Capitulo I

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Aún sigo perdido, tal vez ya debería rendirme... ¡Pero que digo! Es imposible ¿No? Tiene razón mi mamá... ¡Soy un idiota! Pero claro que lo soy, siempre que me ven dicen ¡Oh, miren ahí va el loco de Kim Seungmin! Estoy harto, no necesito ayuda. No la quiero.

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—  Caso 108, insomnio trastorno de ansiedad impulsiva. Kim Seungmin, veintiun años, Seúl, Corea - La voz de un doctor -Psiquiatra- resuena en el consultorio junto con un historial médico en sus manos. — Es un trabajo algo complicado, Bang, pero, no difícil.— Habla el doctor a uno de sus colegas, otro psiquiatra de veinticuatro años de edad con licenciatura en esta profesión.

— Y... ¿Que debo hacer? Ya no trabajo mucho con ansiosos.— Cuestiona el rubio algo desinteresado de la situación. El pelinegro frunce el ceño por la respuesta del rubio, sonaba con muy pocas ganas de trabajar en el caso pero es el segundo especialista en este tipo casos.

— Lo siento mucho, Bang, pero es tu caso, no el mío.— Responde el pelinegro, aventando unos papeles a su izquierda.

- Y ¿Por qué no se lo hace Jisung? Él no esta ocupado, además, él también es buen psiquiatra.

— ¿A caso olvidaste que él no está? Volverá pronto, a él también le tengo otro paciente reservado. Según los padres de este paciente, dicen que es un psicópata pero eso no es lo malo... Lo malo, es que según los testimonios de sus padres, familiares y vecinos, es que ha matado a todos sus omegas después de tener sexo con ellos. Su nombre es Lee Minho, tiene veintitrés años, vive en Gimpo, Corea junto a sus padres, una pareja de ancianos casados.

Bang quedó pensativo y sorprendido por lo anterior contado. ¿Es enserio que a Jisung le dieron un psicópata asesino de omegas y a él un niño con traumas? Se sentía menos preciado por unos segundos, hasta que analizó un poco más la situación cayendo en cuenta que tal vez no estaría mal cuidar de un mocoso traumado que cuidar de un loco que probablemente también lo mate a él. Además, le gusta trabajar con omegas.

Suspiro el rubio. —Wow, que tema tan delicado le estás dando a el pobre Jisung.

— Ya ves porque te estoy encargando a este paciente.

— Entiendo.

- ¿Entonces?

- ¡Está bien! Acepto el caso. ¿Dónde está su historial médico? - Cuestiona el rubio, fastidiado por la idea de atender a un mocoso.

El pelinegro, sonríe victorioso, sabía que el mayor aceptaría el caso y no se arriesgaría a querer atender a un psicópata como Lee Minho. —Bien, aquí tienes todo su historial médico.—  Le extiende los papeles con la información sobre el jóven. El mayor los agarra para después leerlos.

— Vaya, al parecer esto no será fácil, bueno ¿Cuando vendrá?

— Mañana.

— Bien.

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Otra mañana sin que Seungmin regrese a clases, seguía encerrado en casa para no tener contacto físico con ninguno de sus compañeros. Sus padres como siempre trabajaban mucho y no tenían tiempo de cuidar de él por eso hoy sería su ingreso al hospital psiquiátrico, después de lo sucedido, sus padres temen estar más tiempo cerca de él, necesitaba ayuda médica y rehabilitación.

La puerta se abre de un aventón, despertando a el castaño. Era su madre que venía a despertar a su hijo de su cálido y tranquilo sueño, encendiendo las luces, haciendo a su hijo restregar sus ojos por tanta claridad. — Levántate, Seungmin, no tenemos mucho tiempo y queremos que llegues temprano a tu ingreso médico.— Habla la mujer sacando algunas prendas de su ropero y aventandosela a su hijo en la cara.

— Pensé que habías cambiado de opinión y ¡Oye, se un poco más cuidadosa, me dolió! — se queja el más joven.

— ¿No te dolió la mano cuando me pegaste en la cara? Claro, obviamente no te dolió, pues a mí tampoco me duele aventarte cosas en la cara. Y no, no cambie de opinión. Irás a ese hospital, dónde te quedaras internado toda tu maldita y miserable vida, te quiero lejos de mi, no pienso verte nunca en mi vida ¿Entiendes? ¡Nunca!— Exclama la mujer retirándose de la habitación para que su hijo se vistiera tranquilamente. Su madre, Minseo. Es una mujer con un carácter muy fuerte. Ella como cualquier otra u otro madre, ama a su hijo pero el castaño se ha vuelto muy agresivo últimamente que ya la madre temía estar cerca de él. Le parecía muy extraño ver a un chico de su edad con ese tipo de comportamientos. ¿Por qué él no era cómo los demás jóvenes? A caso, ¿Nació así de raro?

En realidad Seungmin si era igual a los demás omegas, solo que con problemas de ansiedad, sus padres no pasaban la mayoría del tiempo con el menor, él siempre estaba solo. La misma soledad lo fue dañando mentalmente, alejándose de todas sus amistades, ya que, esté era muy inseguro y lo primero que pensaba, era que nadie lo querría nunca. Pasaba sus cumpleaños, reuniones familiares sólo. Sus padres siempre estaban viajando y nunca pudo tener novio por su ansiedad e inseguridades.

El castaño dejó caer algunas lágrimas de sus ojos, el mal trato de su madre era poco entendible pero prefería no dar quejas sobre ello, simplemente ignorar el hecho de que su madre, ya no lo quería como antes.

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Pasaron minutos, o tal vez segundos, de viaje, el lugar era muy alejado de la ciudad, por lo cuál, nadie visitaba el sitio medico.

Seungmin le estresaba el hecho de tener que viajar muy lejos de la ciudad, solo por capricho de sus padres con alejarse de él menor. Al menos no le afectaba mucho la ida, al contrario, ya quería llegar para quitarse los problemas con su madre y padre; sin embargo, no tenía ni la más mínima idea, de que le podría suceder en aquél dichoso lugar. Tal vez se toparía con gente igual de enferma que el.

Finalmente llegaron a su destino, la madre, salió de el auto con el ceño fruncido, bajando de mala manera a su hijo, al omega le dolía un poco su brazo después de una discusión -pelea- con su padre, a Minseo, le importo un bledo si a su hijo le dolía o no, solo quería ya no verlo más en su vida. A pesar de ser su único hijo, ella seguía pensando que el está dañado, o que tal vez, era un omega defectuoso.

El padre y la madre del castaño lo sujetaron en ambos brazos para que no tratara de escapar. Deciden entrar al establecimiento medico, divisando a enfermeros, doctores y pacientes, por doquier. Seungmin sentía un poco de temor al estar en ese lugar, unas vibras negativas lo sofocaban, observaba cómo los pacientes de el lugar actuaban de manera muy diferente a la de él, algunos parecían poseídos otros parecían zombies, le aterraba.

Entran al consultorio quien los recibe es un jóven pelinegro. Seungmin quedó un poco intimidado ante su presencia pero fingió ignorarlo. Sus padres lo sientan en una silla con unas correas que permiten sujetarlo hasta terminar la charla con el psiquiatra; de igual forma, los padres y el doctor tomaron asiento.

El pelinegro se quedó mirando a el menor de ahí por unos segundos con una mirada fija y algo perversa que intimidaba mucho más a el castaño.

— Hola... Seungmin.

Caso 108: Night Love, Mind Control - Chanmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora