Prólogo

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—¿Ya escuchaste los rumores? Ese muchacho murió.

—¿Hablas sobre lo del Príncipe Heredero de Xian Le?

Un murmullo sobre otro. Una charla que no dejaba de rondar por el lugar.

—Ni siquiera deberían llamarlo por ese nombre. No era nada más que una desgracia.

—¿Por qué lo dices?

—¿Acaso vives bajo las rocas?

—Vengo de un pueblo lejano, lo lamento.

—Yo se lo contaré. Acércate hijo— pronunció con lentitud un hombre anciano junto a un movimiento vago de su mano—Escucha, por lo que veo no sabes, pero se supo que ese joven no era nada más que la 'Calamidad Vestida de Blanco'.

Las sectas izaron sus banderas con los respectivos emblemas en busca de erradicar el mal.

—¿Realmente?

—Así es— empezó alguien más—Los clanes quisieron matarlo, así que idearon un plan para eliminarlo, pero demoraron mucho. Cuando llegaron el loco se había encargado de asesinar a Wen RuoHan y poco después estaba por eliminar a un pueblo entero.

Un joven príncipe que se hundió en lo profundo de la oscuridad perdiendo su horizonte.

—¿Lo detuvieron a tiempo?

—Dicen que fue el Primer Jade de Gusu quien lo hizo entrar en razón. Nadie escuchó cuales fueron sus palabras, pero al rato de la hora él joven estaba enfrentándose solo, a lo que el mismo había causado.

La energía resentida era demasiada. Ningún humano podría resistir a ella. Ni siquiera al que un día fue un Dios.

—¿Pero, y como murió?

—Fue tragado por una cantidad inmensa de almas.

—¿Almas?

—Energía demoníaca muchacho.

—Qué lástima por él. Tengo entendido que era bastante joven y brillante.

—Hmn, lo era. Todo pasó tan rápido. Solo tenía 17 años. Tanto talento y un futuro que se veía ser espléndido. Pero luego de todo lo que pasó con su reino, cayó en la perdición.

Un reino que ardió en llamas, al cual nadie pudo y alguno quiso ayudar.

Gente que dejó de creer, de adorar, cambiándolas por humillar y destrozar.

—¿Pero no era un Dios? ¿No se supone que los Dioses no pueden morir?

—Fue desterrado. Vivir como un mortal por el resto de su vida fue su castigo.

—Comprendo..., pero, ¿y qué pasó con el Segundo Jade de Gusu?. En mi pueblo lo único que sabíamos es que habría una gran celebridad porque iban a casarse. Luego las noticias cesaron y no supimos más de ese lugar.

En lo profundo de los Recesos de las Nubes, suenan armoniosas melodías.

—Dicen que se encuentra en reclusión aislada luego de lo que pasó. Debe estar pasando por un trauma grande.

—¿Por qué?

La nieve cubre el suelo a medida que el tiempo pasa.

—Dicen que él mismo llegó tan solo segundos antes de que su prometido fuera tragado por la energía resentida. Su hermano tuvo que retenerlo para que no se metiera ayudarlo porque de no ser así, sabía que moriría.

El Huangjiu desvanece las preocupaciones y los problemas.

—Pero ese muchacho también perdió cara en ese instante. Gusu Lan, y en especial él, habían descubierto desde antes la identidad de ese demente y aun así, se atrevió a enfrentarse a su secta cuando decretaron que lo matarían.

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