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Narra Grecia Evans

Mire a Fabián, aterrada, ese hombre estaba aquí ¡¿Cómo se atrevía?!. Apreté la mano de Fabián y me miró

—Todo va a estar bien —negué con pánico

—Señor —el doctor llamó a Fabián —Su esposa se está alterando, hay que dejarla descansar

Él se levantó y no quise soltar su brazo

—No te vallas —pedí —No me dejes sola...por favor

—¿Qué hago con el señor de afuera? —preguntó la enfermera

—No aceptaremos...

Las palabras de Fabián quedaron cortas ya que la puerta se abrió totalmente dejando ver a Albert, con un traje negro y semblante escalofriante. El doctor se quedó quieto he iba a protestar pero él lo interrumpió

—Señor no puede...

—Afuera —dijo. Sentí como el miedo me recorrió en segundos y apreté el brazo de Fabián

—Ahora —el doctor salió y las enfermeras también

Ese era el impacto que tenía Albert en todos, su simple presencia produce miedo, y su voz da pánico. No hay una sola vez en la que no sienta miedo al verlo o pensar que está cerca 

—Vete —habló Fabián entre dientes. Estaba muy enojado, y entendía su punto, pero él, es capaz de todo

—¿Qué quieres de nosotros? —le dije con temor

Rió levemente y alzó una ceja. Fabián se levantó e iba hacía el. Albert sacó su arma y apuntó a Fabián, su propio hijo

Solté un grito ahogado he intente levantarme, pero un dolor en mi abdomen izquierdo me detuvo

—Vete por favor —dije con lágrimas en los ojos —No nos hagas más daño

—Tu no tienes ni idea de lo qué TU madre me hizo sufrir a mi —dijo con odio

—Ella ya no está... —seguía apuntando a Fabián —Ya basta...

—¡Cállate! —quito el seguro del arma

—No no —levanté las manos y le pedí —No le hagas daño, a Fabián no...

Fabián tomó la mano en la que tenía el arma y la levantó a la fuerza, se escuchó un disparo y Fabián golpeó a Albert en el abdomen logrando lanzar el arma a un extremo de la habitación. Me baje de la cama y gateando tomé el arma mientras ellos peleaban a golpes

Tomé el arma con manos temblorosas y apunté a Albert, pero Fabián se imponía en medio

—¡Suéltalo! —grité

No sé soltaron, Fabián quedó debajo suyo mientras Albert lo estaba asfixiando

Iba a jalar el gatillo, cuando...

—¡Hey! —entró Luca —¡¿Qué haces?! —me quitó el arma rápidamente

Mi papá entró y varias personas de seguridad, separaron a Albert de Fabián

—Albert —dijo mi padre viéndolo

—James —Lo miró de arriba a bajo y sonrió

Ese hombre estaba loco, tenía una mirada cínica y no medía las consecuencias de nada

Salió de la habitación, sin más. Dejándonos a todos atónitos, Fabián se levantó tosiendo, estaba rojo y respirando fuerte

—Fabián —quise acercarme pero el dolor me lo impidió

Una Vida a tu Lado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora