Los rayos del sol que se filtran por la ventana me despiertan. Abrí los ojos con emoción, pues es mi cumpleaños número seis, ya no era niña cualquiera, ahora era una niña grande, podré hacer cosas que las niñas grandes, (como yo) hacen. Un ejemplo sería, ir a la piñata de la vecina hasta las 8, jugar a la comida con comida real, la última pero para nada menos importante ¡¡¡MI PRIMER LABORATORIO DE MI ALEGRÍA"
-Con juguetes mi alegría, siempre felices estamos -cantó para mis adentros.
Salto de la cama con emoción... quiero decir, salgo decentemente porque soy niña grande, me dirijo con cautela a la habitación de mis padres, que de seguro estan tan emocionados, como yo su única y hermosa hija con cabellos rubios como los rayos que se filtran en mi habitación. Al llegar a ala habitación me percató de que mis padres siguen durmiendo. Me tomó seis segundos (como mi cumpleaños número seis) en dar un salto a la cama de mis extaciados padres, o por lo menos eso pienso. He formado un rap malo con los ronquidos de mi papi.
-¡Papi!, ¡mami! Despierten ¡Despierten! ¡Despierten! ¡Rápido! ¡Rápido! ¡VAMOS! -grito sin piedad.
-Oh que rayos -dice mi papi.
-Papi, mami ¿mi regalo? ¿Donde esta? ¿Es grande o pequeño? ¿Es muy caro? ¿A caso será que es un poni?
Mis padres sé miran confusos.
-No olvidaron mi regalo ¿verdad? Quiero decir ¿como podrían olvidar el regalo de su única, preciosisima y amada hija? Jaja es tan comido sólo pensarlo.
Para cuando me doy cuenta mis padres ya no están en la cama.