Si mientras la muerte me consuma, tus cabellos extenderán su largo. Tu vida será longeva, no habrá temor a la muerte así como no te preocupara el paso del tiempo dejando rastros sobre tu tersa piel.

Era un hombre de pensamientos firmes y duros que iban a la perfección con su atractivo de rasgos fuertes y afilados. Cerre mis ojos sintiendo el calor del verano.

—Cuando llegue el momento daré mí tiempo por el tuyo de ser necesario. La vida sin mí guía es vivir pérdida. No quiero ser una existencia vagando en el tiempo y en el espacio sin nadie a quien amar y sin ser amada. ¿No es por eso que el corazón humano es tan pasional? Su existencia a diferencia de la mia es corta, por lo tanto no pueden dudar todo el tiempo de lo que se desea, no tienen tal privilegio, así que su sangre bombea desenfrenada y sin consentimiento. Yo puedo pasarme milenios sanandome, mientras para ustedes cada segundo es valioso. Que existencia tan peligrosa y emocionante.