El amor de Takemichi

Extra

Sanzu veía a Mikey empinarse otra botella, sus ojos estaban rojos, las lágrimas ya no caían —Anda — grito desde el sillón donde se encontraba —Has tu magia — escupió para desabrocharse el pantalón

El pelirrosa lo miro con molestia —¿Que más quieres?— grito Sanzu le dolía ver a Manjiro de esa forma

—Vamos — grito de nuevo —Encantame con esa sucia boca.

—Si tanto te duele que se valla ve por el, porque sigues aquí.

Mikey lo miro, no podía ir en su búsqueda, Emma le había dicho lo destrozado que estaba cuando se enteró de que lo engañaba.

Soltó un suspiro, dejó caer su cabeza en el sillón.

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Takemichi se sintió agradecido con Chifuyu, volvía a su lugar de origen, temblaba de nervios para ver a los suyos, después de tanto tiempo.

Takemichi dió dos pasos atrás —Si no quieren verme — hablo asustado mirando la puerta con miedo

Chifuyu tomo su mano apretándola con cariño —Take estoy seguro que tu madre extraña verte — dijo —Y si está enojada, yo estaré a tu lado.

Eso fue lo que el de cabellos negros necesito para caminar lo que faltaba y tocar la puerta.

Espero unos minutos que parecieron eternos, cuando intento acobardarse Chifuyu lo apreaso con fuerza, la puerta se abrió dejando ver a una mujer.

Los ojos de la mujer se aguadaron cuando el Hanagaki la llamo —Mamá

La mujer lo abrazo con fuerza —Takemichi — lloro —Mi bebé.

La mujer lloro y abrazo a su hijo, lo lleno de besos,  retomaron el tiempo perdido, Takemichi no contó nada de lo que pasó, y su madre mordió sus labios para no preguntar.

Chifuyu lo ayudo, fue su apoyo para ver a las personas de su pasado, recupero sus viejas amistades, la relación con su madre.

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El sonido de la campanilla se escuchó el pelirrojo hablo —Buen día, en un momento— las palabras murieron en su boca, sus ojos se aguadaron al ver a su amigo de la infancia parado en la puerta.

La timidez del de ojos azules, estaba apenado con miedo, jugaba con sus mangas, miro de reojo al pelirrojo había cambiado tanto pero se alegraba de que hubiera cumplido sus sueños.

Unos brazos lo rodearon —Takemichi — susurró Akkun teniendo ver una vision, el Hanagaki abrazo a su amigo para mirar a Chifuyu aún lado de el quien alzo los pulgares haciendolo reír.

Tiempo después, lo ayudo abriendo una florería, junto a la nueva tienda de mascotas que el pensó en abrir Chifuyu

El futuro se veía prometedor para el Hanagaki.

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Mikey estaba cada día pero, ahogaba sus penas en licor, nunca creyó que perder al ojiazul le doliera tanto, nunca creyó que Takemichi lo fuera a dejar.

Soltó un suspiro, no podía seguir así, le dolía el pecho por lo perdido y las añoranzas del pasado.

Sanzu no llenaba el vacío, decidió viajar buscando aquel que se había llevado su corazón consigo.

Llego a dónde sabía que estaba Takemichi, lo observó de lejos, lo vio convivir con su madre, reír con sus antiguos amigos, habían pasados meses y el parecía estar bien, también como cuando se fue y eso dolió mucho.

Siguió observando, cuando nadie veía la sonrisa se caía y el vacío llegaba a sus ojos, se dió cuenta de cuánto lo había lastimado, y también encontró su nuevo pilar.

Chifuyu sabía que Takemichi no lo estaba pasando bien, acaricio su mano dándole la fuerza que el de ojos azules necesitaba, estaría con el incondicionalmente.

Takemichi miro a su amigo dando una ligera sonrisa, era difícil superar a Miley después de todo, habían estado en muchos momentos, en buenos y malos.

—Saldremos adelante — recordaba Chifuyu a Takemichi con una sonrisa _Yo estaré aquí contigo.

Takemichi lloro, esas palabras fueron las mismas que Mikey le dijo y ahora ya no estaba.

Mikey se dió cuenta del daño que causó, no podia, no tenía la cara para verlo de frente, no después del daño, lo vio durante meses desde lejos.

Hasta que el Hanagaki volvió a reír de verdad, volvió a tener esa mirada soñadora y volvió a amar.

Entonces se fue, sabiendo que Chifuyu lo cuidaría bien, Takemichi ya no estaba solo, había vuelto abrirse a sus amigos y familia.

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—Chifu, Te amo— soltó de repente Takemichi, el de ojos verdes se sonrojo con una boba sonrisa respondió — Yo también.