Capítulo 2- Brillante

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Lan WangJi había insistido tanto, de diversas formas y con varias razones a su ShuFu para que lo dejara ir nuevamente al Reino de Xian Le luego de los 3 meses.

Pero no estaba funcionando muy bien que digamos.

― ¡WangJi! ― Lan QiRen parecía que iba a morir de una desviación de Qi luego de abrir la puerta del salón principal y observar cómo Lan WangJi seguía esperándolo luego de haberle negado el permiso por quinceava vez.

―Shufu, por favor. Tú lo dijiste, necesito aprender todo para poder en el futuro ayudar a mi hermano.

―Pero no es por esa razón que quieres ir en realidad WangJi. ¿No aprendiste nada sobre el castigo de ese día?, pero claro, como vas a aprender, fue mucho más suave de lo que tenía que ser.

Lan XiChen daba la vuelta a la esquina del salón cuando sus ojos pudieron apreciar la mini discusión entre su hermano y su tío.

Rió levemente en sus adentros.

WangJi había estado insistiendo desde hace varios días cuando Lan QiRen le negó la ida a Xian Le, ya que la ultima vez pareció solo haberlo llevado para jugar más no para aprender.

El hermano mayor se acercó al ver como los ojos de Lan WangJi brillaban y hacia un ligero y casi imperceptible puchero. Parecía a punto de llorar.

― Tío, por favor, reconsidera el llevar a mi Didi con nosotros. El se portará bien y esta vez no solo irá a jugar, se quedará un rato con nosotros aprender y puede que luego de eso nos demos un tiempo libre. Es más, yo lo acompañaré en todo momento.

El Lan menor miró como la luz en medio de la oscuridad a su hermano y sus orbes dorados brillaron con esperanza al pasar nuevamente a Lan QiRen.

― Ni porque me lo digas tu XiChen, dije que no y es mi ultima palabra. WangJi no irá esta vez con nosotros y no quiero que vuelvan a intentar convencerme o los castigaré a ambos― con esas ultimas palabras los dos niños quedaron en completo silencio y Lan QiRen se retiró con el entrecejo fruncido.

―WangJi...― XiChen no supo que decir ante la desilusión de su hermano.

―Estoy bien, no pasa nada, gracias por tratar de ayudarme― Lan XiChen miró a su hermano pasar a su lado con el rostro serio. Pero el sabía bien como leer a su hermanito.

Lan WangJi estaba realmente triste.

El no pensó más una vez que Lan WangJi se marchó para correr en la dirección que se había ido su Tío.

.

WangJi no sabía porque se sentía tan decaído.

Por qué era tan grande su desilusión y su afán por querer ir a Xian Le.

Solo sabía cuanto quería volver a ver al príncipe de aquel Reino y jugar nuevamente con él.

Verlo sonreír y sentir aquella calidez singular que no había encontrado en ningún otro lado.

Conocer más lugares del Reino de Xian Le juntos.

Comer algún bocadillo típico del lugar.

Escuchar sus tradiciones.

Quien sabe, cualquier cosa.

No quiso comer y tampoco le obligaron a ello.

Se la pasó pensativo, con el rostro serio y correctamente sentado observando el paisaje a través de la gran ventana que tenía el JingShi.

Hasta que un toque en su puerta interrumpió sus pensamientos.

―WangJi, voy a entrar.

La voz de Lan QiRen resonó con su aviso y luego de unos segundos de no escuchar una afirmación o negación por parte de Lan WangJi, el mayor ingresó y observó detenidamente a su sobrino menor quien después de suspirar posó su mirada en él, se puso de pie y se acercó a su saludarlo como era debido.

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⏰ Última actualización: Mar 01 ⏰

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