Ayer fue como la muerte

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Todo el camino desde la entrada, la ropa estaba esparcida por todo el piso.

Quería irme a la cama, pero él directamente me presionó contra la pared y no me dejaba moverme. Me resistí y quise levantarme, pero esta vez se negó a dejarme ir.

"No te muevas..." Me presionó con fuerza por detrás, me quitó los pantalones y metió los dedos con rudeza dentro de mí.

Me acosté desnudo en la pared y estaba claro que el aire acondicionado de la habitación funcionaba normalmente, pero aún sentía frío y temblaba incontrolablemente.

Mordió mi hombro levemente, lamiendo ese trozo de piel con la punta de su lengua, un poco doloroso y con picazón.

La temperatura de su cuerpo es más alta que la mía, y tan pronto como se acerca a él, la frialdad original disminuye y todo se vuelve caliente.

Me sacaron los dedos del cuerpo, gemí y me separaron las piernas.

"Espera, tengo un condón en mi bolsillo..." Lo detuve a tiempo.

Hizo una pausa por un momento, pero al momento siguiente se aprovechó de mi falta de preparación y se apresuró a entrar.

Abrí la boca, pero no podía gritar, todo mi cuerpo temblaba y mis rodillas parecían no poder sostenerse y quería arrodillarme.

"No me gusta usar condones..." Me susurró, su voz ronca.

Mierda, maldije en mi corazón, no me gusta usar condones, ¿qué estás usando cada vez que tú y yo nos acostamos estos cinco años?

Me cogió contra la pared por un momento, parecía incómodo en esta posición y me dijo que me subiera al sofá de nuevo.

Apoyé los codos en el respaldo, todavía en la posición hacia atrás.

El sonido de jadeos y bofetadas era interminable, y el cofre se frotaba contra la tela áspera, causando dolor después de mucho tiempo, y el dolor se convirtió en un tipo diferente de placer.

Jugando como un loco, me agarró la nuca como una bestia y me mordió con fuerza.

Cuando siento dolor, no solo no relajará sus movimientos, sino que intensificará sus jodidas, haciéndome gemir aún más.

Al final, todo mi cuerpo estaba empapado en sudor, la parte inferior de mi cuerpo estaba manchada con varios fluidos corporales, estaba pegajosa y emitía varios sonidos molestos cuando se movía.

Parpadeé, y el sudor de mis pestañas cayó en mis ojos, nublando mi visión y causando una picadura.

"¿Por qué lloras?" Me giró la cara y me miró con el ceño fruncido, con una expresión feroz en su rostro.

"No... no..." Le respondí intermitentemente, pero las esquinas de mis ojos lloraban más violentamente por la sensación de cuerpo extraño.

Frunció los labios y me miró con impaciencia durante un rato, luego de repente se inclinó hacia delante y lamió la punta de mis ojos.

El toque suave y caliente, como si estuviera cargado de electricidad, lamió directamente la parte más sensible de mi corazón, y cada toque traía un temblor incontrolable.

Lo evité, un poco insoportable: "No..."

No quiero nada, a qué me niego, ni siquiera puedo decirme a mí mismo.

Tan pronto como agarró la parte inferior de mi cuerpo, los movimientos de avance y retroceso se volvieron cada vez más feroces.

"Está claro que primero me sedujiste, pero ahora, ¿a quién 'no' escuchas?" Jadeaba pesadamente mientras masajeaba sus manos sin parar.