one shots korean

Son Heung-Min

Yacía cinco años desde que me había casado con el amor de mi vida, un importante futbolista.

Iba a verlo siempre, celebrando sus goles.

Un lindo amor.

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Abrí lentamente mis ojos, sintiendo el dolor en mi cabeza. Solté un suspiro, no había podido dormir bien.

Ya casi estaría llegando al lugar.

Solté un suspiro, estar medio sentada si que es incómodo.
Voltee mi mirar encontrándome con un joven tomándome una fotografía.
Al verme voltear rápidamente miró hacia al frente.

Hice una mueca, ya estarían diciéndoles a todos que estaría llegando. Esperaba que fuera una sorpresa, veía que no sería posible.

Las notificaciones en mi celular empezaron a vibrar, abrí mi celular viendo todos los mensajes.

Twitter e Instagram.

La fotografía había volado por casi todos las redes, hice una mueca.

Allí estaba, rayos, al menos me veo bien.
Vi el ultimo mensaje que le envié a mi esposo, debía estar muy ocupado. Y lo entiendo, el ganaría, lo presentía.

Ya sabía que no iba a ser una sooreta, simplemente me tomé una fotografía, enviándola a mi esposo al instante.

Me puse el cinturón de seguridad, ya que estaríamos aterrizando en unos minutos.

Los nervios se hacían cada vez más presentes.
En unas horas sería el partido y yo ya había llegado.

Debía arreglarme, quería estar linda solo para el.
Al aterrizar, recogí mis maletas, saliendo del avión.

Yéndome hacia el auto que me estaría esperando.

El toque en mi hombro me hizo sobresaltar, voltee con rapidez. Es el mismo joven que me había tomado una fotografía.

Hizo una reverencia, pidiendo disculpas.

—Le pido mil disculpas, no fue mi intención incomodarla de esa forma. No sabe lo arrepentido que estoy, discúlpeme—Dijo, volviendo a hacer una reverencia.

Al menos se disculpó, forme una sonrisa agarrando su hombro. Asentí, recibiendo sus disculpas.

—Esta bien, calma—Dije, sonríendo.

Asintió, me entregó una carta.

—Por favor, sé que usted es la esposa de Song. Por favor, soy un joven fanático—Dijo.

Asenti, recibiendo la carta. Diablos, no creía que esto sucedería. Definitivamente, estoy algo asustada.

—Si, n-no te preocupes. Tengo que irme, le entregaré la carta—Dije.

Volvió a hacer una reverencia, me marché hacia mi auto.

Mi chófer personal me abrió la puerta, haciendo una reverencia.
Le entregué mis maletas, me adentré al auto, cerrando la puerta.

Unos segundos más tarde el auto arrancó.

—Señora Son, ¿no cree que su esposo estaría serio?—Dijo, rompiendo el silencio.

Olvide decirlo, aquel chófer lo conocía desde hacía años, lo considero casi un amigo para mí.

—No lo creo, es solo una carta para el, un joven fanático me lo entregó—Dije, guardando la carta en mi bolso.

Asintió.
—Solo decía, esto me suena a un dejá vu, es por esa razón que le decía—Dijo.

Asentí, no hablando.

La vibracion en mi celular me hizo casi despertar de mis pensamientos.
Sonreí al ver el mensaje de mi esposo, un lindo mensaje que hizo revolotear mis sentimientos.

Oppa <3
Tan linda como siempre, por cierto, ya reservé una habitación para tí, cariño.

Sonreí ante el mensaje.

Jagiya
Gracias cariño, ya casi estoy llegando, te veré luego del partido <3.

Sonreí.

Al llegar al lindo hotel, salí de mi auto siendo encontrada por muchos medios de televisión.

—¡Es la esposa de Son!—Gritó uno.

Aterrada retrocedí, todos venían hacia mí, casi cayendome logré retroceder.

Los guardias llegaron, apartandolos. Corrí hacia el hotel, la respiración acelerada.

Fui hacia la recepcionista, pidiendo mi tarjeta de entrada.
Dándome el número de habitaciones y mi tarjeta de entrada.

Fui hacia el ascensor, saliendo y yendo hacia mi habitación.
Adentrando la tarjeta así dejándome entrar.

Sonreí, una linda habitación.

Fui hacia el baño, duchandome. Saliendo después de unos minutos, me empecé a vestir.

Una camisa pegada, color blanco. La camisa coreana, apoyando mi selección claramente. Me puse una linda falda que me llegaba a los muslos.

Me maquille, algo natural.
Me puse unos lindos zapatos de color perla.

Sonreí, me gustaba como le veía.

Salí de mi habitación, no quería quitar mi ropa de mi maleta, eso lo haría luego.

Deje mis maletas en la habitación, saliendo.
Fui hacia el ascensor, yendo hacia la planta baja.

Allí estaban los guardias esperándome.

Los guardias me cubrieron, yo fui con rapidez hacia el auto.

Dirigiéndome hacia el estadio, sonreí con nervios.
Había reservado mi asiento, esperaba que los demás no fueran a incomodarme.

El asiento es adelante, viendo de cerca.

Salí del auto, los demás me veían y tomaban fotografías. Agradecía que no fueran como lo otros.

Hice una reverencia viéndolos, hice una reverencia de agradecimiento a los guardias.

Me adentre al estadio, mostrando mi entrada comprada.
Me dejaron entrar, fui a mi asiento separado.

Los presentes me voltearon a ver, la mayoría señalandome, otros grabandome.

Me senté, sacando mi celular.

Jagiya
Cariño, ya estoy aquí, espero por verte. Ya sabes, ustedes ganarán, confía en ello.

Sonreí, guardando mi celular.

—Dios, es más hermoso en persona—Escuche un susurro masculino.

Otro más que no pude entender.

Solo espere hasta que el partido empezara.

Parte dos en unas horas.