Cuando terminé de cenar me acosté un rato en el sofá. Andrew estaba dando una vuelta con sus amigos, y mamá, en su habitación, aún con ese libro que llevaba semanas leyendo. Parecía un melón, y no por su peso, que también, pero era enorme. Haciendo un cálculo rápido, a mi me daría... para un par de meses, como mínimo. En la tele no había nada interesante así que terminé por apagarla, después de revisar tres veces, los cuarenta canales.
Me puse del revés, apoyando la espalda en la dobladura del sofá, y vi en el fondo de la cocina que el reloj marcaba las nueve y media. Toda la casa estaba de luto, en silencio total. Di una voltereta hacia delante y me dirigí hacia la puerta de entrada. Fuera se estaba genial bajo el cielo estrellado, y la luna, estaba enorme esa noche. Tenía un color amarillo pálido precioso. La señora Margaret, la vecina de al lado, se asomó por encima de la valla de madera.
-Buenas noches pequeña Aila. ¿Qué hace una niña de tu edad levantada a estas horas? - la mujer hablaba por los codos. Si no era de una cosa, era de otra, pero siempre tenía algo de lo que hablar. Mamá la evitaba a toda costa.
-Estaba tomando el aire - la mujer miró hacia el cielo y continuó hablando.
-Cuando yo tenía tu edad estaba completamente prohibido salir de casa a partir de las ocho. Y negarse era una conducta nefasta, menudos castigos más severos - mientras ella contaba sus batallas vi pasar en bicicleta a Andrew y sus amigos calle abajo. Uno de ellos, iba subido en una plataforma de madera, y entre gritos y risas se escuchó como se estampaba contra algo. Las risas resonaban por toda la calle. En este momento desearía ser uno de ellos.
Escuché un sonido detrás de mí. La puerta de casa estaba entreabierta así que me asomé, metiendo la cabeza poco a poco, vi una pequeña figura ensombrecida, corriendo escaleras arriba. ¿Un perro? O al menos eso me pareció ver. Salí corriendo, dejando a la mujer con sus cosas, cerré la puerta con una pierna y subí rápidamente al primer piso.
-¿Aila? - se preguntó la señora Margaret. -Que mal educada - Me quedé parada justo al lado de mi habitación, me asomé, abriendo la puerta con cautela, pero allí no estaba.
-Dónde estás - susurré. Un ruido se oyó en la habitación de Andrew, fui de puntillas, puse las manos en el marco y poco a poco me fui asomando. Metí la mano y le dí al interruptor de la luz.
Encima de la mesa se encontraba un pequeño zorro. Sus orejas eran muy largas, incluso caían sobre la mesa, y su hocico olfateaba sin parar. Esa sonrisa delataba virtuosidad. Cerré la puerta con cuidado, para que mamá no lo escuchara, y me acerqué a él. El pelaje era precioso, un color marrón otoñal brillaba ante mis ojos. En los suyos, se contemplaba un verde perla reluciente.
-¿Qué haces aquí? - El zorrito emitió un pequeño aullido. -Shhh, te van a oír. Vamos a ver... - llevaba puesto un collar con una pequeña placa dorada. En ella, había un nombre, Midle. -¿Es tu nombre? Que bonito. Yo me llamo Aila, encantada - puse la mano delante de él y me dió la pata sin dudar. Era un pelaje muy suave, como el de un peluche. Escuché como la puerta de casa se abría y seguidamente se cerraba de un golpe. -Andrew, es Andrew - me puse a susurrar dando vueltas por la habitación. Midle, ahora en pie sobre la mesa, saltó encima de mí. Cerré los ojos del susto y desapareció, como una burbuja de agua cuando explota. Me quedé anonadada. Por suerte mi hermano fue directo al baño así que pude escabullirme sin hacer ruido.
Llevaba más de dos horas con los ojos abiertos sin poder dormir. Tumbada boca arriba, abajo, de lado... no había forma de conciliar el sueño. Era imposible. Papá ya estaba en casa, hacía más de una hora que había llegado, subió directo a la habitación y por los ronquidos que resonaban al compás, a lo largo de todo el pasillo, no había duda de que estaban durmiendo.
-¡Menudo susto me has dado! no te vi venir querida - Max estaba sentado en una silla, observando de frente, el cubo de cristal que tenía sobre la cómoda. Eso solo quería decir una cosa, estaba de vuelta en Dream. -Tengo algunas cosas que contarte, vayamos fuera - Hice fuerza hacia atrás y desencaje el cuerpo del marco de la puerta. Nos pusimos al lado del jardín, donde habían unos pequeños troncos recién cortados, y el espantapájaros me regaló una sonrisa.
-Sé que todo esto es muy raro, pero es muy fácil de entender - comenzó Max. - Dream es el mundo mágico de toooodas las personas. Cada noche, aparece en la mente de todo aquel que cree en la magia, pero no todos logran llegar a él, como hiciste tú, hay quien se hace adulto y cierra la puerta entre el mundo terrenal y Dream para siempre. Las criaturas, llamadas Misfots, son aquellas creadas a partir de la imaginación de todos los que entran. Aparte de los Misfots, también existen seres que viven en Dream, y pueden tener forma humana o animal. Nadie sabe de dónde vienen pero llevan aquí desde que este mundo mágico fue creado. Yo soy uno de ellos, por ejemplo - Max repartió sobre el césped un montón de fotografías.
-¿Quiénes son? - le pregunté mientras cogía una.
-Ese que llevas en la mano es Jacobo. Aquella, rubia con turbante, se llama Marina. Está de aquí, Clara. El chico con cara de mal genio es Minor y la última, pero no menos importante, Coira. Todos ellos fueron héroes -
-Heroes... que pasada -
-Ja, ja, ja, existen otro tipo de Misfots, los llamados Oscuros. Son la creación maligna de las mentes más retorcidas, no solo de niños, también de adultos. Jacoco, Marina, Clara y Minor, eran los encargados de proteger Dream, se enfrentaban cara a cara con esas bestias y siempre salían victoriosos. Como todo héroe, por supuesto -
-¿Y siguen protegiendo Dream? -
-Hace muchísimo tiempo de todo esto, ahora ya no queda ninguno. Dejaron de creer, formaron una familia... no se cual fue el motivo, pero tú, mi querida Aila, estás aquí por una razón - Max se puso delante de mí y levantó la mano señalándome con el dedo.
-¡¡Eres nuestra nueva heroína!! -
ESTÁS LEYENDO
DREAM. LIBRO 1
FantasyAila entra en un mundo llamado Dream. Conoce a Max, el cual le guiará a través de de una increíble aventura llena de retos y nuevos amigos. El torneo para los recien llegados comienza pronto y Alia tendrá que utilizar todas sus habilidades, para ser...