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—Agh..— pequeños quejas salían de la boca del rubio, su parte trasera dolía como la mierda y seguía sintiendo unos dedos tocando allí —AAh!

—Sabes? Debes dejar de quejarte así o no podré limpiarte correctamente— Una voz se oyó, estaba media ronca y áspera

Al fin se dio cuenta que esto no era una situación normal, todo esto no era normal

—Q-quién mierda eres?— Abrió los ojos, el rubio estaba en la misma habitación pero con otro niño. Parecía de unos 14-15 años, su pelo era blanco con casi imperceptibles mechones rojizos, ojos celestes y algunas quemaduras al rededor de sus brazos que seguramente dolían como el infierno

—Uhm...eres uno de los más jóvenes que han traído— Parecía que no tenía intención de decir su nombre, tampoco es que le interesará demasiado —Me llamo Touya, Todoroki Touya

—B-Bakugo Katsuki — maldijo su débil voz, el día anterior había gritado mucho

Lo único que podía recordar era que... el hombre de ojos amarillos le había mordido la parte superior de su hombre izquierdo en su zona erógena, después de eso todo era borroso

—Puedo continuar?

El silencio inundó la habitación

—Q-Qué estás limpiando?— preguntó dudoso

—Emm...estoy limpiando el semen que Overhaul dejo en tu entrada, esta medio seco en tus muslos y todavía queda algo dentro— Por la cara de preocupación que mostró Touya sabía que su cara era material para un retrato —T-todavia somos cachorros, no podemos preñarnos ni formar ningún vinculo. S-si no quieres que continúe o te incomoda-

—No. Hazlo, se siente ho-horrible ahí abajo  y-y no quiero nada dentro mío— cerró los ojos mientras pequeñas lágrimas resbalaban por sus mejillas. Touya hace ya tanto que no veía a un niño llorar

En su casa, siempre que sus hermanos estaban tristes iban corriendo a su regazo. Su madre era demasiado inestable para poder consolar a alguno de sus hijos por lo que Touya era la persona que Natsuo y Shoto más asociaban a una madre debido a su naturaleza omega

—Ey, niño, ven aquí— Touya hundió a Katsuki en un abrazo que trataba de trasmitir consuelo, empatía y seguridad —Vamos a salir de aquí, solo tenemos que esperar

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Mitsuki y Masaru Bakugo unas semanas antes habían puesto en marcha un proyecto que haría que su empresa elevara sus ventas, por ello se fueron de Musutafu por cuatro días

Lo que los desconcertó fue que al llegar a su hogar el aroma de su hijo no se percibía. No oyeron ningún reclamo ni olieron las furiosas feromonas de Katsuki por irse tantos días

No sentir al menor de la familia los asustó

—Masaru, cariño, llama a Inko

Cuando llamaron la mujer les respondió que el día anterior su hijo, Izuku, había pasado tiempo con el pero que había vuelto antes de lo esperado porque Katsuki lo había dejado en el parque

Las voces de los dos Midoriya se escuchaban de fondo y la respuesta del cachorro de Inko solo preocupaba más a Mitsuki

—I-Izuku, sabes si Katsuki-kun se fue a su casa luego de juntarse contigo?

—No mamá, n-no me dijo a dónde iba. A-acaso se p-pe-perdió?— Izuku siempre fue un llorón

—Esta bien Inko, cuando encontremos al mocoso te avisaremos así no se preocupa tanto tu pequeño— trató de cortar la llamada con éxito, no tenía tiempo para oir a dos personas llorando, necesitaba saber el paradero de su niño

Una vez avisaron a las autoridades la desaparición de su hijo salieron a buscarlo. Su pequeño no tenía muchos amigos, el único que aveces se juntaba con él era Izuku y el niño no sabía nada sobre donde podria estar el rubio

Dos semanas pasaron y cada ves habían menos probabilidades de que encontrarán al corazón de la familia Bakugo con vida. Hasta que un día, policías tocaron la puerta de su casa, el matrimonio al instante atendió, esperando buenas noticias —Señor y señora Bakugo, necesitamos que nos acompañen— dijo un oficial de policía

Estaban tan ansiosos, sabían que el auto negro en el que se encontraban podía tomar dos caminos diferentes, uno a la morgue y otro a algún hospital, y por All Might enserio deseaban que fuera la última

—Masaru, y si— dudó —y si Katsuki ya no está?— se le quebró la voz al final, no podía imaginar a la luz de su vida bajo una manta, pálido y con el contorno de sus ojos morados

Los escoltaron a un hospital y les dejaron afuera de una habitación, no lograba ver lo de adentro pero ya sabían quién estaba allí

—Antes de entrar tengo que decirles que encontramos a Katsuki... en un prostíbulo

Toda la felicidad que sintieron se derrumbó al oír esas palabras

Su hijo...su pequeño fue prostituido. Personas asquerosas habían profanado su cuerpo y lo habían utilizado como quisieron

—A el y a muchos otros adolescentes los encontramos en un estado deplorable. Se encontraban en niveles de disnutricion altos, con muchas lastimaduras en la espalda, moretones y ...restos de semen en el ano de su niño y unos cuantos más

Cada maldita palabra dicha por aquel hombre los aniquilaba por dentro. Ya no sabían que decir ni cómo reaccionar. Su cachorro había pasado por tanto

—Encontraron al maldito que le hizo esto a nuestro pequeño?— su voz era suave pero su arrugado entrecejo decía que aquella pregunta era agresiva, iba con odio y no esperaba alguna respuesta fuera de un si

—Lo siento, no pudimos atrapar a nadie— el oficial se inclinó hacía la rubia, se sentía del asco por lo lograr hacer justicia por esos niños

Mitsuki solo se quedó mirando, la respuesta no le agradó para nada pero ella no podía hacer nada, lo único que le quedaba era cuidar a su hijo, consolarlo y escucharlo

—Gracias por traer a mí cachorro de vuelta a casa— Sin más que decir se fue hacia la habitación de su hijo a esperar su despertar

Solo omegas saben lo que se siente ser ellos, como se sienten las miradas indebidas, el acoso, las insinuaciones y demás. Katsuki tendría que aprender a lidiar con ello

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Notas del autor:

Hello! Soy yo de nuevo. Pregunta, estas cosas "—" (←) aparecen como un guión "-" (←)?

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