HYUNGKI - Shut up. 🔞

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Tan difíciles de juntar como el agua y el aceite y tan destructivos juntos como el fuego y la pólvora. Hyungwon lo odia y, a decir verdad, los sentimientos son recíprocos de parte de Kihyun. Porque en un negocio como en el que se encuentran no se puede confiar en nadie.


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Desde el primer momento en el que le vio entrar, Hyungwon sabía que la llegada de aquel bajito de cabellos rosas y mirada petulante no traería nada bueno al Hogar, ya bastante le había costado a él llegar a ser la mano derecha del Jefe, como para que llegase un idiota salido de una alcantarilla a querer robarse su puesto con su estúpida sonrisa linda, que hacía que Hyungwon apretase los puños y quisiera dispararle.

Simplemente no lo soportaba.

Desde la primera vez que cruzaron palabra quiso estamparlo contra la pared contigua y sacarle de la garganta ese tonito fanfarrón que usaba al hablar, como si quisiera dejarle en claro a Hyungwon que él valía más allí. La cosa era que ni siquiera fuera de los miles de hectáreas que rodeaban la hacienda que conformaba el Hogar, encontrarían a un hombre que valiera lo que Hyungwon valía considerando cuánta información sabía.

A sus 25 años, el pelinegro sabía muchísimo más que el mismo Jefe, llevando a cabo casi todas las operaciones que requerían traslado de mercancía y cobrando las deudas que la gente tenía para con ellos. Era como si tuvieran una parte del mundo bajo su propia mano y aunque al inicio, a Hyungwon le hacía sentir incómodo tener que golpear a un inútil para que pagase su mensualidad, eventualmente se reconcilió con su trabajo. Después de todo, una vez que saliera de ese pozo de aguas negras, el servicio secreto le pagaría muy bien por haber entrado encubierto desde hacía ya cinco años, cuando el Hogar comenzaba a levantarse en todo su esplendor.

Sin embargo, por más que Hyungwon soñaba con el día en que por fin pudiera largarse saliendo por la puerta grande, con el sonriente Lee Minhyuk esposado y las docenas de hombres que trabajaban para él también listos para enfrentar un juicio, nada parecía acercarlo a ese sueño. Sobre todo, considerando a la nueva "rata" que acababa de entrar a las filas.

El pelinegro solía pensar que nunca podría acostumbrarse a ver la llamativa melena rosa de Kihyun en la misma sala en la que hablarían sobre los nuevos ajustes en las tarifas y los nuevos cargamentos de mercancía que llegarían pronto. Solía pensar que, en algún momento, su bilis explotaría tan solo de ver cómo Kihyun se sentaba en las piernas de Minhyuk con descaro y éste le tomaba de la cintura mientras le escuchaba.

"Talvez si entra por Incheon..." Se detuvo, su dedo seguía la ruta que el camión con la mercancía debía de seguir. "Sería más fácil cuidar de la carga."

Hyungwon frunció el ceño. Aún no entendía a qué jugaba el peli rosa, pero en ese momento, con solo verlo allí despreocupado dando ideas absurdas que ponían en riesgo más vidas de las que uno podría estar dispuesto a perder, además de arriesgar la carga de manera innecesaria, supo que tenía que deshacerse de él.

"Aunque el camino sea más largo, Busan es nuestra mejor opción a menos que queramos enfrentarnos a la policía." Respondió el pelinegro, Kihyun le dedicó una mirada fulminante y Minhyuk le palmeó el trasero haciéndolo levantarse de su regazo.

A regañadientes, el bajito se posicionó frente al gran escritorio de madera justo a la derecha de Hyungwon quién se puso rígido en el acto.

"Aún tenemos tiempo para informar a los distribuidores de Seúl." Respondió el jefe, el cigarro que tenía en la mano fue a parar al cenicero. "Hablaré con Changkyun, si acepta distraer a la policía, Incheon será."

𝔈𝔫𝔱𝔢𝔩𝔢𝔮𝔲𝔦𝔞 - Monsta X [One-shots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora