❝𝐀𝐏𝐎𝐃𝐘𝐎𝐏𝐒𝐈𝐒❞ | 𝐓𝐨𝐤𝐲𝐨 𝐑𝐞𝐯𝐞𝐧𝐠𝐞𝐫𝐬.

𝐑𝐚𝐧 𝐇𝐚𝐢𝐭𝐚𝐧𝐢.

Te encontrabas en la casa de tu “casi algo”, así es, Ran Haitani, el mayor de los hermanos Haitani y el gobernante de Roppongi.

Estabas tirada en su cama, buscando algo en tu celular para entretenerte, mientras que el estaba jugando con sus amigos un videojuego en línea. Está demás decir que ya te estabas cansando, escuchar sus insultos, sus quejas, sus gritos. Ya estabas arrepintiendote de no aceptar la propuesta de Rindou de ir con él a una de sus tantas fiestas donde va de invitando especial.

—¡Pero matalo!—Grito nuevamente en su micrófono.—¡No lo dejes ir, joder!

Supiraste nuevamente para evitar decir alguna u otra cosa que lo enoje más. Ya llevaba más de cinco horas pegado a la pantalla del computador, sin prestarte algo de atención.

—Oye Ra-

—Linda, cualquier cosa que tengas que decirme me lo dices luego.—Te dijo rápidamente con voz suave.—¡NO DEJES QUE ESCAPÉ!—Grito.

Vaya cambios de humor.

—¿Para esto querías que viniera, Haitani?—Murmuraste bajo, para evitar que el contrario te escuchará.

Miraste nuevamente la pantalla de tu celular al escuchar el sonido que avisa que te llegó un mensaje, ¡y bingo!, Rindou te había escrito.

Rin Rin.

Rindou:
OYEEEEEEEEEEE

Rindou:
¿Cómo te va con Ran? :)

________:
Mal, me arrepiento de no haber aceptado
tu invitación :'(

Rindou:
Te dijeeeeeee

Rindou:
Por eso es que siempre que se pone
a jugar yo mejor me voy de ahí

________:
Me estás regañando?
*corazones partidos*

Rindou:
Exagerada 🙄

Rindou:
Namás te estoy diciendo que te lo dije

________:
Eso sonó como regaño

Rindou:
No es cierto.

Rindou:
Pero ya qué

Rindou:
¿Entonces?

________:
Entonces qué?

Rindou:
¿Quieres que te vaya a traer?

Rindou:
La fiesta se está poniendo buena
*emoji fuego**emoji pícaro*

________:
Uys *carita sonrojada*

________:
¿Qué tan buena?

Rindou:
Señoritas quitándose los bra *carita con corazones en los ojos*

Rindou:
Hombres en boxer permitiendo que le
toquen sus paquetes.

Rindou:
Si la tienen re duras, aparte de que si
la tienen grandes.

________:
¿Rindou? *carita con la ceja levanta*
*emoji de camara*

Rindou:
Bah

Rindou:
Olvida eso

Rindou:
¿Entonces?¿vienes?

Rindou:
¿O le tienes miedo a mi hermano*
*muchas caritas del maligno rojo*

—¡AH!—El grito de Ran hizo que dejaras de prestar atención al teléfono y volteaste a verlo. La pantalla de su computador ya estaba apagada y había tirado sus audífonos al otro lado de la habitación.—No... Puede ser... Que haya perdido.—Se lamento.

—¿Qué pasó, Ran?—Te sentaste en su cama en modo de indio, dejando el celular en el mueble cerca de la cama.—¿Ya no vas a jugar?

Ran te dirigió una mirada fulminante y se levantó a apagar las luces de su habitación todo enojado, mientras que tú solo pudiste poner una cara de confusión.

—¿Ya te vas a dormir?—Le preguntaste viendo el reloj con números verdes, 00: 37 AM.

—No.—Te respondió sentadose al lado tuyo.—Y respondiendo tu anterior pregunta, de que si ya no iba a jugar...—Hablo detenidamente y con otro tono de voz, poniéndote realmente nerviosa.—Pues si, voy a jugar.—Dijo quitándose la ramera, mientras que tú entrecerrando los ojos y con la leve luz que la luna les proporciona pudiste notar su tatuaje que adorna la mitad de su cuerpo.—Pero voy a jugar otro cosa...

En ese instante entendiste todo, no pudiste decir nada más, ya que Ran gateando levemente hacia tí hacia que retrocedieras y te acostaras en la cama lentamente, y en ese instante fue donde Ran aprovechó de ponerse encima de ti con ambos brazos haciendo presión en la cama para que su peso no cayera en ti por completo.

—Y aquí...—Susurro encima de tus labios.—Dudó mucho que pierda...

Te beso y lentamente te empezó a sacar el camisón de pijama que tenías, te dejaste llevar y empezaste a tocar su cuerpo por dónde podías, especialmente su torso.

—O-oye... ¡Ran!—Chillaste al sentir como pellizcaba tu pezón.

—Tranquila, nena.—Te susurro con voz ronca.—Solamente déjate llevar...

Te olvidaste por completo de Rindou, que se espero en el baño más de media hora mientras esperaba tu confirmación.

Mientras que tú dejabas que su hermano mayor te devore a su gusto.