Luz del sol en un cuarto oscuro

Capítulo 18: Algo real

El último tramo de su viaje lo hicieron en silencio. Naruto continuó repasando su plan una y otra vez en su mente. La idea era ridícula, pero tanto que realmente podría funcionar. Estaba seguro de que Itachi nunca antes había ideado un plan con estrategias tan defectuosas y tenía algunas dudas minúsculas de que su amante estuviera seguro de ello. Itachi era tan meticuloso con todo. Tal vez a excepción de mí.

Si Akatsuki se daba cuenta, esto que tenían, todo habría terminado, pero Akatsuki era solo una parte del problema. También estaba el factor Konoha con el que tenían que lidiar.

Y para colmo, todavía no estaba seguro de qué hacer con la información que Itachi había compartido con él. Ese profundo y oscuro secreto solo estaba destinado a ser olvidado. La vida de dos hermanos cambió para siempre y ¿para qué? ¿El mejoramiento de Konoha o fue el mejoramiento de los Ancianos? El rubio frunció el ceño.

Había estado solo casi toda su vida pero no tenía control sobre ello. Itachi, por otro lado, lo eligió. Le habían ordenado que lo eligiera. El ninja perfecto criado y nacido dentro del clan más prestigioso de Konoha, el clan Uchiha, había sido usado contra ellos.

Naruto suspiró. Ni siquiera podía imaginar tener que pasar por eso.

"Estás analizando demasiado", la voz profunda de Itachi rompió los pensamientos de Naruto, "Eso es innecesario en este momento".

"Sí, bueno, trata de ser yo y lidiar con todo esto", señaló Naruto entre ellos.

"¿A nosotros?"

A pesar de sus pensamientos inquietantes, Naruto no pudo evitar sonreír. A nosotros. Le gustó cómo sonaba eso. Pero lo que más le gustó fue la facilidad con la que Itachi lo había dicho.

"Ahora estás sonriendo". Fue una declaración.

Naruto se rió. No pudo resistirse. Cuando se calmó lo suficiente como para abrir los ojos, la mirada de perplejidad en el rostro de Itachi lo hizo reír aún más.

"No entiendo qué es tan divertido", habló Itachi y Naruto se dio cuenta de que estaba conteniendo el ceño fruncido.

Cuando finalmente se calmó lo suficiente como para hablar, Naruto sonrió cuando dijo: "¿Sabes? Tan genial como eres, anciano, tienes mucho que aprender sobre las emociones".

"Las emociones te hacen débil", la voz del hombre de cabello negro se endureció mientras hablaba.

Naruto miró a su amante con seriedad, "Sí. Tal vez lo hagan, pero también te hacen más fuerte. Especialmente aquí", dijo suavemente mientras colocaba su mano sobre el corazón de Itachi.

En ese instante, cuando Itachi miró la mano cálida sobre su pecho y los ojos azules brillantes y honestos que miraban a los suyos, lo supo. El sentimiento era extraño y no se parecía a nada que Itachi se hubiera permitido experimentar. Hacía calor, pero no estaba seguro de si solo venía de la mano de Naruto o de él mismo. Pero lo que sí sabía era que Naruto era la causa y podía sentir cómo se extendía lentamente por todo su cuerpo, alcanzando todos los rincones oscuros posibles de su alma y llenándolo con algo de lo que Itachi sabía que nunca se cansaría.

Itachi sintió que sus labios se curvaban en lo que dedujo como la más leve de las sonrisas. Una parte de él casi logró dominar la acción. Ese era el Uchiha en él. Hábitos -rasgos- arraigados en él desde su nacimiento. Aquello que negaba sentir alguna vez más de lo que un Uchiha debería. No tenía idea de cómo, pero el hombre más joven que estaba frente a él había logrado romper todas esas barreras que el clan Uchiha había construido dentro de él en tan poco tiempo.

Una cálida mano en su mejilla lo sacó de sus pensamientos.

"No voy a mentir", dijo Naruto, "te ves muy bien con una sonrisa en tu rostro, Uchiha".