CAPÍTULO 7°

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Jeff Satur odiaba muchas cosas del instituto, acabarías antes haciendo una lista de las cosas que no odiaba que de las que sí (esa lista se reducía a un dulce omega llamado Barcode Tinnasit), pero, lo que menos soportaba, era la clase de educación física.

No es que fuera malo en los deportes, el baloncesto era su pasión, el problema eran sus insufribles compañeros de clase. Nunca se habría planteado asistir a una sola clase de gimnasia, si no fuera porque Barcode también estaba allí, y a la lista de numerosas cualidades que hacían al omega un ser perfecto, había que sumarle que era todo un portento físico.

Jeff le pasaba por más de una cabeza, al igual que la mayoría de alfas del lugar, pero su altura no impedía que tuviera el mejor cuerpo de todo el centro. Y posiblemente de toda la maldita Seúl, joder.

Jeff pretendía ser sutil mientras devoraba con la mirada las trabajadas piernas del omega, sus muslos gruesos hasta llegar finalmente bien formado trasero, el que, junto a su sonrisa, era posiblemente el protagonista más recurrente de todos sus sueños.

Después de correr, el pelo de Barcode siempre era un desastre, y pequeñas gotas de sudor se deslizaban cuello abajo hasta terminar en sus perfiladas clavículas. Aquello debía ser el paraíso para Jeff, de no ser porque una docena más de alfas y algún que otro beta indiscreto contemplaban al omega como si quisieran arrancarle la ropa en mitad del campo, a su omega.

Jeff gruñó, podría arrancarles la cabeza a todos esos estúpidos niñatos sobre-hormonados. Sus puños se cerraron automáticamente y su mandíbula se apretó hasta el punto en el que sintió sus dientes rechinar. ¡Hasta el maldito profesor lo estaba mirando!

Barcode pasó una mano por su pelo, echándolo hacia atrás y le sonrió ampliamente a Build, que correteaba a su alrededor como de costumbre. Un jadeo colectivo partió el silencio entre el público de aquel espectáculo celestial.

Jeff no aguantó más. Con paso decidido atravesó el gimnasio hasta llegar al chico que estaba despertando de manera inconsciente el deseo de toda la clase, aunque pronto se arrepintió.

Solo había avanzado un par de pasos cuando un potente olor a caramelo le arrolló haciéndole tambalear. El aroma de Barcode se había intensificado a niveles inimaginables después de una hora de extenuante ejercicio, y aquella dulce oleada penetró en su organismo mandando todo su poder de raciocinio a un oscuro lugar de su mente.

Aceleró el paso hasta llegar junto a los dos amigos, Build le observaba con el ceño fruncido y Barcode le recibió con una amplia sonrisa de ojos desvanecidos.

ㅡTenemos que hablar, sobre el trabajo.

Señoras y señores, la peor excusa de la historia. Su cara de infinita ira reprimida no ayudaba a hacerla más creíble.

ㅡClaro, ¿está bien?ㅡPreguntó Barcode dudoso.

ㅡSí, ven conmigo.

Y, sin esperar respuesta, le tomó de la muñeca y tiró de él. No le hizo caso a los gritos de Build, ni a la voz de su cabeza que le decía que se estaba comportando como un cavernícola con Barcode, solo se dejaba guiar por su alfa interior y por la cálida sensación que recorría su brazo al tocar a Barcode. El omega no opuso resistencia y se dejó guiar hasta los vestuarios.

ㅡ¿Qué pasa, P'Jeff?

Lejos de estar asustado, sonaba preocupado. Jeff quería responder a sus dudas, pero antes necesitaba recobrar la compostura. Realmente no había pensado bien lo que estaba haciendo, se había encerrado en una habitación con la única persona que podía volverle completamente loco y con su aroma envolviéndolo todo. Estaba a un paso de abalanzarse sobre él.

ㅡP'Jeff...ㅡBarcode dio un paso hacia el alfa y colocó la mano en su mejilla. El cuerpo del contrario se paralizó al instante. Él dejó escapar un pequeño suspiro, como todas las veces que había mantenido contacto físico con Jeff, un agradable cosquilleo recorrió su columna vertebral

ㅡBarcode.ㅡLa voz de Jeff salió como un gruñido mientras daba un paso más cerca del omega, apenas unos centímetros los separaban.ㅡDeberías ser más cuidadoso.

ㅡ¿A qué se refiere?

ㅡEstás en una habitación cerrada con un alfa que está a punto de volverse loco por tu aroma y tú simplemente te acercas a él y le acaricias la mejilla, siendo la persona más dulce del jodido planeta. ¿No eres consciente del peligro?

Barcode quedó paralizado, con la mano aún en la mejilla de Jeff. No sabía qué decir. De pronto, fue plenamente consciente de la situación. Aquel imponente alfa estaba a apenas unos centímetros de su cuerpo, alzándose firme y siendo tan malditamente atractivo como siempre.

Tomó una profunda bocanada de aire y un masculino olor con matices de petricor penetró en lo más profundo de su organismo. Un tembloroso suspiro escapó de sus labios, y cubrió su boca con una mano avergonzado, retirándola al fin de la mejilla de Jeff.

¿Qué estaba pasando y por qué no podía controlar las reacciones de su propio cuerpo?

ㅡSé que eres demasiado inocente como para hacerlo a propósito, pero allá afuera, todos esos alfas te estaban mirando como si quisiera comerte y tú no te dabas cuenta. ¿No lo entiendes, Barcode? Eres demasiado irresistible, todo el mundo pierde el control a tu lado. ㅡ Habló con la desesperación y la impotencia tomando su voz.

ㅡ¿Usted también, P'Jeff?ㅡ Preguntó Barcode suavemente.

Jeff le miró con sus negras pupilas cargadas de una intensidad arrolladora.

ㅡSobretodo yo. No pienso dejar que ninguno de esos alfas idiotas te pongan un solo dedo encima.

Aquello sonó como una indirecta amenaza a todo el que se atreviera a intentar algo con Barcode, pero al omega no le molestó, poco le importaban en ese momento las personas que no fueran Jeff Satur y sus serios ojos negros.

ㅡ¿Está preocupado por mí?ㅡ Preguntó Barcode con una suave sonrisa.

ㅡMucho.

Jeff sonrió también, sabía que cumpliría su palabra, nadie tocaría al omega, aunque él tampoco pudiera hacerlo.

ㅡVolvamos, antes de que el señor Kang venga a buscarnos.

Necesitó hacer uso de toda su fuerza de voluntad para pronunciar esas palabras, pero la atmósfera de tensión había desaparecido y solo quedaba la dulce sonrisa de Barcode y la convicción de Jeff.

Cuando salieron, ambos estaban demasiado concentrados en sus pensamientos como para darse cuenta de que toda la clase les miraban boquiabiertos.

Intocable "JEFFBARCODE"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora