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Desperté con el corazón latiendo desbocado, el eco de ese sueño todavía resonando en mi mente

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Desperté con el corazón latiendo desbocado, el eco de ese sueño todavía resonando en mi mente. Las imágenes eran tan vívidas que me costaba respirar.

El bebé cayendo al agua, el chapoteo desesperado mientras su pequeño cuerpo se hundía en las profundidades. Siempre era lo mismo el barco, el sonido del agua, el niño... y la sensación de impotencia que me atravesaba, inmovilizando cada fibra de mi ser.

Me pasé una mano por la cara, tratando de sacudirme el sudor frío que se adhería a mi piel. Sabía que no tenía tiempo para dejarme vencer por los fantasmas del pasado, no hoy.

Me vestí con cuidado, optando por algo que me permitiera moverme con facilidad pero que no dejara de ser elegante: un vestido oscuro ceñido a la cintura, acompañado de un abrigo largo que me protegía del aire fresco que recorría las calles de Birmingham. El plan estaba en marcha, y hoy sería un día crucial. Yo me encargaría de los Peaky Blinders, mientras mis hermanas se ocupaban de Billy Kimber.

Cuando estuve lista, me dirigí a la casa de apuestas. El edificio quedaba en Liverpool  con su fachada de ladrillo oscuro y ventanas angostas que parecían guardar más secretos de los que uno podría imaginar. Era el lugar perfecto para aquellos que buscaban suerte o la perdición.

Thomas me esperaba en la entrada, su figura recortada contra la luz del amanecer. Me recibió con una sonrisa que, aunque tenue, me reconfortó. Sabía que podía confiar en él para introducirme en este mundo.

𝐘𝐎𝐔 /𝘛𝘩𝘰𝘮𝘢𝘴 𝘴𝘩𝘦𝘭𝘣𝘭𝘺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora