6 meses después...
Siento el sol calentando mi cara. Me cubro con la sabana para que no me moleste, pero no me funciona. Así que, tengo que levantarme.
Me siento en la orilla de la cama. Ya han pasado sies meses. Suspiro.
Me levantó y voy a la cocina para comer algo. Veo la hora, son las 9 de la mañana. Todavía tengo tiempo para bañanarme antes de entrar a trabajar.
Recojo un poco antes de irme y me quedo observando. Todavía duele. Siento una lágrima pasando sobre mi mejilla. La limpio rápidamente y salgo. No quiero llorar otra vez.
Como mi rutina de diario, voy a la cafetería por un café expreso y una galleta de chispas. Al entrar, se siente tan calinete y abrazador el aire. Sonrió.
-Hola Lucía, ¿cómo estas?- saludé a la chica detrás del mostrador. Una morena de cabello negro y ojos grises, con un acento británico. Ella fue a un internado por dos años y pues, agarro, aparte de novio, el acento.
-¡Hola Laura! Yo, muy pero muy contenta y tú, ¿cómo has estado? No te he visto últimamente.- me contesta. Me pregunto por qué estará tan alegre.
-Pues, he estado ocupada por cosas de la universidad, pero todo bien.- le sonrió. Ella me lo devuelve.
Mientras ella me prepara mi café, nos ponemos al corriente de los últimos días que han pasado. Ella me dice que su novio de Londres va a venir para las fiestas navideñas y por eso esta tan feliz, pues va a llegar hoy en la tarde. La felicito y le deseo suerte.
-Nos vemos luego Laura- me dice, diciendo adios con la mano.
-Adiós Lucía- le devolví el gesto.
Camino rápidamente, pues ya se me hace tarde, y llego justo a tiempo antes de que el gerente pueda verme.
Así es, trabajo en un supermercado. Es un gran trabajo, no es aburrido como lo explican. Y así me distraigo un poco.
Me pongo mi mandil con la placa que tiene mi nombre y reviso los quehaceres de hoy.
Acomodar todas la latas, barrer y trapaear los pasillos 3, 4 y 5, tomar el turno de 3 a 4 del embolsado, mi descanso y terminar con atender en la sección de electrónicos.
-Bueno a trabajar se ha dicho.- me digo para lo misma. Salgo del cuarto de empleados con una sonrisa. Voy al cuarto donde esta todos los paquetes de comida, agarro un diablito y subo unos cuatro cajas de lata antes de dirigirme a acomodarlas.
El tiempo se me pasa volando. Acomodo latas, subo cajas y me divierto con el diablito. Luego, agarro un sacudidor gigante para limpiar el polvo y comienzo a cansarme. Ya no estoy en buena condición física.
Cuando acabo de limpiar los pasillos 3, 4 y 5, voy por agua y me lavo bien las manos. De pasada, saludo algunos compañeros de trabajo y al gerente.
Corro hacia la caja registradora que me tocaba ayudar con el embolsado, pues se me hacia tarde otra vez.
-Laura, ¿por qué siempre se te hace tarde?- pregunta José, quien va a ser el encargado de la caja registradora.
-Hola para ti también, ¿cómo has estado José?- dije con sarcasmo. El solo suelta un bufido. Dejo soltar una risita. Y veo que ríe tambien.
El abre la casilla y rápidamente empieza arrimarse gente.
-Por favor, se rápida- me dice en suplica. Yo lo miro ofendida.
-Yo siempre- digo con una mano sobre el corazón. El rodeo los ojos y empieza a trabajar.
No les puedo mentir, si es un poco difícil empacar todo lo que la gente traer, pero también es divertido. Se ve cada cosa que compran. Muchas veces tengo que aguantarme la risa por tantas estupideces que veo.
Una vez, llego esta mujer comprando todas cosas sexuales. Había condones, y eran paran hombre y mujer, un soga, corbatas, fresas, chocolates, pastillas, entre otras cosas. Pero lo que mas me causo risa eran los calzones que había comprado. Y eran dos, una para ella y otro para su pareja, supongo.
Bueno, la cosa es que eran tan horribles, que casi me despiden por mi risa tan fuerte y descontrolada. La mujer se fue muy avergonzada y de allí no ha regresado, bueno, yo no la he visto.Sonrió ante mi inoportuno recuerdo. Y estoy tan distraída en el, que no veo lo que estoy haciendo.
-No creo que los huevos deberían ir alli.- dice una voz familiar.
Paró lo que estoy haciendo, y me dio cuenta que casi los rompo. ¡Hay canijo!
Los saco rápidamente y acomodo todo como debió de ser. Lo pongo dentro del cochecito sin hacer contacto con el cliente. Veo sus zapatos. Son muy juveniles para que sea un señor, y eso me intriga.
Poco a poco levanto la vista del suelo, y me encuentro con es cara tan familiar. De perfil, no lo puedo reconocer, si solo se volteara. Y como si escuchara mis pensamientos, lo hizo. ¡Oh por glob! Esto no podía ser.
-Hola, Laura.- dice sonriendo ese muchacho encantador.
-Samuel.- susurro sorprendida.
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Bueno bueno.....
Que tal les pareció el capitulo? Algo confuso, espero que no tanto.
Bueno, aparte de eso. Como han estado, ya una semana. No machen, como pasa el tiempo. Hehe. Espero que a todos se la esten pasando bien y gracias q todo los que estén leyendo esta historia/novela, la cual con tanto esfuerzo estoy haciendo.Le agradezco mucho de verdad, me hacen tan feliz con ta solo ver que alguien lo esta leyendo. Pero saben que me dará mas alegría, si le dieran una estrellita, como esta ⭐para que se convierta en esta .
Bueno, espero que tenga una bonito fin de semana o lo que queda de el.
Las quiere, Eli. ❤
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Loving him was like RED
AléatoirePerderlo a el, era un azul que nunca conocí Extrañarlo a el, era un gris oscuro totalmente solo Olvidarlo a el, era como conocer a alguien a quien jamás conociste Y amándolo a el, era como el rojo...