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La cama lleva días rechinando. Un padre furioso intentó ingresar un par de veces pero en ambas ocasiones fue atacado por el alfa territorial. No hay forma de que su hija salga ilesa del celo y tampoco hay forma de callar el ruido que se escucha por toda la vieja casa.

—Yoona ya se fue, se han ido—Comenta Seoyeon a su padre.

—Yo también la voy a extrañar pero- —"ah, más rápido Minari..."—fue lo mejor.

—¿Esa especie nunca se cansa en el celo? Digo, para conseguirme uno así—Comenta Miyeon con una espátula en la mano. De inmediato se retracta al recibir una mirada de muerte por parte de su padre—Quiero decir, aigoo, son unas puercas. Nayeon te dará otro nieto si sigue así.

—Nunca quiso a Wonyoung, menos querrá a otro.—Dice Seoyeon.

—Nayeon se va a enojar cuando se entere que Yoona se la llevó.

—No seas necia, Yoona no tiene por qué pedirle permiso.

"Uh sí, así..."

—Voy a poner música. ¿Sabes Seoyeon? Presiento que esa amargura tuya es porque te falta sexo.

—¡Miyeon!—Grita el señor.

—¡Perdón papá!—Sale corriendo de prisa de vuelta a la cocina.

—Iré a trabajar. Me quedaré a dormir en la estación.—Avisa el hombre ya harto.

—Yo me quedaré en los dormitorios.

Seoyeon viaja en auto, una hora ida y vuelta hasta su campamento temporal donde entrena a los nuevos. Debe pasar por el extenso bosque para salir del pueblo, es un trayecto muy solitario, es algo que acostumbra todos los días, pero esta vez hay algo diferente y es la neblina que empieza a nublar la vista.

Para su desgracia, choca contra algo que la hace salirse del camino, sin correr peligro logra parar frente a un árbol que de haberlo chocado, habría tenido problemas. Lo que sea que atropelló, fue muy fuerte como para hacerla salir de la carretera.

—Carajo.

Como buena ciudadana, sale del auto para ver qué sucedió. Entre la neblina logra ver una figura de pie que le da la espalda, con una camisa formal blanca, llena de sangre, siendo la única cosa que lleva puesta.

—¿Te encuentras bien?

—Yo sí, ¿y tú?—Se voltea dejando ver sus ojos de un rojizo intenso y una sonrisa que se le borra al instante.—Mierda.

En los ojos de ambas un brillo rápido conecta haciéndolas sentir algo al mismo tiempo.

—Hola, Nayeon.

—¿Nayeon? No importa, ¿en serio estás bien?

—Tú no lo estarás.

En el departamento de Sharon continúan los dramas.

—El amor es doloroso.

—Solo cuando te enamoras.

Sharon baja la mirada, deja caer una lagrima que aterriza sobre la mesa.

—Haré lo que quieras pero no te lleves a Chaeyoung.

La menor a duras penas logra llegar hasta a ella para tocar su hombro. Sharon con sus ojos cristalinos la mira.

—¿Con quién hablas?

—No debes levantarte de la cama.

—Solo me das ordenes.

—Estás enferma, Chaeyoung, entiendelo.

—Quiero regresar a mi casa.

—No-

GEMELAS [OMEGAVERSE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora